“Ni siquiera me lo imaginaba, fue un encuentro en Estancia Chica donde se movilizó la caravana de EL Lobo (Gimnasia y Esgrima de La Plata) y había que estar fuera de la cancha. Yo me metí por unos alambres y me escondí en los bancos, cuando escuché que la gente empezó a cantar salí y vi que venía Diego caminando. No me animaba a acercarme, había escuchado que tenía u n humor muy particular y no quería hacerlo enojar. Le dije ‘Diego te amo’ y me levantó el pulgar y me llamó con la mano. Empecé a caminar con él, charlamos, cantamos canciones, saltábamos, le dije ‘no pongas as a tal jugador’, se reía, me acarició la cabeza, y después salió en los noticieros”, recordó Eugenia Laprovittola en diálogo con Teleshow sobre su primer encuentro con Diego Maradona, hace poco más de dos años.
Lo que no imaginó la joven futbolista de 25 años que vive en La Plata es que aquel encuentro tomaría otra dimensión tras la muerte del Diez y luego de que un periodista le hiciera llegar unos datos que le generaron dudas sobre su identidad, ¿es hija del Diez?
“Chau, me voy a ver a Diego”, decía todas las mañanas Eugenia a sus papás, al salir de su casa para los entrenamientos. Es que luego de aquel día, entablaron una relación amistosa: “Lo seguí viendo en los entrenamientos, se acordaba de mí. La primera vez cuando llegué a mi casa tenía una emoción, no me paraba nadie. Nunca me sentí incómoda porque él no imponía esa distancia de ídolo, lo sentías como una persona más”.
En las charlas Diego solía darle consejos sobre cómo patear la pelota y la abrazaba. Pero aquellos momentos se cortaron, primero con la cuarentena, y luego con la muerte del ídolo. “Estaba internada porque pasaba un momento de salud medio feo y una de las enfermeras me dice ‘murió Maradona’, yo le decía que no, ella me decía que sí. Mi familia no me quería contar para que no me pusiera mal. Cuando me cambiaron de habitación, a una que había tele le pregunté a mi papá qué había pasado. Al día siguiente me dieron el alta y quería ir al velorio pero el médico no me dejó”.
Días más tarde, en medio del duelo que aún sigue haciendo por la partida de su, hasta ese entonces ídolo, comenzaron a contactarla periodistas diciéndole que tenían información y datos a través de los cuales podrían inferir que ella podría ser hija de Maradona.
Eugenia tiene 25 años y desde los 25 días de vida vive con su mamá y papá adoptivos, “ellos siempre van a ser mis papás”, aclara, y tiene un hermano mayor. Desde chica supo que era adoptada, pero no había tenido inquietudes sobre su identidad, hasta el momento. “No me daba curiosidad, estoy bien con mis padres, tenía asumido que era adoptada, pero nunca tuve rencor hacia nadie”, dijo la joven.
Ella se contactó con su madre biológica solo a través de terceros, ya que aún no se siente lista para enfrentar ese momento: “Ella intento acercarse pero todavía no quise verla, esta todo revolucionado y tengo que verla con tranquilidad, sin que estén los medios, para ver si me junte o no”.
Con la información que le dieron los periodistas, que contenía fechas, lugares, nombres y documentos, Eugenia se sentó a hablar con sus papás que le dieron todos los papeles de adopción, para que pudiera cotejarlos y dárselos a su abogado para poder ir a la Justicia a iniciar una demanda por filiación. “Le dije a mis papás que siempre van a ser ellos, pero que dada la relación que tenía (con Diego) quería saber si lo que me decían era verdad”.
Su padres no sabían sobre el padre biológico de Eugenia. Respecto a su historia, lo que sabe hasta ahora es que Diego y su madre biológica se habrían conocido en un bar donde ella era mesera y que estuvieron juntos: “En ese momento ella estaba en pareja y cuando la pareja de ella se entera que no era de él (el bebé), le pegó en la panza para que me perdiera, para que no me tenga y en ese contexto, cuando nací, ella tenía miedo que me hiciera algo esta persona, decidió darme en adopción”.
¿Qué le genera escuchar eso? “Yo sabía que a ella le pegaban en la panza pero pensaba que era mi padre biológico, crecí con eso y no tengo rencor, ni me genera odio ni resentimiento, es parte de mi historia”, dijo la joven que cree que Maradona nunca se enteró que su mamá biológica esperaba un hijo suyo.
Sobre su búsqueda de identidad, aseguró que sus papás la apoyan y se queda con los valores que le enseñaron: “Me criaron con que no importa lo que pase, vos tenés que ser siempre la misma persona, estas en la cima o en el piso, tenés que ser siempre igual y saben que cuando esto pase yo voy a ser la misma persona. Cuando empezó me cuidaron bastante de los medios y de la gente, no vemos tele, para no estar con el tema todo el día”.
Eugenia sabe que el proceso judicial será largo, “tengo toda la vida para saber la verdad” admitió. Las cartas ya están echadas pero sea con un resultado positivo o negativo, ella no cree que su futuro en el día a día cambie mucho: “El deseo es saber quién soy, de dónde vengo. Más allá de eso me imagino jugando al futbol como hasta ahora, con mi familia”.
Respecto a si le gustaría tener relación con Junior, Dalma, Gianinna, Jana o Dieguito Fernando en caso de comprobarse la filiación, dijo: “No tengo problema con ninguno ni quiero tener problema con ninguno, los atendería si quieren hablar” . Si el examen de ADN no arroja coincidencia, seguirá buscando la verdadera identidad de su padre.
Eugenia creció viendo a Diego en televisión. El Diez estuvo tan presente desde siempre en su hogar, que le resulta imposible determinar cuándo lo vio por primera vez, pero más allá de lo futbolístico, rescata muchos otros momentos públicos de Pelusa: “Me acuerdo mucho de La noche del Diez y ahí se lo veía muy bien. Iban los papás y compartía muchas cosas con sus padres. También recuerdo los partidos a beneficio con Messi y su papel como entrenador de la Selección”.
Lo que más va a extrañar: “Los abrazos, él era mucho de abrazar. Las charlas de fútbol también, era la persona que mas sabía y me entendía, me daba consejos, extraño levantarme y decirle a mi familia ‘voy a ver Diego’”.
“No pude parar y procesar todo, recién estoy haciendo el duelo de la muerte, era cercano y ahora siento que hago el duelo delante de todo el mundo”, cerró la joven futbolista mientras que espera que termine la feria judicial para poder continuar con su camino en búsqueda de su identidad.
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