Este 2020 -que será por siempre (mal)recordado- no podía despedirse sin que Mirtha Legrand regresara al sitio que le corresponde por derecho propio: en su mesaza, desde donde se convirtió en la referente más importante de la historia de la televisión argentina. Como desde hace medio siglo, este año había comenzado con la diva al frente de sus programas en El Trece. Pero la pandemia modificó los planes. Y debió resguardarse en su casa, protegiéndose del contagio de coronavirus. Su nieta, Juan Viale, logró reemplazarla con solvencia.
Densos, herméticos, interminables: los meses fueron pasando. Nueve, más precisamente. Y al fin, este sábado 19 de diciembre se produjo el regreso tan anhelado: Legrand estuvo en una edición especial de La Noche de Mirtha, grabada en horas de la tarde para ser emitida a las 21.30. Lo hizo como invitada estelar en su propio ciclo.
Desde el ventanal de su piso en Avenida del Libertador la conductora podía observar el cartel de la vía pública, colocado sobre Plaza Alemania, que anuncia el gran evento: “Ella vuelve”, se lee, impreso sobre la figura de Juana en la mesa de su abuela, y con esos ojos celestes, que tanto cautivaron en el cine, observando desde atrás. No hay una sola mención más. Ni falta que hace.
El sábado por la mañana Legrand se preparó -sin prisa pero sin pausa- para dirigirse a Estudio Mayor, desde donde se emite el ciclo, y ocupar su camarín habitual, debidamente desinfectado. Su nieto, Nacho Viale, productor del ciclo y encargado del operativo retorno, ideó una burbuja sanitaria para minimizar los riesgos de contagio. Así es como todas las personas que -por cuestiones técnicas- tendrán contacto estrecho con Chiquita, fueron hisopadas. Y el número de asistentes al programa fue limitado a su menor expresión.
“¡Me siento rara! Sí, muy extraña -le había contado en exclusiva a Teleshow-. Pero bueno, estoy con muchas ganas de que empiece el programa. Con ansias. Y soy muy optimista, porque sé que vamos a hacer un lindo trabajo con Juana”. Cerca de las 12.30, ya maquillada y peinada (por sus estilistas, Lía Sánchez y Gladis Andrade), y secundada por custodios de una empresa de seguridad privada, Legrand dejó su edificio -por la salida de Scalabrini Ortiz- en el Mercedes Benz conducido por su chofer. A esa hora su nieta ya la esperaba en el estudio televisivo.
Sábado 19 de diciembre, 13.15 horas: para guardar en los libros. Porque exactamente en ese momento Mirtha Legrand volvió a pisar un estudio televisivo. A esa hora llegó a Estudio Mayor, ubicado Ravignani y Cabrera, Palermo. Y al igual que hizo al dejar su edificio, no bajó del auto. Y evitó -más allá del saludo cordial para el fotógrafo de Teleshow- conversar con la prensa, una sana costumbre que siempre mantuvo a lo largo de su carrera. Pero el presente es distinto, y esa negativa resulta tan esperable como apropiada: se trata de otra de las medidas sanitarias previstas para proteger su salud.
Al ingresar a Estudio Mayor, su equipo de producción, personal de limpieza y seguridad la recibieron con aplausos y una ovación al grito de “¡Chiquita! ¡Chiquita!” Tal como se puede ver en el video, ella usó anteojos y guantes y barbijo blancos como medida de prevención, y saludó a todos los presentes con besos a la distancia.
A las 16.40 Mirtha ya estaba de regreso en su hogar, en Palermo. Las cámaras del programa de Crónica TV El run run del espectáculo la interceptaron en el hall de entrada del edificio. Ella respondió con amabilidad, como siempre que le hacen una consulta, pero prefirió no extenderse demasiado porque la grabación del programa la dejó agotada y quería ir a descansar. “Me siento muy feliz”, se limitó a responder.
Allí la esperaba Nacho Viale, pero también Adrián Suar, gerente de Programación de El Trece, y Pablo Codevilla, gerente de Contenidos del canal.
Mirtha lució un diseño de Claudio Cosano, quien le hizo llegar cuatro opciones de vestuario para que la diva eligiera. Juana, por su parte, llevó una creación de Gino Bogani. Sus nietos le prepararon varias sorpresas. Por caso, Nelly Trenti, la locutora que la acompañó durante tantos años, volvió a hacer la presentación del programa. Y entonces, la Legrand salió al aire, sin tener una idea de cuánto se la extrañó...
SEGUÍ LEYENDO