A lo largo de la historia de Hollywood hemos visto de todo. Niños actores, jóvenes promesas que se convirtieron en leyendas, y también estrellas que parecían tener el mundo en sus manos pero desaparecieron del show business por diversos motivos. Sin embargo, la meca del cine también nos acercó artistas a los que la fama les llegó pasados los 40 años. Intérpretes que venían un largo rato en el banco de suplentes hasta que la varita mágica los puso de titulares y se convirtieron en los jugadores estrella. Porque como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
Christoph Waltz
Este actor nacido en Austria tiene actualmente 64 años y un gran agradecimiento al director Quentin Tarantino, quien supo darle el empujón necesario para que el mundo disfrutara de su actuación. Bastardos sin gloria fue el film que lo llevó a su propia fama. La escena de inicio del film, donde interpreta al coronel nazi Hans Landa y la culmina con “Au revoir Shoshana!”, vale por toda la película, y lo llevó directo a ganarse un Oscar cuando tenía 52 años. Dos años más tarde repetiría el premio por otro film de Tarantino, Django desencadenado.
Peter Dinklage
Imposible no asociar su nombre con Tyrion Lannister de Game of Thrones. La épica y ya clásica serie de HBO, le otorgó a este actor inglés lo necesario para consagrarse mundialmente luego de participar en roles secundarios. Su papel fue uno de los más queridos de la serie, rol que le llegó a los 43 años, luego de haber rechazado propuestas laborales que lo estereotipaban.
Viola Davis
La actriz que ya guarda un Oscar en su casa tiene actualmente 55 años, y le llegó la fama recién a los 42, cuando, luego de participar en papeles menores, formó parte de la película La duda junto a Meryl Streep y Amy Adams. A partir de esta participación -con la que logró varias nominaciones a los premios más importantes- la carrera de Davis no dejó de crecer. How to get away with a murder la posicionó como protagonista de una serie superpopular. Este trabajo lo alternó con grandes films como The Help, Fences y la más actual (disponible en Netflix y que le daría una nueva candidatura a los Oscar) Ma Rainey ‘s Black Bottom.
Bob Odenkirk
Lo conocimos como Saul Goodman en Breaking Bad, e inmediatamente generamos un vínculo con Bob. Ese abogado chanta que se vinculaba con el narcotraficante Walter White y Jesse Pinkman, supo conquistar a los fans. Odenkirk tenía por entonces 46 años y sin darse cuenta le había llegado la oportunidad de su vida profesional. Tanto fue así que logró tener su propia serie, Better call Saul, que con su propia impronta supo generar uno de los mejores spin off de la series. Con sus 58 años encima, el trabajo de Bob no deja de brillar, y va por más.
Allison Janey
La actriz de 61 años ganadora de un Oscar por su papel secundario en Yo, Tonya, conoció la fama en la serie The West Wing cuando ya tenía casi 40 años. A partir de ese papel, como secretaria de prensa de la Casa Blanca, Janey se hizo mundialmente conocida, y las ofertas de trabajo se multiplicaron. American Beauty, Las horas, Hairspray, Juno y la mencionada Yo, Tonya son algunas de las decenas de películas en las que vimos actuar a Allison. Premiada una y mil veces, la carrera de esta actriz que comenzó tarde parece no tener fin.
Samuel L. Jackson
Es otro de los actores que le deben mucho al director Quentin Tarantino. Pulp fiction se estrenó allá por 1994 y se convertiría en la película que cambiaría la historia de Hollywood y también la de Samuel L. Jackson. El actor tenía por ese entonces 46 años, y su carrera comenzaba a florecer. Sus películas y su estilo particular de hablar con un acento propio hacen de Jackson uno de los actores más queridos de la industria, al que el éxito le llegó un poco tarde.
Octavia Spencer
Su participación en The Help (Historias cruzadas) le dio la fama que no lograba con sus anteriores participaciones en Hollywood. Era el año 2011, y Octavia tenía 41 años. Su papel de Minnie Jackson le valió un Oscar de la Academia, y todos los productores pusieron foco en ella. Llegarían así películas como Figuras ocultas, La forma del agua y Ma, que la llevarían a la cima de las mejores actrices de la industria.
Jon Hamm
La carrera de Hamm se divide entre antes de la serie Mad Men y después de ella. Su papel como Don Draper le dio la fama internacional que hasta ese momento no lograba. Tenía 36 años cuando comenzó la serie, y enseguida enamoró a todo el mundo. Finalizada en 2015, el actor se internó en una clínica de rehabilitación por su adicción al alcohol, y hoy, a sus casi 50 años, está intentando encontrar otro éxito de la talla de Mad Men.
Jane Lynch
La fama tocó su puerta a los 49 años, cuando se sumó a la serie de Ryan Murphy Glee. Allí dio vida a Sue, quien con su equipo de gimnasia y cara de pocos amigos logró que la audiencia la adorara. Su carrera tomó vuelo luego de esta producción y así llegó La maravillosa señora Maisel y Space Force.
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