Pamela David con Pablo Flores Laymuns, astrólogo evolutivo y terapéutico: “El 2021 es el año de revelarnos a nosotros mismos”

Ser responsable de nuestra vida, hacernos cargo de lo que nos sucede y, a su vez, actuar con libertad. De todo eso y más conversó la conductora con el chileno -quien también es ingeniero civil industrial- para su ciclo PamLive

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Pamela David con Pablo Flores Laymuns - #Pamlive

Son tiempos de cambios. Externos, con una pandemia inédita, que a nadie dejó afuera. Pero también internos; o al menos, deberían serlo. Así lo cree el astrólogo Pablo Flores Laymuns, en su diálogo con Pamela David para PamLive, su ciclo de entrevistas virtuales.

—¿El 2021 es el año del despertar de la conciencia?

—Así es. El 2021 es el año en el que se nos pide que actuemos con la mejor confianza posible. Es un año que demanda estar en el presente dándonos cuenta de cómo tendemos a actuar de forma inconsciente. Es un poco raro, pero siempre actuamos en piloto automático: cuando pasa algo nuestras reacciones son instintivas, y este año nos pide libertad, que actuemos de forma diferente. La libertad para la mayoría de la gente está asociada con ir adonde yo quiero. Pero también la libertad está en desprogramarnos: vivir una desprogramación para poder tomar decisiones diferentes a las que tomamos siempre.

—Está en el colectivo: la gente está empezando a decidir tener conciencia, a tomarse su tiempo para sanar y liberarse…

—Lamentablemente, aún hay una gran masa de colectivo que piensa que lo que yo digo es chino mandarín. Porque la gran masa, para la gente, es el miedo.

—¿Miedo a hacernos cargo?

El 2020 fue el año que tuvimos que hacernos cargo. Pero la mayoría de la gente no quiere hacerse cargo de nada.

—¿Por qué es tan importante hacernos cargo de nuestra vida?

—Porque nosotros vivimos en una realidad que se llama dual. Significa que siempre hay dos cosas que están ocurriendo y nosotros no nos damos cuenta de eso. Siempre tendemos a elegir tomar partido por alguna de las dos opciones. Por ejemplo: “tengo todo el poder de mi vida” versus “los de afuera son los que tienen el poder y yo no tengo nada”. Son los dos. Obviamente, afuera hay una estructura de poder que nos limita, pero yo realmente no tengo mucho poder para cambiar la estructura externa. Yo tengo el poder si también soy responsable de mi vida, porque a partir de mis creencias yo estructuro mi realidad. Esas creencias están condicionadas desde traumas, heridas familiares, etcétera. Ser responsable de tu vida significa que si bien afuera hay muchas cosas que te están ocurriendo, tú eres responsable de lo que está ocurriendo. Hay una parte de ti que está atrayendo esas cosas que te ocurren. ¿Cuánta gente dice que le gustaría ganar más dinero o hacer algo que le gusta? Pero si te metes a ver su inconsciente, no se creen a sí mismas: cuando tienen una oportunidad se mueren de miedo, o hacen algo para que no les resulte. El hacernos responsables nosotros mismos es doloroso porque implica darse cuenta de cómo funcionamos y que, de cierta forma, todo lo que nos pasa tiene que ver con nosotros. Pero también es muy liberador porque tenemos la oportunidad de cambiar las cosas.

—A la hora de desear aparecen los miedos. ¿Cómo se trabaja eso?

—Se trabaja de a poco. Creo que el 2020 fue el año de confrontación: nos pusieron un espejo y nos hicieron mirar nuestros miedos, nuestras máximas pesadillas. ¿Cuál es la lección del 2020? Que seguimos vivos en el 2021. Nosotros creemos que hay ciertas cosas que si las vivimos no vamos a hacer capaces de sobrevivirlas. Es un terror básico primario que nos reprime de ciertas cosas. En el 2020 te tocó enfrentar muchas de las cosas que creíste que no ibas a poder sobrevivir, y sobreviviste. Quizá ni siquiera tuvo un resultado muy lindo pero te sientes más poderosa, con más capacidades. Uno nunca va a estar listo para actuar, pero no significa que no tengamos que actuar. Eso es la vida: salir a actuar, vivir, desarrollar el aprendizaje, las herramientas. Entender que la vida es fácil y difícil al mismo tiempo. Cualquier aventura que vivamos va a tener altos y bajos. Vivimos en una cultura que nos quiere domesticar todo el tiempo, que quiere que seamos dependientes, que no quiere que corramos riesgos, que no incentiva a la aventura personal. Y la vida es una aventura. Una mujer que nunca ha sido madre, ¿está lista para ser madre? Nunca. La vida es eso: tenemos que estar listos para lanzarnos a vivir nuestra vida y resolver millones de cosas que aparezcan. Tenemos todas las terapias del mundo, herramientas para trabajar el inconsciente, el subconsciente, el niño interno, la familia… Parte de hacerse cargo es entrar a resolver ciertas cosas, sobre todo aquellas que me dan terror mirar. El 2021 es el año, astrológicamente hablando, para que hagamos lo que tenemos que hacer. Acuario se lanza. La energía del año es lanzarte pero con los pies sobre la tierra.

