“De repente el mundo era otro”, reflexiona Alejandro Sanz, que en lugar de paralizarse transformó la pandemia en arte, y desarrolló el proyecto colaborativo más grande de habla hispana.
Desde su estudio en Madrid, el músico recibe a Teleshow para presentar su último sueño y adelantar cómo será el brindis por el 2021 que pronto se inicia.
“Trataba de contar una historia que nos ha pasado a todos narrada por los protagonistas. Que en ningún momento se viera alterada por ningún tipo de interés. La gente nos abrió no solo las puertas de su casa sino de sus emociones, de sus almas”, cuenta sobre El mundo fuera, el documental que hoy estrena Amazon Prime Video, y que comienza con la cancelación de la gira internacional de Sanz debido a la necesidad de aislamiento.
Para la producción de El mundo fuera, recibió más de 4500 testimonios de todas partes del mundo, y acompañó con 20 de sus más bellas canciones que ayudan a conectar en tiempos de distancia. “Creo que cuando vean la película se van a sorprender mucho porque parece que pasó hace 10 años. Es una cosa que hoy se ve lejana. La capacidad del ser humano para olvidar...”, reflexiona el cantante en referencia al inicio de la pandemia que paralizó a todo el planeta.
—Alguien dice una frase muy interesante en el documental: “Me dormí; cuando desperté el mundo era otro”.
—Sí, sí, efectivamente, yo creo que nos pasó a todos: de repente el mundo era otro. Pero ahora yo creo que no tenemos presente lo que hemos pasado durante esos meses. El otro día, repasando el documental, me dio la sensación de que habíamos olvidado todo eso que vivimos, todas las promesas que hicimos de mejorar, todo eso que nos prometimos a nosotros mismos de salir de esto mejores, ¿no? Lo cual es bueno porque demuestra que tenemos buena intención, pero también es preocupante la fragilidad de la memoria.
—Y en particular, ¿cuál fue tu aprendizaje este año?
—Aprendí que somos capaces de superar cualquier cosa, básicamente, y que podemos unirnos ante una situación en la que la tragedia nos golpea a todos. También aprendí que la soledad no construye caminos. La soledad impuesta no es la situación idónea para crear, por ejemplo. Y aprendí a prometerme muchas cosas, también.
—Sin embargo le encontraste la vuelta porque rápidamente hiciste uno de los primeros streamings en pandemia, junto con Juanes. Encontraste esta propuesta creativa. Fue muy importante lo que pasó con el arte en estos meses y cómo llegó para hacernos un mimo al alma.
—El primer streaming que hicimos, así como la canción, “El mundo fuera”, fue casi un aspaviento. O sea, fue una reacción, casi una mueca, reaccionando a lo que estaba ocurriendo. Pero luego, pasado el primer período, cuando ya dejé de estar todo el día escuchando lo que pasaba con las diferentes teorías que surgían sobre la situación, ahí pudimos retomar el tema de la creatividad y de la cultura, de la canción, del baile, de los pintores, y agarrarnos a eso y convertirlo en una de las herramientas más poderosas, junto con la esperanza y la ilusión, para afrontar esta situación. Ha quedado demostrado que la cultura en general no solo es necesaria, sino que es vital.
—Este año nos enfrentamos a extrañar las pequeñas cosas, como por ejemplo el abrazo.
—Sí. Yo creo que calculamos mal los tiempos. Al principio creíamos que esto iba a durar 40 días, porque somos muy bíblicos cuando queremos. Entonces claro, de ahí viene cuarentena: de 40 días, ¿no? Y calculamos muy mal, y después resultó que eran pues ocho meses. Entonces hubo gente que se lo tomó como que iba a estar descansando en su casa durante 15, 20 días; a lo sumo un mes. E incluso decidió que lo iba a hacer solo, no con los seres más queridos: “Ya veré a mi papá cuando pueda”. Y luego se dio cuenta de que esto se alargaba, y calculamos un poquito más despacio. Las pequeñas cosas siguen siendo las más grandes.
—¿Nos servirá para aprender a revalorizar esas pequeñas cosas?
—Esa es la intención que todos tenemos. Pero no sé si ya nos acordamos de todo lo que prometimos, como te decía al principio. Yo creo que en algunos aspectos en cuanto haya algún clic que nos recuerde lo que pasó, y yo espero que esta película sea un pequeño clic también, vamos a retomar todas esas promesas y esas iniciativas de cambio que tanto ondeábamos al principio de la pandemia, cuando nos vimos solos.
—¿Creés que los políticos que nos gobiernan estuvieron a la altura de las circunstancias?
—Yo creo que ni los que nos gobiernas ni los que no nos gobiernan... Por lo menos yo vi demasiada tensión política cuando el común de los mortales queríamos estar unidos, y necesitábamos estar unidos. Y necesitábamos tranquilidad, y necesitábamos sosiego, y no nos lo dieron. Los políticos en general no nos dieron eso: se dedicaron a hacer política. Y yo creo que en eso nos traicionaron bastante. Luego, en el manejo de las situaciones, creo que todos intentaron hacer lo mejor posible. Esa es mi percepción. Unos con más aciertos que otros. Si me siento decepcionado por algo es porque no estuvieron a la altura emocional de la situación, y no supieron darnos el sosiego, la tranquilidad y la paz que necesitábamos. Que se hubieran unido y hubieran dicho: “Estamos todos a una y estamos con ustedes”. Eso es lo único que les pedíamos.
—El mundo nos dijo algo este año.
—Sí. Nos dijo algo: nos insultó directamente. De alguna manera también hemos visto reflejado la capacidad de recuperación que tiene el planeta. En cuanto nos quedamos quietos durante unos meses, ya la primera semana se notaba en el ambiente. Salías un momentito a la ventana y el aire era como eléctrico. No sé, se sentía una limpieza en el aire, una pureza increíble. Todo más brillante.
—Todo más brillante. Todo más lindo. El cielo más azul de Madrid, decías, pero sin poder salir a la calle.
—Cuando por fin no había polución nos teníamos que poner mascarillas, y luego respirar.
—¿Cómo va a ser tu brindis este fin de año? ¿Cómo vas a recibir, qué vas a pedir para el 2021?
—No puedo decir lo que deseé el 2020, no lo voy a decir aquí, en horario infantil. Pero al 2021 le voy a pedir normalidad, pero no de la nueva si no de la vieja. Normalidad de la de toda la vida. Eso es lo que le voy a pedir.
—Festejo que en un año tan tremendo los artistas hayan podido mimarnos de alguna forma. El mundo fuera me encantó, y ojalá ayude a que no nos olvidemos lo que atravesamos en este año. Me quedó con esto: el mundo fuera nos espera.
—Exactamente. Yo creo que lo que dices es muy importante. Al final también dentro de la película se refleja todo el mundo ha puesto lo mejor de sí, cada uno en su profesión. Hemos intentado dar lo mejor posible. Los periodistas en su trabajo, nosotros en el nuestro, la gente por supuesto, los sanitarios, la gente de los servicios públicos. Todo el mundo ha puesto lo mejor, lo que mejor sabía hacer lo ha intentado hacer lo mejor posible para poder entregarlo a los demás. Y con eso me quedo yo. Y con la esperanza de que no olvidemos de dónde venimos para saber bien hacia dónde vamos.