Lo primero que se escucha es el ruido de las olas, que se funde con una música instrumental con igual nivel de calma y relajación. De un imponente vestido amarillo empieza a emerger la figura de Calu Rivero. Primero sus brazos, en movimiento cadencioso y reflejados en un portarretrato dorado. Luego deja ver su cuerpo en posición fetal, como si estuviera por nacer a una nueva vida, esa que abrazó hace un año, cuando eligió llamarse Dignity como parte de una búsqueda espiritual y liberadora, y que reforzó con sus hechos, cada vez más cerca de la naturaleza.
En la naturaleza Calu es feliz, y se le nota. Se acuesta sobre la arena, relaja y carga energías para seguir. Mira a cámara de costado, primero algo desafiante, luego sonriente, y se lanza a correr por la orilla del mar en un irrefrenable símbolo de libertad. Un giro pleno de bailarina y felicidad plena, hasta que vuelve a cubrirse y arrepollarse en su vestido amarillo.
Los comentarios de sus seguidores no tardaron en llegar, y si bien las redes sociales suele ser un territorio fértil para los haters, la actriz recibió una amplia mayoría de mensajes positivos: “Dignity me encanta tu arte”, “Movimientos del nacer”, “Entendiste todo y sos belleza, vida y luz transmitiendo y transmutado”, escribieron algunos usuarios, intercalando sus palabras con emojis de corazones, mariposas y arco iris.
Tampoco pasó desaparecibido su particular atuendo, que cosechó todo tipo de comentarios. “Hermoso ese vestido”, elogió alguien. “Qué bueno está ese ‘cómo se llame’ que llevas puesto!!”, sentenció otro, y un tercero arriesgó una hipótesis: “Es como la chala de un tamal o una humita”.
No es el primer video en el que la actriz hace referencia a la conexión con la naturaleza. Como parte de un radical cambio de vida, dejó su departamento en Brooklyn donde transitaba la cuarentena, y se instaló en una granja de New Jersey , un santuario de animales rescatados, reforzando una activa postura en defensa de los animales y contra el especismo.
La joven compartió varios videos suyos en contacto con distintas especies de animales. Gatos, cerdos, vacas y hasta cabras se acercan a Calu sin temor y ella los besa y abraza. La actriz vive junto a su novio en una cabaña de madera, corta leña para cocinar y calentarse, y utiliza el río que corre a unos pocos metros para sacar agua apta para consumir e higienizarse. En ese mismo lugar, armaron una especie de muelle, en el que lavan tanto la ropa como los utensilios de cocina.
Pero la vida agreste está llena de sorpresas y la actriz lo vivió en carne propia, y lo compartió con sus seguidores. En una filmación se ve cómo una víbora se acerca a ellos durante una de sus rutinas tímidamente y los acecha. Sin embargo, lejos de asustarse, vivió este acontecimiento naturalmente. Contó que cuestiones así, en medio de la nada, se viven a menudo y que ya están acostumbrados. “La naturaleza no para de enseñarme cosas, y yo sigo aprendiendo. Estoy agradecida y voy a ir compartiendo esto con todos ustedes”, detalló en otra publicación.
A finales del 2019 la actriz decidió cambiarse el nombre y pasó a llamarse Dignity. La noticia causó impacto entre sus seguidores y el público en general, que oscilaron entre las burlas, la aprobación y la admiración. “Soy una abanderada del respeto, combato el maltrato y la violencia en todas sus formas. Mi dignidad me salvó”, explicó. En diálogo con Teleshow, la actriz reflexionó sobre el impacto que causó su decisión. “Yo digo Dignity y se lo toman a chiste. Y yo bueno, está bien, no me río con vos, me río de que te reís. Y ya no me importa, ya no le pongo valoración. ¿A vos te da gracia? Vos resolvé por qué no podés jugar con la fantasía, por qué no te permitís cambiar, qué te da miedo de eso que tiene que ser como toda la vida fue”, contó la actriz, y amplió su postura. “Si a mí no me da miedo, ¿por qué te enojás vos? Está buenísimo que te genere algo, pero preguntate qué, si es gratis… Yo no voy a dejar mi cambio y mi transformación por lo que la gente y el relato indiquen. Ya no”.
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