—En cuanto a la astrología, ¿cómo se te ocurrió estudiarla?

—Me leyeron la carta astral en 2018 y me encantó. Me hicieron una radiografía muy profunda de mí. Me llamó mucho la atención. La astrología es algo que toma mucho tiempo. Aprenderla te hacer ser más tolerante y humilde.

—No hace falta estudiar astrología para ser astrólogo. Tal vez nos sirva como herramientas para nosotros mismos. ¿Cómo se hace?

—La carta natal permite entender y hacer un proceso de autoconocimiento súper potente de cada uno: entender realmente quiénes somos, por qué actuamos de cierta manera, qué nos condiciona y cómo podríamos ir evolucionando e ir usando esa misma energía. No me gusta la astrología que te define y determina, si no que me gusta la carta natal como proceso de evolución personal. También te permite entender cómo son las otras personas: vivimos en un mundo de mucha intolerancia.

—Atravesamos la intolerancia hace mucho tiempo, ¿pero creés que ya está pasando?

—Tal vez aumente un poco más pero debería ir pasando. Porque si logramos hacer que la energía de Acuario entre sanamente… porque la energía de Acuario habla del colectivo humano: que muchos grupos diferentes se pueden unir e integrar por algo en común, que es un tema de humanidad colectiva. Eso hoy día está muy lejos de expresarse porque lo que pasa es que vemos expresiones muy válidas, pero con una expresión de la energía de Acuario de baja vibración, donde las minorías que han sido reprimidas, rechazadas, atacadas, violentadas, están enfurecidas, y están siendo muy intolerantes con los que piensan diferente. Lo que pasó es que lo que ha sido rechazado o marginado se están convirtiendo en los que la marginaron o rechazaron. Hubo un movimiento de polarización. La energía de Acuario no es eso. Es que seamos lo suficientemente consientes para ver el cuadro amplio y que entendamos a que todos tenemos derecho a tener diferencias, pero no significa que no nos podamos respetar. Es la base de la libertad de comunicación. Todos tenemos derecho de decir la tontera que se nos ocurra, pero podemos respetar la base de la libertad de la comunicación, que también es algo que se está perdiendo hoy en día.

—¿Cómo va a afectar el año de Acuario a todos los signos?

—Todo el año tiene sus momentos de mayor dificultad e intensidad, y de menor. El 2020 fue un año extremadamente rudo. Se mantuvo así todo el año y el 2021 también va a ser así. Pero el 2021, uno de los periodos más complejos que tiene es entre enero y principio de febrero. Los signos que van a vivir con mayor fuerza e intensidad la tensión de los próximos 15 días son los que tienen los planetas en Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Y especialmente para los que tengan estos planetas en la primera mitad de los signos. Esto va a llegar a su clímax el 28 de enero, un día de mucha tensión energética. No significa que pase algo afuera sino dentro de los procesos internos. Los signos más beneficiados son los que tengan planetas en Géminis y Libra. Otro signo que la tiene complicada es Aries. Hay ciertos signos que llevan ya un buen tiempo de trabajo difícil: Capricornio, Aries, Cáncer, Libra. El año pasado y el 2019 fue un año duro para estos signos. Este año está siendo duro para las personas que tengan su planeta al final del signo.

—¿Para qué nos sirve conocer y saber nuestra carta astral?

