Desde que comenzó Masterchef Celebrity, Vicky Xipolitakis no dejó de sorprender al jurado compuesto por Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui. Y no sólo por sus ocurrencias, sino también por su hasta ahora desconocida habilidad para la cocina. Sin embargo, en la gala de medallas de este martes, la griega casi termina arreglando para ir a trabajar al restaurante de uno de los prestigiosos chefs, pero no como cocinera sino como moza. O, mejor dicho, como atracción para los clientes.
En esta oportunidad, la vedette presentó para su degustación dos sandwichs que tenían que tener al menos dos preparaciones y una salsa cada uno: el primero una baguette de atún con mayonesa de zanahoria, berenjena y zucchini y, el segundo, en pan pita con aceitunas negras, cebollas caramelizadas, tomates secos y queso con salsa de pepinos, queso crema, ajo y menta. “Ojalá los deje sin palabras”, dijo Vicky, aclarando que le había puesto de nombre “sandwichito” por “chito”, lo que en lunfardo significa “silencio”.
Entonces, Betular le pidió que le explicara cuáles habían sido las preparaciones que había realizado. Y Xipolitakis las empezó a leer de su palma. “Tengo todo el machete en mi mano. Iba pensando y lo iba anotando, porque eran tantos pasos y tantos ingredientes, todo por dos, que me olvidé todo”, explicó entonces. De todas formas, le costó responder las preguntas de Damián sobre su propia elaboración. “Ponete las pilas porque el otro día zafaste por poco”, le dijo entonces Santiago del Moro, conductor del ciclo. “Te juro que re cocino”, le respondió ella.
“Me encantaría que vengas a trabajar de moza en mi restaurante”, le propuso entonces, sin dudarlo, De Santis. “Podemos hacer una noche distinta, con la participación especial de Victoria Xipolitakis... ¡Se llena!”, le dijo entonces la griega entusiasmada. “Ni siquiera avisamos: venís”, le contestó el chef, seguro de que iba a ser la mejor estrategia de ventas para su negocio. Pero, rápida de reflejos, ella le preguntó: “¿Y yo qué gano con todo esto?”. Aunque ambos terminaron resolviéndolo con “un canje”.
Lo cierto es que, cuando Donato probó su primer bocado, no pudo evitar que se le chorrera un poco de relleno. Y Vicky salió a su rescate. “Pará Tano, no te manches. Traje servilletas en las ligas. Una cocinera tiene que estar siempre preparada”, dijo mientras sacaba unos papelitos tissue que tenía sujetos a su muslo. “¡Me encantó!”, fue todo lo que pudo decir el chef ante semejante actitud.
A su turno, Matitegui también sufrió el mismo percance, pero como Vicky ya no tenía más servilletas salió corriendo a buscar un rollo de cocina para asistirlo. “Primero pasalo por la liga, si no tiene sentido”, le sugirió entonces De Santis. Y la griega no sólo cumplió, sino que también improvisó un sensual baile que hizo sonrojar a Germán. “Igual, es el jurado: respeto porque estás en una competencia”, le recordó entonces del Moro. “Sin palabras todo”, dijo finalmente el chef.
Lo cierto es que, a pesar de algunas críticas y muchos elogios, esta vez a Xipolitakis no le alcanzó para obtener la estrella dorada que necesitaba para quedar entre los seis mejores del certamen. “Yo creo que me tengo que tomar unos minutos antes, pensar, ver bien, diagramarlo en mi cabeza al sandwich y después plasmarlo. Así con todas las comidas”, reflexionó Vicky después de escuchar la devolución del jurado.
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