El 2020 fue un año muy complicado para todos y Vicky Xipolitakis no fue la excepción a la regla. La griega venía atravesando serios problemas luego de su separación de Javier Naselli, padre de su hijo Salvador Uriel, de dos años, a quien había denunciado por violencia de género y con quién al día de hoy mantiene una disputa por la manutención el régimen de visitas del niño. Sin embargo, su llegada a Masterchef Celebrity en en el mes de septiembre cambió completamente su vida.
Espontánea como pocas, la griega supo destacarse en el reality de gastronomía que conduce Santiago del Moro por Telefé desde el primer día. Pero también logró sorprender al jurado compuesto por Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui, con su, hasta ahora desconocido, talento para la cocina. Y, como si esto fuera poco, logró conquistar al público con su intento de seducir al chef más severo del certamen, con quien se inventó una suerte de novela.
Así las cosas, para la primera edición del mes de enero, Vicky decidió llegar al estudio luciendo un atuendo muy especial, que había sido confeccionado por ella misma. ¿Cuál? Una especie de mameluco blanco al que le había pegado el número 2021, su nombre, varios corazones de papel aluminio y todos sus deseos para el año que comienza.
“Fue un año distinto, así que hay que arrancar este con mucha buena energía”, dijo Xipolitakis. Y mostró las palabras con las que había plasmado sus buenos augurios: “Amor, salud, familia, amigos, felicidad, trabajo, paz y, sobre todo, justicia. Que se haga justicia”. En la espalda, en tanto, la griega escribió: “Gracias Masterchef”. Y todos en el piso celebraron su ocurrencia.
Lo cierto es que, en esta oportunidad, Vicky tenía la posibilidad de salvarse de la gala de eliminación con una prueba previa en la que debía competir con Belu Lucius y Analía Franchín, ya que las tres habían sido las mejores cocineras de la semana. Y el desafío no era nada simple: tenía que preparar el mejor sambayón en menos de quince minutos. Ella nunca había preparado uno y, en su apuro, en un primer momento descartó la yema del huevo en lugar de la clara. Pero insistió, hasta que lo logró. Y, al escuchar su nombre, no pudo evitar el llanto.
“Son lágrimas de emoción. Me están costando un montón de cosas. Y que me vaya bien, de verdad...Muchísimas gracias. Es como que empieza a venir todo lo bueno. Me hizo muy bien este año estar acá. Venía de pasarla un poco mal”, reconoció desconsolada desde el balcón, después de confirmar que estaba entre las seis mejores de la competencia.
Y luego, en un insert, la griega agregó: “Esto se lo quiero dedicar a mi mamá y a mi papá, que son las personas que confiaron plenamente en mí cuando pensé que me quedaba sin vida. A mi hijo, a mi familia y a toda la gente por el amor que me da”. Cabe recordar que, en cada edición del reality, Vicky se convierte en tendencia en las redes sociales y sus fans no dejan de mostrarle su apoyo, por lo que se perfila como una de las candidatas a ganar el certamen.
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