—Te sirve para un montón de cosas. El astrólogo por un lado te puede ayudar a entender por qué te está tocando lo que te toca en este momento. Eso tiene que ver con los tránsitos. ¿Cuál es el sentido de lo que me está tocando vivir? ¿Por qué me está pasando esto que me está ocurriendo?, especialmente si me está tocando vivir algo complejo en mi vida. Porque nada es un accidente y todo tiene un sentido y tiene una inteligencia. Los tránsitos son cómo los planetas me están llegando o afectando a mí, porque puede ser que me presente un desafío o no en este momento. Tienen que ver con qué energía me está llegando, qué proceso de cambio y transformación tengo que vivir en este momento, en diferentes áreas de mi vida. En qué áreas tengo que madurar y construir, en qué áreas tengo que vivir cambio y desapego, en qué otra área me tengo que transformar, en qué área de mi vida tengo que hacer crecer… Estamos viviendo múltiples procesos al mismo tiempo. Por el otro lado, la carta natal nos permite entender cómo funcionas tú. Es un mapa de nuestro ser, un manual de usuario.

—¿Cuáles son las oportunidades que tenemos este año?

—Las oportunidades de este mes de enero son las mismas que presenta todo el año porque este mes es una concentración energética muy fuerte de lo que es el resto del año, que es el cambio. Es un año donde el atrevernos a vivir experiencias nuevas, a romper con las estructuras antiguas, es la clave más importante. El año para revelarnos a nosotros mismos. A nivel global, el primer semestre es el año de la pérdida de la libertad. Saturno estuvo casi todo el año basado en Capricornio, pero en abril y mayo entró en Acuario, que es donde estamos ahora. Cuando entró en Acuario fue cuando pusieron cuarentena en todo el mundo. Ahora que entró de nuevo Saturno en Acuario comenzaron de nuevo las cuarentenas masivas. Hasta antes de la entrada de Saturno en Acuario no estaban haciendo estas cuarentenas masivas. Aquí hay dos cosas que diferenciar: uno es lo que está pasando afuera, y otro, lo que pasa internamente. Probablemente vamos a ver que en los primeros meses del 2021 nos van a poner muchos límites. Uno por dentro tiene que romper esos límites, y no solo externamente, sino que tengo que condicionarme y liberarme como para hacer una compensación de todo lo que estoy perdiendo afuera. Si yo siento que solo me quitan lo de afuera y eso me quita mi libertad, estoy entendiendo que tengo que desconfigurar lo que realmente me frena.

—¿Cómo nos marca o nos condiciona nuestro parto, el momento que nacimos?

—La carta natal justo está asociada al momento del parto. Se necesita el lugar y la hora de nacimiento. Tiene que ver con el momento de la primera inhalación. Surgen dos preguntas: ¿soy quién soy por cómo estaban los planetas en ese minuto, o está súper inteligentemente programado, por lo tanto yo nací en ese minuto porque en ese minuto representaba la energía que vengo a vivir? Yo creo que es la segunda opción. El momento del parto es muy importante porque nos marca. El momento del parto está muy asociado al ascendente porque es qué signo estaba en el cielo en el Este cuando tú naces. Es energía que está ascendiendo, es la energía principal que marca cómo vienes tú saliendo al mundo. Marca tu individualidad. Por ejemplo, si alguien tiene ascendente en Sagitario, significa que Sagitario estaba en el Este, significa que la persona para expresarse en el mundo, lo hará con esa energía de Sagitario. Es tan fuerte esto que esa energía que está cuando naciste y está en el ascendente, es una energía que te va a acompañar toda la vida. Siempre que tengas que salir a actuar vas a sentir esa vibración energética. Si, por ejemplo, tienes ascendente en Capricornio, significa que tu parto fue complejo, porque tú vienes a ser una maestra de la dificultad, una maestra en lograr conseguir cosas a pesar de circunstancias difíciles, porque tú vienes a ser una maestra de la realidad. Cuando ya entiendes cómo funciona la realidad, las cosas te parecen fáciles. La mayoría de la gente rechaza un poco su energía ascendente porque nadie quiso nacer en realidad. El hecho de nacer es muy traumático en realidad.

—Es importante conocer nuestro ascendente para conocer nuestras características fuertes.

—Sí, porque nos permite entender por qué se nos repiten ciertas situaciones en la vida. Porque básicamente la vida te está diciendo: “Tienes que incorporar esto”, y si no quieres incorporarlo, la vida te obligará a vivirlo. Hasta que te des cuenta que aunque te obliguen a vivirlo, tú tienes que manifestarlo.

—¿Qué marca la Luna?

