A la hora de caracterizar personajes históricos de todos los ámbitos, Martín Bossi despliega todo su arsenal de actuación y producción. Tanto en el teatro como en la televisión y también en piezas exclusivas para redes sociales, su público supo disfrutar de sus versiones de Alberto Olmedo, Juan Carlos Calabró, Tato Bores, Lionel Messi, Marcelo Tinelli, Freddie Mercury y muchos más.
Esta vez, y en ocasión del próximo Día de los Enamorados -a celebrarse el domingo 14-, Bossi se puso en la piel de dos enormes íconos locales como son Diego Armando Maradona y Carlos Gardel. Para producirlo, contó con el trabajo del dramaturgo y director teatral Emilio Tamer, junto con sus principales colaboradores del equipo de maquillaje y caracterización. También fue parte el equipo de filmación del realizador.
La premisa de Bossi es celebrar San Valentín y el Día de los Enamorados con “un tributo a los dos ídolos máximos del que están, estuvieron y estarán enamorados todos los argentinos y gran parte del mundo: Diego Armando Maradona y Carlos Gardel”.
El video comienza con Martín Bossi entrando al consultorio de su psicólogo y, tras los saludos de rigor, dispara: “Doctor, la verdad, no le voy a mentir. Hoy es el Día de los Enamorados y yo no... yo no estoy enamorado”, le cuenta al terapeuta. “La palabra ‘enamorado’ para cada persona puede tener un significado diferente. Martín, dígame, ¿a usted qué lo enamora”, inquiere el analista. “A mí me enamora el talento, me enamora la magia... me enamora lo imposible”, le responde el comediante, mientras la imagen del consultorio se funde con una postal urbana: Bossi emprende un recorrido por el barrio de La Boca. Adoquines, buzones, faroles, graffitis xeneizes, maradonianos y tangueros son captados por el ojo del actor, hasta que hace foco en una cantina.
Allí, la sonrisa de Carlos Gardel -en la piel de Bossi- es el preludio de una versión en clave tanguera de “La mano de 10″, himno cuartetero de Rodrigo dedicado al número 10. A su lado, el Maradona de la época en que fue director técnico de la selección argentina -también recreador por Bossi-, le devuelve el gesto y escucha, emocionado.
La segunda estrofa la canta “Diego” y lo hace en primera persona: “En un potrero forjé, una zurda inmortal...”, de igual manera en que se lo pudo ver al Maradona real cantando esta misma canción en la película Maradona by Kusturica.
“Eternamente enamorado”, sella una placa en el final, mientras Bossi sigue su camino, con el puente colgante de La Boca en el horizonte.
Esta no es la primera vez que el “barrilete cósmico” y el “zorzal criollo” se encuentran gracias a la actuación y la tecnología. En 1996 el cineasta Rodolfo Pagliere estrenó el elocuente El día que Maradona conoció a Gardel, un film tan emotivo como bizarro. Su título lo dice todo: en la noche previa a su muerte, Gardel conoce a una misteriosa mujer con la cual firma un pacto de inmortalidad. El problema es que la mujer no era tal, sino que se trataba del Diablo.
El tiempo viaja hacia adelante, a mediados de la década del noventa. Allí es cuando se le plantea la misión de liberar el alma del cantor de tango a un relojero y un editor de televisión. Para cumplirla necesitaban de la fuerza de un ícono popular: ahí es donde aparece Diego Armando Maradona, quien según palabras del director, “actuó con absoluta naturalidad. Se prestó mansamente a mis indicaciones, aunque fue muy difícil coincidir en los horarios, hubo por su parte una gran voluntad por hacer las cosas bien”. El elenco lo completaron Alejandro Dolina, Esther Goris y Juan Carlos Puppo.
SEGUÍ LEYENDO