Sergio Lapegüe transita su quinto día de internación por una complicación en su cuadro de coronavirus, luego de que, como él mismo confirmó, “el virus tomara el pulmón derecho”. Al dolor físico y al cansancio originado propiamente por la enfermedad, se le suma la soledad de la habitación del hospital donde tiene que permanecer aislado.
“Ayer descansé con oxígeno porque tengo bajo oxígeno en sangre, me pusieron una bigotera”, contó el conductor a Teleshow y agregó que hoy está un poco mejor porque aunque sigue con fiebre, ya es mucho más baja.
Sin embargo, a la parte física, hay que sumarle el costado anímico, que es el más complicado a la hora de transitar una enfermedad como esta, en la que los pacientes no solo no pueden recibir el abrazo de sus seres queridos, sino que ni siquiera pueden ver la cara de los médicos que los atienden.
“Ahora estoy un poco mejor, ayer y antes estuve mal de verdad. Aquí no entra nadie, solo el médico y enfermeros, pero como astronautas. Todo el día tirado, me levante solo para darme una ducha fría para que baje la fiebre”, dijo y contó que ya le dieron la segunda dosis de plasma, que en su momento había descripto como un “volver a revivir”.
Mientras, está a la espera de que le realicen una nueva tomografía para ver el estado de sus pulmones. “Ojalá esté todo controlado”, deseó el periodista desde la clínica, a la espera de que todo pase pronto y pueda volver a su casa con su familia.
Sergio, su mujer Silvia conocida como Bochi y sus hijos habían viajado a República Dominicana a disfrutar de unos días de playa, se hisoparon al llegar a Ezeiza y dieron negativo. El domingo por la mañana, ya con algunos síntomas compatibles con el coronavirus llamó a su neumólogo y fue a la clínica San Justo de Temperley, donde quedó internado, ya que además se lo considera paciente de riesgo por ser asmático.
El miércoles, su hija Micaela comenzó a presentar síntomas y se realizó un nuevo hisopado cuyo resultado se conocerá en las próximas horas. “Yo estimo que tengo coronavirus por como me sentía ayer, hoy me siento mejor, pero ayer tenía dolor de cuerpo, mucho cansancio, tos, fiebre, pero hoy me siento mejor”, dijo la actriz a Teleshow.
“Después de tanto cuidado. De tanta prédica. De tanto insistir con el protocolo. Por error, por imprudencia o por un imponderable me contagié de covid-19. No lo sé. Empecé a toser, a sentir un cansancio raro, a faltarme el aire. Pensé en la ola de calor. A la noche tuve un poco de fiebre, esta subió con el correr de las horas”, había escrito.
“Llamé al otro día a mi neumólogo, fui al sanatorio Juncal de Temperley. Me hisoparon, me sacaron sangre, y para estar seguros hicieron una tomografía de pulmones. Ahí la historia cambió. Mi pulmón derecho está empezando a ser invadido por el virus. Estoy internado. La rápida acción de los médicos está evitando que se expanda. Son increíbles. En unas horas me ponen plasma. Estoy muy bien, cuidado por los médicos y enfermeros y todo el personal. Estoy aislado esperando que el virus se vaya... muy generosos a todos por la preocupación y por cada mensaje de aliento. De corazón, gracias. Cuídense”, agregó.
En las últimas horas escribió un texto en el que relataba sus sensaciones: “No querer ver a nadie, estar a oscuras por necesidad. No podés prender la tele simplemente porque no querés escuchar a nadie. Silencio. Solo siento los pasos de los tremendos servidores públicos que van de un lado a otro por el pasillo del COVID-19. Médicos, enfermeros, personal de limpieza, de servicio a la habitación, que se arriesgan cada minuto para que los pacientes puedan cursar esta enfermedad tan desconocida como rara, de la mejor manera sin secuelas”.
“De pronto controlan el oxígeno en sangre y satura bajo, ahí te ponen oxígeno para respirar mejor. Y viene la experimentada enfermera y te inyecta antibióticos o corticoide, o un anticoagulante, para evitar una posible trombosis. Y un mazazo cae sobre tu cabeza, que te desploma sobre la cama”, dijo y cerró: “Muchas gracias por todos los mensajes de aliento y apoyo. De verdad me emocionan. Y son innumerables. Aunque sé que hay gente mal intencionada –repara–. Que se alegra de los problemas del otro. Que opina sin saber. Ojalá puedan dejar de odiar o envidiar porque eso es malo para el corazón de cada uno de ustedes”.
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