La consigna de Andy Kusnetzoff para los invitados de Podemos Hablar, por Telefé, tenía que ver con aquellos que “en algún momento se convirtieron en padres de sus padres”. Y Adriana Salgueiro no dudó en pasar al punto de encuentro. La actriz, que actualmente conduce Espléndidos e Infidentes junto a Daniel Ambrosino en AM 990, reveló que se había sentido así cuando su madre, Alejandrina, ya no pudo levantarse de la cama.
“Desde que tengo recuerdos, ella estaba enferma”, dijo Adriana. Y, cuando el conductor le preguntó por el momento exacto en el que había sentido que se habían cambiado los papeles, respondió: “Cuando quedó postrada en una cama. Tenía la edad que tengo yo ahora, 63 años. Fue fuerte. Me necesitaba demasiado y para mí era mucha responsabilidad. Pero ahí estuve hasta el último momento. Y me di cuenta que sí, que habían cambiado los roles y que ella ya no era más mamá, era mi hija. Y tenía que hacer lo que yo decía”.
Salgueiro contó que, desde entonces, no le quedó más remedio que acompañar a doña Alejandra, como le decían sus allegados para simplificar su nombre, todo el tiempo que podía. “Eso influyo bastante también en el hecho de si yo podía o no tener hijos”, reconoció la actriz, quien está casada con el productor Alejandro Arellano pero nunca cumplió su sueño de ser mamá.
“Ella estuvo postrada en la cama muchos años. Y, cuando partió, ahí fue cuando yo sentí....No una liberación, nada más lejano. Sino tranquilidad de saber que había sido una buena madre de ella. Pero no me había ocupado de mí. Yo lo único que hacía era trabajar y estar con ella”, explicó Adriana, quien no quiso ser una mamá añosa y prefirió no traer hijos al mundo.
Según contó la actriz, ella no había querido llevar a su madre en una institución siendo tan joven, por lo que decidió que tuviera una internación domiciliaria. “Mi vida era salir corriendo de mis trabajos para estar con ella y acompañarla. Estuvo así como ocho años. Fueron muchos. Y ella sufrió tanto, que yo ni al peor de mis enemigos le deseo lo que ella vivió. La verdad, no”, dijo terminante.
Y luego se sinceró: “Fue una tortura. Es feo lo que yo voy a decir, pero yo decía ‘Dios mío, llevátela’. Porque no merece estar sufriendo tanto. Pero bueno, no era el momento y tenía que ser así. Y yo estuve ahí. Y la gran tranquilidad fue que, cuando mamá partió, que me esperó a mí para hacerlo porque en ese momento ya estaba internada, nos abrazamos con mi hermano (Marcelo) y él me dijo: ‘Vos podés estar tranquila porque hiciste por ella todo lo que se podía’”. Cabe recordar que, hace tres años, Adriana perdió también a su papá, Oscar, a quién en su despedida había definido como el “mejor hombre y padre del mundo”.
Sin embargo, Adriana no está sola. Tras 16 años de pareja, en 2013 se casó con Arellano, con quien sigue unida hasta el día de hoy. En aquel momento, el productor había llegado con la propuesta de matrimonio y la fecha, 13 de junio, en la que debían pasar por la Iglesia San Benito. Y ella no le pudo decir que no. “Cuando recibí los papeles sentí que algunas cosas de la vida me las había salteado. A la maternidad llegué tarde, pero al casamiento no y eso está buenísimo”, había confesado la actriz en aquel momento.
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