—La luna representa el signo Lunar, el signo que nos da más seguridad, el que más nos representa, donde nos sentimos más cómodos. Es una cualidad energética que nos encanta. Es lo que más nos acomoda, pero al mismo tiempo es también lo que nos frena, porque nos negamos a soltarnos de ese lugar cómodo. Si yo, por ejemplo, me vuelvo mamífero, las mejores lunas van a ser aquellas que sintonizan mejor con lo que un mamífero necesita. Cuando me refiero a mejor luna es la que causó menos dolor cuando éramos niños. Las lunas más cómodas son Cáncer, Tauro, Leo, Géminis, Sagitario. ¿Qué luna son las difíciles, aquellas que generan heridas emocionales? Escorpio, Capricornio, Acuario, Virgo, Piscis, Aries. Son lunas que lo que me da seguridad, atenta contra el espíritu mamífero que hay en mí. Cuando uno tiene la Luna en Aries necesita que le peleen. Pero, ¿qué necesita un mamífero? Contención, estabilidad, amor. La Luna en Escorpio necesita que la amen tanto hasta causarles dolor. Son Lunas que lo que buscan inconscientemente es generar dolor. Son Lunas más difíciles, con mayor nivel de dificultad, que hay que aprender a manejar.

—¿Qué pasa a los siete años de cada persona?

—Se cumple el septenio: la vida marca un tiempo. El tiempo o los ciclos de la vida son siete, ocho. Cada septenio significa que se acaba una etapa de la vida. En la otra viene un objetivo diferente, una misión, una realidad diferente. Existen grandes ciclos que son los de los cuatro septenios: cada cuatro ciclos se cumple un gran ciclo, una gran etapa. Nosotros, como seres humanos, generalmente vivimos tres grandes ciclos de Saturno: de los 0 a los 28, de los 28 a los 56, y desde los 56 hasta los 84. Cada ciclo es completamente diferente. Vivimos en una cultura donde le damos mucha fuerza al segundo ciclo, pero no entendemos el primero y ni el tercero. El primero no lo entendemos porque los niños vienen a desarrollar una propia intelectualidad, vienen a aprender a funcionar en un mundo difícil. No entendemos su rebeldía natural. El otro ciclo desentendido es el que viene después de los 56, el más hermoso de todos. El sentido de ese ciclo es que la vida te dice que tú tienes derecho a vivir una vida que esté mucho más asociada a quién eres tú. Entre los 28 y los 56 el éxito, las metas, el trabajo, la familia, está todo más bien puesto afuera: en las responsabilidades sociales, familiares o en la autoexigencia que me puedo poner para tener éxito. Después de los 56 la vida te da permiso para que hagas lo que quieras hacer.

—¿Y por qué no pasa antes? ¿Por qué no podemos disfrutar y agradecer?

—Lo podemos hacer antes de los 56. Sucede que normalmente las metas y motivaciones que tenemos hasta antes de los 56, sin que nos demos cuenta, están demasiado condicionadas por nuestra sociedad, por nuestra necesidad de reconocimiento, por mandatos. Es una época donde nos damos cuenta de que mucho de lo que teníamos idealizado no lo vamos a vivir, donde vivimos desilusiones potentes con nosotros mismos. Una época donde estamos atrapados y no estamos siendo libres. Y en esa crisis es donde tenemos que dar un giro en nuestra vida. Después de la crisis de los 40 es donde sucede el “retorno de Quirón”: marca las principales heridas y dolores que tenemos. A los 49 sucede ese retorno y nos da un momento de mucho dolor pero también una oportunidad maravillosa. Te dice que has vivido hasta aquí tratando de evitar el dolor. Te da el regalo de que experimentes el dolor y que ese dolor te transforme, que te liberes y te des cuenta de que no tiene sentido luchar contra el dolor. Debes aceptar el momento que vives. Comenzamos a vivir nuestra vida cuando dejamos de temerle al dolor. El concepto de felicidad no tiene nada que ver con lo que nuestra alma y el ser quieren ser. Reconociéndome en esas emociones puedo expresar quién soy yo.

—Para terminar: consejos astrológicos para ser feliz.

—Manejar la rabia y la frustración. Es una práctica diaria de descarga, de respirar y meditar. Es tan fuerte la energía de frustración que puedo perder la conciencia. Es algo clave para poder vivir. Si hay cosas en tu vida que ya no aguantas más, ya déjalas de hacer.

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