Mamá de Verónica de 15, Luisa Albinoni, de 69 contó que a los 19 tuvo un hijo y que en el hospital donde nació le dijeron que murió. Ella nunca lo pudo ver y a cincuenta años de aquel día, aún tiene dudas sobre si su bebé, hoy ya un hombre, está vivo.
“Fue en la dictadura, no lo vi y siempre te queda la duda de si está vivo o no. A mí me quedó ese vacío”, dijo la actriz en Los ángeles de la mañana sobre el episodio más doloroso de su vida y admitió que es algo que no va a superar nunca.
Es una de las primeras veces que la participante del Cantando 2020 habla públicamente del tema. Su decisión de contar la historia surgió luego de haberse emocionado al interpretar la canción de la película Ghost, la sombra del amor en el certamen: “Creo que me equivoqué al elegir eso (el tema). Me movió cosas que me descolocaron y me sacaron de la situación. Como me pareció que quedaba muy grande con Lautaro (su compañero), aunque tenga todo ese aspecto de señor, y entonces le propuse que hiciéramos que era la madre que se fue y que protegía a su hijo”.
“Es lo que a mí me hubiera gustado, si tengo que ser honesta. Ahora ya no, porque seguí viviendo gracias a Dios para conocer a mi hija Verónica, que es lo más lindo que tengo”, abrió su corazón y siguió: “Eso me quedó y cuento, porque fue una situación rara, el nene nació, yo tenía 19 años. Fue en la Dictadura, yo después no lo vi, mi marido hizo todo, después ya no pude preguntar, ya no está, y siempre te queda la duda de si murió o dónde está”.
Sorprendido con lo que la invitada al piso estaba contando, Ángel de Brito preguntó: “Tuviste tu embarazo, el bebé nació ¿y te dijeron que había muerto una vez que nació?” y ella respondió que sí: “Era muy lógico, porque había tenido problemas en el embarazo, y después tuve en otros, por mi sangre, que es B negativa. Hubo que cambiarle al chiquito parte de la sangre, un despelote bárbaro”
Resaltó que siento tan chica y en aquella época, había muy poca información: “A mí no me explicaron bien en ese momento y, cuando uno es tan joven, hay cosas a las que uno no le da bolilla y pensás que no son graves. Yo tenía 19. Siempre tuve la duda, porque no tuve dónde ir. Yo ahora cumplo en enero 69 años, pero en esa época los conceptos eran otros”.
En ese momento, su pareja, que era 25 años mayor, se encargó de todos los trámites y Luisa contó que en algún momento hasta llegó a dudar de él: “Se pensaba ‘No le demos más sufrimiento’, entonces el esposo se ocupaba y a mí me quedó ese vacío. Después perdí dos embarazos más, y por eso a los 52 años me resuelvo por la adopción. Y también por eso hice todo legal, porque tuve el fantasma de que a alguna mamá le dijeran que había muerto y ese bebé me lo habían dado a mí en adopción. Por eso sé de dónde viene mi hija y conozco su historia. A su familia no la conozco, porque la encontraron junto con sus hermanitos en estado de abandono, pero conozco la historia”.
Su bebé nunca llegó a tener nombre, pero sí sabe que era un varón que hoy tendría unos 49 años: “Siempre lo busqué. Y llega el día en que nació y para mí es como si cumpliera años. No se supera. Incluso tuve mis dudas de mi marido, que me llevaba 25 años y él prefirió no hablarme del tema para no hacerme sufrir más, cuando yo quería saber qué había pasado”.
La vida misma hizo que tuviera que seguir adelante y convivir con aquel dolor: “Me empezó a golpear la vida de otras maneras, a los 21 murió mi papá y me tuve que hacer cargo de mi familia, me hice una coraza, el humor y la alegría me ayudan a salir de un montón de cosas”.
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