Con apenas 20 años, Maite Lanata es una de las actrices más interesantes de su generación. Sus personajes jugados y conflictuados en éxitos como El marginal, Cien días para enamorarse o El Elegido hicieron muy breve el camino entre la promesa y la realidad.
Ya consolidada en la escena, la actriz estuvo invitada en Los Mammones, el show que conduce Jey Mammon en las noches de América. Y dentro del reportaje divertido y descontracturado que propone el ciclo, Maite se animó a revelar algunas cuestiones de su personalidad.
“¿Es verdad que sos cabulera?” preguntó el conductor, con aparente inocencia pero con data suficiente como para indagar a fondo en el tema. Ante la respuesta afirmativa de la actriz, Jey le pidió que revelara algunas costumbres para conocimiento del público. “Turbio” alcanzó a decir la joven mientras hablaba el conductor, aunque sin embargo se animó a profundizar.
Primero se refirió a la película Mía, la ópera prima de Javier Van de Couter que significó su debut en la pantalla grande. “Sé que quedé elegida para la película Mía porque fui al casting con una camperita roja que no me la saqué desde que salí”, señaló la actriz, que ya más suelta, se metió en un terreno que efectivamente sorprendió a sus interlocutores.
Para ello, presentó a un personaje principal en esta historia: su madre. “Mi mamá hacía cosas con porcelana fría, muñequería para chicos y puse la cabecita de una nena, hicimos todo un gualicho con mi vieja, toda una macumba para quedar”. La revelación causó sorpresa en el conductor y su panel, que preguntaron casi a coro. “¿Hacés macumbas?”. “Hago macumbas”, confesó la actriz sin dudar.
Cuando Jey preguntó si había algún otro comportamiento similar, la actriz le endilgó a su madre el origen de las prácticas supersticiosas: “Mi vieja es muy de eso, no puede pasar por debajo de una escalera, o ve un gato negro y tenemos que dar tres pasos para atrás”, completó.
Más en serio, la actriz se refirió a las fuertes experiencias y a la alta exposición que vivió en su corta carrera, que vivió con naturalidad a pesar de estar en el rubro desde muy pequeña: “En el colegio fue todo bastante relajado, fui a la misma primaria, la misma secundaria y si me tenían envidia, no lo notaba”, aseguró.
El nombre de Maite Lanata comenzó a sobresalir desde muy chica, cuando interpretó a Alma Bilbao, la hija autista de Pablo Echarri y Leticia Brédice en El elegido, la tira que emitió Telefé en 2011. Ya como adolescente, se lució interpretando a Luna, la hija del juez Cayetano Lunati en El marginal, la exitosa serie dirigida por Luis Ortega, y posteriormente se puso el traje de época para representar a Carmen en Argentina, tierra de amor y venganza.
Pero sin dudas, su consagración, y el papel más difícil que le tocó interpretar fue en Cien días para enamorarse. Allí le puso el cuerpo a la transformación de Juana en Juani, poniendo por primera vez a la temática de los chicos trans en el prime time de la televisión de aire.
El papel le valió el reconocimiento de la crítica y una visibilidad mediática que la llevó a la mesa de Mirtha Legrand. Allí, la diva de los almuerzos reconoció haberse emocionado en una de las escenas más emblemáticas de la tira, cuando Juana se corta el pelo en pleno proceso a confirmar su sexualidad.
“Ha habido un vuelco, lo noto en la parte sexual, la aceptación que se tiene hoy de las sexualidades, es fantástico”, dijo Mirtha sobre el alcance del programa. “Hay un nuevo paradigma, una apertura enorme. Hay debate, es todo una nueva forma de ver las cosas”, agregó la actriz. Previamente, Maite había contado cómo repercutió en ella y en su madre la escena: “Mi mamá lloró y me hizo lagrimear a mí”
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