“Somos actores, queremos actuar”, aclamaban los artistas por el 2001 ante la falta de ficción. Aunque pasaron dos décadas, la frase bien podría utilizarse ahora. Luego de un año en el que por la pandemia del coronavirus los telones estuvieron cerrados, la actividad teatral se va reacomodando de a poco a “la nueva normalidad”, palabras tan escuchadas en los últimos tiempos.
Luego de varias idas y vueltas y el fuerte reclamo del sector, el gobierno de la provincia de Buenos Aires habilitó a los teatros para que puedan trabajar durante la temporada de verano. Claro que para eso, las salas deben cumplir con estrictos protocolos, como el uso de tapabocas para empleados y público, alfombras sanitizantes en las entradas y un aforo del 30 por ciento.
Entre los últimos días de diciembre varios teatros de Mar del Plata abrieron sus puertas para recibir nuevamente al público, de quien no pudieron despedirse el año pasado. Otros lo harán en las próximas semanas y ciertas salas, como las del Teatro Provincial, directamente continuarán cerradas. Aún con capacidad reducida, protocolos y algo de incertidumbre, productores y elencos celebran los debuts.
Mar del Plata la revista en el teatro Corrientes es una de las pocas piezas en cartel que cuenta con gran cantidad de artistas (quince aproximadamente). “La temporada arrancó bien”, aseguró Lorega Liggi a Teleshow, productora y directora de la pieza y dijo que trabajaron mucho para poder cumplir con todos los protocolos: “No se relaja nunca, se disfruta con una nueva modalidad. El público necesita divertirse, distraerse y pasarla bien, lo hace notar y lo agradece diariamente”.
Pablo Sorensen uno de los actores que integran la revista destacó la responsabilidad de cada uno para sí mismo y hacia sus compañeros: “Detrás de escena respetamos el protocolo, estamos con mascaras y siempre hay mucho alcohol en gel. Desde el ingreso del teatro hasta que termina cada función nos cuidamos mucho entre nosotros. Somos responsables y cuando miro la platea de butaca y fila de por medio veo como la gente también respeta los espacios y cuando termina la función esperan la orden para retirarse fila por fila”. Además, aunque se trata de una temporada atípica, se mostró agradecido con el hecho de poder trabajar y espera que los casos de COVID-19 bajen para poder seguir adelante.
Para disminuir el contacto, los ensayos los hicieron todos separados en distintos lados y los cuadros respetan siempre la misma dupla o trío de bailarines (burbuja), no cambian. Los artistas llegan peinados y maquillados desde sus casas y solo hay contacto sin máscara en el escenario.
Adrián Pallares, productor de El show de los Escandalones, el unipersonal de Rodrigo Lussich, en diálogo con este sitio destacó lo “emocionante” que le resultó volver a pisar un teatro: “Hacía nueve meses que no entraba a uno. Mas allá de los números, que no fueron los que se estaban esperando, la gente estaba conmovida por el teatro. La vuelta estuvo muy bien”.
Además, comparó la actividad con otras y analizó: “Es más seguro estar en un teatro que en un restaurante, porque estás la hora hora diez que dura el espectáculo con el barbijo puesto, en tu burbuja hay dos butacas para la derecha, dos para la izquierda, fila atrás y adelante. Esta sala donde estamos tiene mil, y entran 300 personas, ¡ojala se vendan! Entonces la gente está muy segura. Te toman la temperatura cuando entrás, alcohol en gel, barbijo siempre y se sanitiza la sala antes de empezar porque hay otra función y ahí estamos. La experiencia fue muy buena, largamos el 2 y lo que esta pasando en la Costa es un día a día”.
Marcos Moyano, integrante del grupo de teatro independiente El Séptimo Fuego, que en este momento tiene en el espacio siete obras en cartel durante todos los días de la semana, entre ellas Gracias María Elena con Virgnia Lago, contó a Teleshow que ya comenzaron a hacer funciones en esta “nueva normalidad”: “La gente se moviliza, llega hasta el teatro, respeta los protocolos en lo que es ingreso, se mueven en los grupos en los que llegaron, hay respeto por el cuidado, en la sala están divididas las butacas para que se ubiquen en la platea de forma distribuida. Nuestro aforo es de 30 espectadores como máximo y se respeta”.
El director destacó que “la gente está ávida de ver teatro” y que eso es lo que hace que a pesar de los cuidados, se movilice, reserve entradas y vaya a los espectáculos. “Logramos tener una programación bastante interesante y algunos días doble función de dos espectáculos distinto”, agregó.
Respecto a cómo se modificó la forma de hacer teatro para los artistas, dijo que ahora los elencos están “hasta último momento con el barbijo puesto”, que incluso se maquillan y mientras esperan para salir a escena vuelven a ponerse el tapaboca, al igual que el personal técnico que cumple con los mismos cuidados: “No implica ninguna complicación a la hora de hacer lo que hay que hacer, lo que es favorable y estamos contentos. No se modifica la actividad teatral pero es cierto que las actividades que se prepararon están acotadas”. Sobre el escenario este año, debido a la pandemia “hay más unipersonales” y en aquellas obras donde hay varios artistas en escena, se respeta la distancia social.
Cada teatro, cada sala, cada pieza tuvo sus tiempos. Los cuatro fantásticos del humor, con Diego Pérez, Carna, Alacrán y Alfredo Silva fue una de las obras afectadas directamente por el coronavirus ya que su estreno, previsto para el sábado 26 de diciembre, tuvo que posponerse para el 6 de enero luego de que Pérez diera positivo en el test de COVID-19. Sergio Gonal por ejemplo, que se presenta en el Teatro Enrique Carreras, es otro de los artistas que decidió hacer un unipersonal, disminuyendo así la cantidad de gente y el contacto y como título para su obra eligió el nombre Nada es igual, seguramente haciendo alusión a los cambios que dejó el 2020.
La posibilidad de tener que cerrar ante un contagio de parte de un integrante del equipo (artístico o técnico) es un factor que los empresarios tuvieron que poner en la balanza a la hora de decidir si daban o no sala en el 2021. Carlos Mentasti, director del Teatro Provincial de Mar del Plata, prefirió no abrir por estos tres meses las puertas del icónico complejo de “la feliz”: “Al teatro va gente mayor, de 50 o 60 para arriba, que es la gente que mas castigada está y que más miedo tiene. Está el riesgo de contagio y el bolsillo, si no vas al teatro o al cine podés vivir, si no vas al súper no; hay prioridades y el concepto fue cuidar al teatro, llevar obras que realmente prestigien”, había explicado el productor a Teleshow.
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