“Voy a contarles una historia sobre mi paso en La panadería de Pablo. Trabajé siete u ocho meses ahí, cuando tenía 20 años, o sea, hace cuatro –comienza su relato Trinidad en un video posteado en su cuenta de Instagram–. Fue mi primer trabajo en un lugar copado, y el primero en pastelería. Amaba ese trabajo: dejé cuerpo, sangre, alma, y mi dignidad ahí”, expresó hace unos días en la red social Trinidad Benedetti, y luego contó que el dueño del lugar, Pablo Massey, la acosó sexualmente y que al hablarlo con los encargados del local, ella no consiguió apoyo.
De inmediato, colegas y cocineras del medio como la ex Cocineros Argentinos Ximena Sáenz, la conductora de Cucinare Valu Ramallo y la prestigiosa chef de El Gourmet Soledad Nardelli salieron a apoyarla. En las últimas horas, Narada Lepes también se refirió, sin nombrar a la joven pastelera ni al cocinero, a la denuncia pública.
“Muchas pasamos por situaciones incómodas en algún trabajo, algunas más graves y violentas que otras”, comenzó en su cuenta de Instagram, y siguió: “Es necesario –y urgente– crear un sistema de comunicación claro en las cocinas y restaurantes que establezca límites y vías seguras, para poder contar lo que nos pasa. Si sos gastronómico ayudá a tus compañeras, porque el silencio también es cómplice”.
Entre los miles de comentarios que recibió, está el del chef y jurado de Masterchef Celebrity Germán Martitegui, que al ver la publicación de su colega puso tres emojis de unas manos aplaudiendo, respaldando así, como buen conocedor de lo que pasa en las cocinas, las palabras de Lepes.
En su relato, Trinidad, que al momento en que habría ocurrido el hecho tenía nada más que veinte años, hacía foco no solo en la actitud de Massey, sino también en la de los encargados del lugar que, en vez de defenderla, la atacaron: “Les dije que no me estaban tomando en serio. Rodrigo (D’Acosta) se enojó, me dijo que estaba loca, que era una maleducada, que qué pensaba, ¿que Pablo me iba a violar en la oficina? ‘Mirate, ¿vos te pensás que un chabón con la guita y fama de Pablo Massey se daría vuelta por una piba como vos?’”.
“Me dan asco, Nicolás Calderone, Rodrigo; Joaquín Aramburu, jefe de cocina de la noche, era un asco. Y Pablo Massey me da pena. No sé qué decir de él, pero son personas que tienen llegada, fama, lo que sea. Tuve miedo, y me parece que es un buen momento de contárselo a los que me siguen para que dejen de manejarse con tal impunidad”, dijo.
Por su parte, Massey no habló sino a través de su abogado, Rafael Cúneo Libarona, que dijo en Intrusos que su cliente estaba siendo desprestigiado y que si eso continuaba iniciarían acciones contra Benedetti: “El testimonio de ella alcanza para desprestigiarlo y lo hizo. Eso alcanzó y es más que suficiente para cualquier trabajador, el desprestigio es realmente lapidario. Lo que no alcanza es para una condena penal, para un procesamiento. La palabra contra la palabra, no. Tiene que tener contenidos, pruebas, chats, testigos para poder acreditar cualquier situación. Si ella continúa este desprestigio gratuito vamos a emprender una querella penal en orden por calumnias e injurias”.
“Asumí la defensa porque creo en él, yo no tomo casos sexuales... La realidad es que yo lo repudio, ahora abiertamente habiendo hablado con Pablo le creí y le creo”, dijo el letrado, y agregó que Massey trabajó “con miles de mujeres y esto no pasó nunca”.
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