“Se acordó que actividades musicales y teatrales se pueden desarrollar en espacios al aire libre y en salas teatrales mientras cumplan con las condiciones de ventilación, aforos limitados y distancia social”, anunciaron desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires a principios de diciembre luego de que empresarios del sector pidieran la homologación de los protocolos necesarios para poder trabajar. Sin embargo, aún con los permisos correspondientes, por cuestiones de infraestructura o de costos, muchas salas no abrirán sus puertas.
A casi once meses de que la OMS declarara “pandemia mundial” al coronavirus para muchos sectores es complicado hallar la “nueva normalidad” de la que tanto se habló en los últimos meses y el entretenimiento es uno de ellos. Carlos Mentasti, director desde agosto del 2019 del Teatro Provincial de Mar del Plata confirmó a Teleshow que el complejo “permanecerá cerrado” durante la temporada.
La decisión de bajar la persiana durante el verano 2021 no fue fácil de tomar, explicó el productor que hasta ya había comenzado a esbozar la programación hace varios meses: “Salí de Mar del Plata el 9 de marzo porque empecé a filmar y arranqué a armar la programación para la temporada, en abril o mayo tenía (planificadas) seis obras en las tres salas”. Es que en ese momento el panorama era otro y citó a su colega, Carlos Rottemberg: “Me decía ‘abrimos septiembre en Buenos Aires a pérdida para tener temporada’, y pasó lo que pasó, no se pudo y se abrió recién ahora”.
A medida que pasaban los meses, el productor de películas como Bañeros 2, la playa loca, La fuga o Un cuento chino se dio cuenta de que prefería dar un paso al costado ya que la dinámica del Provincial era difícil de combinar con los protocolos. “El año pasado en las tres salas hubo 13 obras rotando, en los camarines había actores, maquilladores, vestuaristas, 35 o 40 personas rotando”, explicó.
“Se enferma cualquiera, desde un actor a un asistente y tengo que cerrar, es demasiado riesgo y no estoy acostumbrado a improvisar. Imaginate la nota ‘el Provincial cerrado por contagios’”, dijo convencido de que eso sería peor para la gente que trabaja en las obras, pero también para el nombre del reconocido teatro: “Cuando tomé la decisión fui terminante. No veo la temporada y la idea es proteger a la gente”.
Más allá del riesgo sanitario, entiende que la temporada no será buena en lo económico: “Al teatro va gente mayor, de 50 o 60 para arriba, que es la gente que mas castigada está y que más miedo tiene. Está el riesgo de contagio y el bolsillo, si no vas al teatro o al cine podés vivir, si no vas al súper no; hay prioridades y el concepto fue cuidar al teatro, llevar obras que realmente prestigien”.
“El teatro me emociona, la preparación los actores a las 7 en camarines, el público mirando, el aplauso final, es maravilloso, no estoy a esta altura para hacer cualquier cosa para vender una entrada. Está bueno hacer espectáculos al aire libre y que los teatros que puedan se acomoden”, dijo y admitió que para habilitar las salas había que hacer unos “cambios enormes”, sobre todo por lo referido a la ventilación.
Sin teatro en La Feliz, Mentasti igual sigue con proyectos y ya está pensando en la temporada 2021 en la ciudad de Buenos Aires. Así, en marzo se estrenará a través de streaming el musical Rent, con producción de Valentina Berger y con Cande Molfese como protagonista y Franco Friguglietti (ex Cirque du Soleil y Mahatma).
Además, acaba de terminar con el rodaje de Ex Casados, con Roberto Moldavsky que se estrenará en agosto. Además, junto con la productora La Sagrada Familia (Nicolás y Esteban Puenzo, Pucho Mentasti y Carlos Baccetti) está trabajando en la serie Mamá en línea con Juan Taratuto y en la biografía de Juan Manuel Fangio, que cuenta con el apoyo de los hijos del quíntuple campeón de Fórmula 1. Además de que llevará a la pantalla la novela de Alejandro Roemmers, Vivir se escribe en presente.
“Hay mucho y de calidad, es en lo que estamos trabajando en este momento tan difícil. En mi vida hice unas 70 películas. Si analizamos los años, siempre pasó de todo. Cuando hice la película con Pablo Echarri y Nancy Duplaá (Apasionados, 2002) explotó el país y podíamos usar nada más que 300 pesos por semana para filmar”, recordó, acostumbrado a sortear las crisis para poder trabajar.
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