Después de tantos amagues y rumores, parece que ahora va en serio. Según reportó el sitio Page Six, la estrella de televisión Kim Kardashian está dispuesta a poner fin a su matrimonio con el rapero Kanye West. Según ese medio, la pareja mantiene el secreto bajo siete llaves, pero el divorcio es un hecho. Inclusive, Kim contrató a Laura Wasser, abogada que ya representó a celebrities como Angelina Jolie, Johnny Depp, y Britney Spears, en sus respectivos divorcios.
Según el sitio estadounidense, hay otros indicios que indican que el tambaleante matrimonio está transitando sus últimos días. Por un lado, la modelo de 40 años no estuvo usando su anillo de boda. Por su parte, el rapero de 43 pasó las fiestas de fin de año en su rancho de Wyoming, en lo que habría sido un pedido de Kardashian para tomar distancia y empezar a preparar el trámite del divorcio.
De acuerdo al reporte, la gota que rebalsó el vaso y llevó a la ruptura es el diferente momento profesional y emocional que vive la pareja. Fuentes cercanas a Kim entienden que mientras ella se encuentra en un momento de fortaleza personal, pensando en estudiar abogacía y cercana a las cuestiones sociales, Kanye está hablando de postularse para presidente y diciendo otras cosas locas. “Ella ya ha tenido suficiente”, argumentaron.
La estrella y el rapero se conocieron a principios de los 2000, aunque tardaron más de diez años, y dos divorcios, para estar juntos. Kim estuvo casada con el productor musical Damon Thomas del 2000 al 2004 y con el basquetbolista Kris Humphries en 2011. Fue por ese entonces que ese afianzó la relación entre ellos. “Antes de que me casara con Kris Humphries estuvimos hablando un poco pero nuestros caminos se separaron. Supongo que tenía que pasar por ese matrimonio antes de darme cuenta de qué quería”, contó Kim cuando todo era felicidad.
Como era de esperarse en figuras de su talla, el enlace resultó fastuoso. Primero el diseñador Valentino ofreció un brunch en su honor en París y luego realizaron una fiesta en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. El 24 de mayo de 2014 celebraron en un castillo en Florencia, la ciudad en la que habían concebido a su primera hija, North, y parecían destinados a estar juntos. Con los años se agrandó la familia y llegaron Saint, Chicago y West. También comenzaron los problemas
En octubre de 2016, Kim sufrió un violento robo a mano armada en París, en el que la estrella fue maniatada y amordazada, los ladrones se llevaron varias joyas de lujo, incluido un anillo de 18 quilates, y algunas piezas de oro y diamantes cuyo valor estimado por la aseguradora se cifró entonces en unos USD 10 millones. El caso llamó la atención hasta del presidente François Hollande y la estrella pudo recuperar alrededor de USD 6 millones, además de despedir a su guardaespaldas y parte de su servicio de seguridad.
Al poco tiempo, y en otro hecho de impacto global, el rapero empezó a manifestar un comportamiento errático. Suspendió una gira mundial, fue hospitalizado de manera repentina y el diagnóstico fue lapidario: había sufrido un trastorno bipolar. Las consecuencias nunca se fueron del todo y este año sorprendió al postularse oficialmente para las elecciones en los Estados Unidos.
West admitió no haber votado nunca en su vida y presentó tarde los su postulation, sin embargo se lanzó a la aventura. En su primer acto de campaña, en Charleston, Carolina del Norte, se lo vio más errático que de costumbre. Apareció ante el público con un chaleco antibalas que tenía la leyenda “Seguridad” y un 2020 afeitado en su cabeza.
Con un comportamiento cada vez más extraño, acusó a su esposa de de querer encerrarlo en un manicomio, en lo que consideró un acto de racismo. Entonces, Kim pidió comprensión para su marido, de quien recordó que su marido padecía un trastorno bipolar y que se había agravado en los últimos meses. Ahora, parece haber dicho basta.
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