Hija de un matrimonio clásico, compuesto por Ramón Palito Ortega y Evangelina Salazar, Julieta Ortega tuvo que luchar contra muchas normas pre establecidas como para poder ser la mujer que es hoy en día. Sin embargo, en diálogo con Franco Torchia para No se puede vivir del amor, por LaOnceDiez, reconoció: “Yo vengo de una familia muy tradicional, pero siempre digo que lo que mi padre y mi madre han hecho bien es abrirnos la puerta para ir a jugar. Ellos supieron cuáles eran sus limitaciones en cuanto a lo que nos podían dar. Y lo que nunca hicieron es privarnos de otras cosas, otras personas, otros conocimientos...”.
En ese sentido, la actriz explicó: “En mi familia soy conocida como la persona con la que hay que tener cuidado porque te puede herir con las cosas que te dice. Mi mamá asegura: ‘Julieta es muy franca, demasiado franca. Te dice su verdad. Lo bueno es que siempre se muestra cómo es’. Y esa cosa que tengo muy confrontativa tiene que ver con el hecho de haber sido la única mujer por mucho tiempo, porque mi hermana (Rosario) nació cuando yo tenía quince, en una familia con mucho machismo. Y había que hacerse ver y escuchar entre tanto varón”.
Julieta contó que tuvo que revelarse contra el modelo patriarcal de la época, que hasta su propia madre tenía incorporado. “Yo siempre sentí que tenía que procurar lo mío, en el sentido de que tuve mucha consciencia de preguntarme: ’ ¿De qué voy a vivir’ ‘¿Cómo voy a procurar mis próximos años?’ Y no es una pregunta que nos hayamos hecho las mujeres hace tanto. Muchas de nosotras fuimos criadas con la sensación de que lo mejor que nos podía pasar era enamorarnos de alguien que procurara todas estas cosas por nosotras”.
En relación a sus parejas, la actriz reconoció que todavía le cuesta mantener un vínculo que se mantenga en el tiempo. “Con los hombres aprendí a vincularme más desde lo amoroso que desde lo sexo afectivo. Esas relaciones me siguen costando. De hecho, creo que la relación más larga que tuve fue con el papá de mi hijo (Iván Noble), que fue de siete años. Y hoy estoy sola, cosa que no me molesta para nada pero que sí me hace pensar que hay algo que no terminé de aprender”, explicó.
Julieta aseguró que le interesaba que las personas no desaparecieran de su vida después de terminada la pareja. Y que eso lo había logrado con el padre de Benito. Sin embargo, reconoció que la convivencia siempre le pareció “un horror”. Y que con el ex Caballeros de la Quema pasó por el Registo Civil sin muchas ganas. “Conviví con el padre de mi hijo y tampoco me quería casar, me casé porque se quiso casar él. Bah, yo no quería hacer fiesta y él sí. Así que terminamos casándonos con una fiesta muy chiquita de cincuenta personas. Pero yo estaba segura de que era el hombre para formar una familia”, dijo.
Después, la actriz habló de cómo el amor de pareja a veces se prolonga en una amistad. Y aseguró que uno también siente amor por sus amigos y amigas. “¿Vos no te enamoraste nunca de una chica?”, le preguntó entonces Torchia. “¿Sabés que no? Siempre pienso que tal vez me perdí de algo”, se sinceró Julieta.
Y luego, ante la repregunta del periodista, se explayó: “Debe haber algo ahí y que yo no investigué. Tal vez me suceda, ¿eh?. Porque, además, me ha pasado en relaciones con hombres que se han terminado, en las que siempre me he quedado una gran mujer que me han dejado. Con muchos de ellos no tengo trato hoy, pero me ha quedado una amiga, una ex mujer, alguien a quien yo me acerqué durante la relación y ahora son personas cercanas: las veo a ellas y a no a ellos”.
En ese sentido, Julieta concluyó: “Para mí, la mujer es como un Universo que me convoca todo el tiempo. Y el feminismo también me ayudó mucho. Yo era un persona muy celosa, por ejemplo. Y el feminismo me sacó eso de encima”. Y aunque aclaró que nunca tuvo ni siquiera relaciones sexuales con mujeres, no descartaba que eso le pudiera llegar a pasar.
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