A partir de su trabajo en El gran premio de la cocina, el certamen gastronómico que se emite en las tardes de El Trece, Felicitas Pizarro se convirtió en una de las cocineras más queridas de la televisión. La jurado puso en pausa su participación en el programa por un motivo más que atendible: el inminente nacimiento de Indalecio, su segundo hijo. Este miércoles fue su última participación en el ciclo, y la emoción se invadió de su rostro y se trasladó al de sus compañeros.
Todo sucedió en los minutos finales del programa, cuando la conductora, Carina Zampini, anunció que se trataba de un día muy especial. “Llegó el momento de dejarla ir por un ratito, porque Indalecio está pidiendo pista”, señaló la conductora. “La vamos a extrañar”, agregó su colega, Juan Marconi. La cámara enfocó a Felicitas, que sabía que hablaban de ella: se tomó el rostro, y se preparó para un momento emotivo que iba a transitar inevitablemente entre lágrimas.
La cocinera dejó su lugar en el sector de degustaciones y se acercó a la posición de los conductores. “Desde que llegamos está así nuestra panzona”, continuó Zampini en referencia al estado emocional de la cocinera. “¿Tengo que hablar?” preguntó Pizarro, quien finalmente se recompuso y repartió emotivas palabras tanto para los conductores, como para sus compañeros del jurado y los participantes.
La cocinera tomó la palabra y se hizo cargo de la situación. “Les quiero agradecer un montón. Desde que me enteré que estaba embarazada, creo que lo dije primero acá antes que a mi mamá y a mi papá porque tenía que trabajar, porque había una pandemia y me daba miedo, y me trataron bárbaro”, señaló Felicitas, y destacó la atención de la producción, siempre pendiente de lo que pudiera necesitar.
A la hora de repartir los mensajes personalizados, empezó la ronda por los conductores. “A Carina por ser mujer, y mamá, siempre muy atenta a todo; y a Juan, por decirme los mejores piropos del mundo para una embarazada”, destacó Felicitas antes de pasar a sus compañeros del jurado, Christian Petersen y Mauricio Asta. “Voy a extrañarlos, los quiero un montón. Mauri trajo un montón de alegría al programa, y Chris es un gran amigo, muy generoso y muy compañero. Paso más tiempo con él que con mi marido”, contó en clave de broma y en referencia al chef con el que tiene una química especial.
Con las emociones en aumento, la cocinera mezcló sonrisas y lágrimas para despedirse por un tiempo del programa. “Estoy feliz. Me voy a hacer el trabajo más lindo del mundo, que es el de ser mamá”. Marconi pidió “Un aplauso para Feli, reina total”, pero la jurado todavía tenía algo para decir, y les habló a los participantes: “Voy a ver al ganador de El gran premio... por television, los veo cocinando muy bien. Voy a estar siguiéndolos y les deseo mucha suerte en esta competencia”, los animó, mientras recibía los aplausos de los concursantes. “Disfrutá, que es lo más importante de todo”, la despidió Zampini.
En noviembre pasado, la cocinera había vivido un momento difícil cuando se contagió de coronavirus. Para colmo, su esposo Santiago Solerno estaba internado por una operación de apendicitis. “La logística es compleja porque estoy embarazada de siete meses, tengo un hijo de tres y estoy cuidando un poco a un operado”, contó a Teleshow quien también es mamá de Ramón y ahora se prepara para agrandar la familia.
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