—Baltha, vino alguien a verte.
—¿Qué hacés, monstruo?
Octubre de 2018. Balthazar Murillo estaba en plena preparación de su personaje en el área de maquillaje cuando escuchó que un hombre lo saludó, se dio vuelta y vio a Carlos Tevez parado detrás suyo. Por ese entonces, tenía 14 años y había sido elegido para interpretar al futbolista en la serie Apache -que cuenta la historia de vida del jugador desde su pre adolescencia hasta su llegada a Boca Juniors.
A Balthazar le llevaba una hora y media ponerse en la piel de Carlitos: la principal caracterización era realizarle la marca de la cicatriz que el deportista tiene desde los diez meses, cuando sufrió un accidente doméstico y una olla de agua hirviendo cayó sobre su cuerpo. A pesar de tener los recursos, Tevez nunca quiso sacársela porque esas quemaduras le marcaron la lucha durante su infancia y sus primeros años de carrera.
El joven, además, utilizó una prótesis dental adaptada a la del jugador. “Tuve una coach actoral que me ayudó a hablar como él cuando era chico, que tenía un problema en la mandíbula y respiraba por la boca en lugar de la nariz, y tenía todo el tiempo la lengua afuera. Lo que generaba un problema en el habla”, contó a Teleshow el protagonista de la serie producida por Torneos y dirigida por Adrián Cataneo.
Entre la actuación y el fútbol. Por aquel entonces, los días de Balthazar eran atípicos al lado de la rutina de un adolescente de 14 años: se levantaba a las 6:45 de la mañana, desayunaba y se tomaba el colectivo para ir al colegio desde su casa de Villa del Parque. “Antes me reconocían más, ahora, por suerte aflojó un poco y ya no me dicen nada cuando me ven. Me da vergüenza que me reconozcan”, destacó quien debutó como actor en Lulú, la película de Luis Ortega.
A las 12:45 el chofer de un auto lo esperaba en la puerta de su colegio en Pacheco y lo trasladaba hasta Fuerte Apache (ubicado en Ciudadela), en donde filmó la serie que se estrenó en Netflix y que ahora se emite por la pantalla de Telefe: ayer, el primer capítulo, tuvo picos de 9.8 puntos de rating.
Luego de almorzar, Balthazar se ponía a disposición del equipo de maquillaje y caracterización, en donde lo preparaban para las jornadas de grabación que duraban entre seis y ocho horas. Las tardes que tenía libres, iba al club Comunicaciones, en donde jugaba futsal.
“Hasta hace un tiempo quería ser futbolista, pero ahora quiero ser actor y voy a estudiar y capacitarme”, aseguraba quien prometía que se anotaría en el IUNA (Universidad Nacional de las Artes) cuando terminase el secundario. Por aquel entonces, Balthazar estudiaba los guiones por las noches en su casa, y los ensayaba en el set de filmación. No le faltaba experiencia ya que también había tenido roles en La fragilidad de los cuerpos y Un gallo para Esculapio.
El rol de Tevez. “Yo soy hincha de Independiente, pero Carlitos siempre fue mi ídolo. Además, conocía su historia como futbolista pero su vida me pareció cada vez más interesante a medida que la fui estudiando”, indicó el actor.
A pesar de los entrenamientos y concentraciones en Boca, el futbolista se involucró tanto en el guión como en la realización de la serie. “El barrio se revoluciona mucho y se llena de gente”, recordó sobre los encuentros con Tevez en Fuerte Apache.
“Ya lo conozco, pero todavía lo veo y me parece muy fuerte. De a ratos me quedo en estado de shock. ¡Es una situación muy rara!”, admitía y contaría cuál fue el consejo que le dio el futbolista para que lo interpretara en su mejor versión: “Me dijo que lo haga con el corazón y que sea yo mismo”.
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