“Y un día me tocó a mí... Por error, por imprudencia o por un imponderable me contagié de COVID”. Con cierta resignación, quizás creyendo que resultaría inevitable, Sergio Lapegüe arranca el texto que escribió en su celular desde la habitación en el Sanatorio Juncal de Temperley que ocupa desde este domingo, y que este lunes a la mañana compartió en su cuenta de Instagram, para acercar tranquilidad sobre su estado de salud. Periodista de raza, bien sabe que la información es la mejor herramienta para despejar cualquier inquietud.
En su relato explica que comenzó a toser, a “sentir un cansancio raro”, a experimentar que le faltaba el aire al respirar. Sin embargo, se lo atribuyó a la ola de calor que desde hace varios días azota al Gran Buenos Aires y la Capital Federal.
Pero el sábado por la noche la fiebre fue en alza. El domingo -al comprobar que la temperatura no descendía- se acercó hasta el hospital. No solo le efectuaron el hisopado sino que también le realizaron un estudio de sangre. Y una tomografía de los pulmones. No fue el positivo por coronavirus el que provocó su internación sino el resultado de este último estudio.
“Ahí la historia cambió -explica Lapegüe-. Mi pulmón derecho está empezando a ser invadido por el virus. La rápida acción de los médicos está evitando que se expanda”. Hoy mismo le pondrán plasma. El conductor es considerado paciente de riesgo por ser asmático.
“Estoy aislado esperando que el virus se vaya...”, aporta el conductor, que lamenta haberse contagiado “después de tanto cuidado, tanta prédica, tanto insistir con el protocolo”. Y luego de agradecer “la preocupación y cada mensaje de aliento”, concluye su texto pidiéndoles a todos sus seguidores que tomen los recaudos necesarios para evitar la propagación del COVID-19. “¡¡Cuídense!!”, ruega.
En diálogo con Teleshow, su esposa Silvia -más conocida como Bochi- precisó que “en la madrugada del domingo (Sergio) tuvo 37,5 de temperatura”, y por esa razón “habló con su neumonólogo y fue a la guardia”. “Quedó internado por la tomografía en los pulmones”, agregó.
A mediados de agosto Lapegüe tuvo que aislarse por ser contacto estrecho de su compañera Roxy Vázquez, quien en esos días contrajo coronavirus. “Al ser paciente de riesgo tuve que someterme al hisopado -contó el periodista por entonces-. Además me hicieron otros estudios complementarios, análisis de sangre, orina y el serológico, para saber si tuve el virus antes. También una tomografía de tórax”. Pero aquella vez, los resultados fueron positivos.
El 2020 fue un año muy agitado para él: llegó a sufrir “ataques de estrés”. “Necesitamos parar un poco, bajar un cambio. Llevar la máquina a boxes para seguir la carrera. La meta cada vez está más cerca. Entro en vacaciones”, contó ya este año, antes de emprender un viaje a Republica Dominicana junto a su familia, del cual regresó la semana pasada. Allí, al parecer, se habría contagiado de COVID-19.
Tiempo atrás, Lapegüe había hablado de su patología preexistente. “Tengo asma de toda la vida, con crisis agudas que hacen que se me cierre el pecho y no pueda respirar. Es tremendo, porque es como morirse. Así que tengo que tener siempre los medicamentos al lado para zafar. Pero soy un workaholic: me levanto a las cuatro de la mañana todos los días y hasta las nueve de la noche no vuelvo a casa. Eso, sin contar mi trabajo con la música, las charlas motivacionales que doy y la conducción de eventos”. Por ese motivo, cuando en su momento le dijeron que debía quedarse en su casa, fue “como un mazazo en la espalda”.
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