Las semifinales de Masterchef Celebrity están al rojo vivo. Durante esta semana, seis participantes continúan en carrera para saber quién se lleva el primer trofeo del certamen en su versión famosos. Analía Franchín, Vicky Xipolitakis, Claudia Villafañe, Sofía Pachano, Belu Lucius y El Polaco Cwirkaluk compiten día a día por ese premio. Y en lo que va del certamen, nunca estuvieron tan enfrentados como en la gala de este miércoles.
Al abrir la caja misteriosa, cada participante se encontró con un recetario de Masterchef con un contenido muy particular: los mejores platos que cada uno había preparado durante en el certamen. Para la prueba, cada famoso debía intercambiar su receta con el compañero de al lado, y, para ponerle más picante, el autor original de la receta sumaría su opinión a la del jurado para evaluar al participante.
Con las cartas ya repartidas sobre la mesa, Vicky Xipolitakis y Analía Franchín intercambiaron posiciones y recetas. Analía tuvo que preparar el crumble de manzana con el que se había lucido la vedette, quien por su parte, le tocó reproducir el caldo de mar con el que se había lucido la periodista.
Durante la prueba, las participantes podían ayudarse y sumarle algún toque particular para ensalzar la preparación. Pero más que facilidades, estos comodines les trajeron varios dolores de cabeza.
Franchín fue la primera en enfrentar al implacable jurado integrado por Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui. Pero el verdadero problema lo tuvo cuando se sumó Vicky a evaluar su plato. “¿La manzana donde está?” empezó preguntando la vedette, dejando en claro que no iba a tener concesiones a la hora de evaluar.
“Sinceridad absoluta”, pidió el conductor Santiago del Moro, y la Griega tomó el consejo al pie de la letra: “De lo malo hacés algo bueno. Me gusta, pero no la veo perfecta, no le siento el gusto a manzana. Y la crema está tímida”.
La periodista tragó saliva y se defendió. “Por lo menos mi crema tiene canela, le puse un poco de onda”. Vicky se mantuvo en modo jurado y cerró su devolución: “Lo lograste, te pongo un siete y te felicito por tu esfuerzo”, dijo con un tono que sonó irónico. Al menos así lo tomaron los tres jurados y la propia Analía, que sin embargo, y fiel a sus convicciones, celebró el estilo de juego de su adversaria.
La venganza es un plato que se come frío, reza el dicho popular. Para Franchín, fue un caldo amarronado que se tomó con cuchara. A la hora de evaluar su preparación, no tuvo concesiones con la Griega y empezó juzgando por la vista “El mío era un caldo de mar, este parece de río sucio”. El plato tampoco le iba a entrar por el gusto. Al probarlo, la periodista fue lapidaria con su gesto de desaprobación y la fulminó con la palabra: “Siento que no leyó el libro, no tiene gusto a nada”.
El principal problema de la elaboración fue la cantidad de sal usada por la vedette, y allí ambas participantes estuvieron de acuerdo. “Me parece que le puse mucha sal”, reconoció Vicky. “Incomible”, corrigió Franchín y pasó a dar su devolución. “Es agua con un caldo de pescado de los que vienen en cajita. Difiere mucho del mío, para mí es un cuatro”. “Bueno, con cuatro se aprueba”, se ilusionó Vicky, pero Betular la ubicó en las semifinales de la competencia. “Eso era antes, ahora se aprueba con siete”.
Estaba claro que ni Xipolitakis ni Franchín competían por la medalla dorada, que quedó en el pecho de Belu Lucius. Ambas participantes deberán mejorar mucho de cara a lo que se viene, donde el margen de error cada vez es más chico. Aunque se sabe, cada gala es un desafío diferente y los roles pueden cambiar con pequeños detalles.
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