Mercedes Mendoza, panelista del ciclo Informados de todo, conducido por Horacio Cabak y Sofía Jujuy Jiménez, se emocionó al recordar al aire a su papá, el reconocido periodista Daniel Mendoza, que se suicidó en 1992, cuando ella tenía apenas ocho años.
“Él hizo un montón de cosas en el periodismo, era muy inteligente. Tenía la necesidad de hablar idiomas porque vivió mucho afuera, en Inglaterra”, dijo, y recordó algunas anécdotas de cuando era niña: “Nos hacía recitar cosas en inglés, son cosas que te quedan, y a medida que vas creciendo vas descubriendo por qué”.
Referente para ella en la vida y en la profesión, como periodista lo recordó como “un diferente”. Sin embargo, más allá de sus logros laborales, para ella era simplemente su papá: “Ese, el que veías en la tele, llegaba a su casa y a las ocho de la noche religiosamente comíamos porque se despertaba temprano para ir al canal, habiendo hecho la tarea con él, eso conmigo y con mi hermana más chica, las más grandes lo sufrieron de otra manera porque él era muy estricto”.
Además, lo recordó como una persona divertida y amante de la música y contó que solían acompañarlo al viejo ATC: “A mis amigos los llevaban a la plaza y a mí a los decorados de la Televisión Pública. Nos buscaba en la escuela e íbamos al canal que él tenía las reuniones de preproducción, o los feriados nos levantaba e íbamos con él”.
Mumi, como la llaman a Mercedes, contó que suele soñar con su abuela y también con él: “Lo veo, lo sueño mirando para arriba, mis hermanas también. Estoy convencida de que yo y mis hermanas nos ganamos un ángel en el cielo”. Siente que en algunos momentos él le dio señales y dio un ejemplo de ello: “La primera vez que salí con quien hoy es mi marido fue un 4 de octubre, el día del cumpleaños de mi papá. Siento que él lo mandó, que es un regalo que me hizo; él me mandó una persona para que me cuide a mí y a mis hijos, para toda la vida”.
Aunque su recuerdo es lindo, algunas veces se enoja: “Me pasa cuando como con mis hermanas y sobrinos, y también se debe enojar mi mamá. En la familia somos todos muy parecidos a él y mi papá está presente todo el tiempo. Mi mamá y la mamá de mi hermana más grande lo mencionan un montón”.
Entre los hermanos, es la única que siguió el legado de su padre en el periodismo, y aunque él no está para que le pueda pedir consejos, ella siente que la ayuda: “Yo lo voy a visitar un montón cuando tengo que tomar decisiones laborales, estoy convencida de que nos está cuidando”.
Daniel Mendoza se quitó la vida el 17 de agosto de 1992 en su departamento de Belgrano, se disparó en el corazón. Una de las últimas personas con las que habló fue con Rosita, la esposa de Víctor Sueiro, quien hace unos años contó a Teleshow: “Me acuerdo que lo último que me dijo fue: ‘Decile al Gallego que lo adoro’. Hizo un silencio y lo repitió: ‘Decile al Gallego que lo adoro’”.
Las notas periodísticas de la época pudieron reconstruir que durante el fin de semana previo a su muerte Mendoza había discutido con su esposa mientras sostenía un arma que encontró en la casa, que ella escapó y se llevó el arma, que él intentó hablar por teléfono con varias personas y luego compró un revólver en un local del shopping Alto Palermo.
Anteriormente había pasado un verano de mucha exposición luego de que las cámaras de los fotógrafos lo encontraran in fraganti en las playas de Buzios, Brasil, con quien era su compañera en la conducción de Despertar al país, Andrea Frigerio. Días antes de su muerte, la por entonces modelo anunció que dejaba el programa porque se iría a vivir al exterior con su pareja.
Alguna vez, en una de las pocas entrevistas que brindó tras la muerte de su marido, María Cossio, mamá de Mercedes, lo recordó: “Vivimos años duros y buenos. Tuvimos años de peleas y años de paz. Años de intentar programas, de hacer buenas notas, de luchar por ideales insólitos como el de Malvinas, tiempos en los que golpeaba a los guardaespaldas de Bush para conseguir una entrevista, de romper el protocolo en el Vaticano para hacer hablar al Papa. Hizo todo lo que quiso, tanto en su vida privada como profesional”.
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