María Antestesia López es una doctora de un centro de estética. Rocío Campos, una joven amante de la vida al aire libre. Jenifer Velázquez es profesora de gimnasia y ama la vida sana y entrenar. Marilú Lanzelota es una conductora de cable con aires de diva. Todas ellas, son Candela Vetrano. La actriz que dio sus primeros pasos a los siete en Agrandadytos hace dos décadas, acaba de lanzar Candente Online, un proyecto que la tiene como única protagonista y en el que tiene el desafío de interpretar a doce personajes.
La cuarentena obligó a la industria televisiva y a los artistas a reinventarse. “La pandemia me afectó, pero tuve la suerte de tener salud y la gente de alrededor también así que fue un proceso profundo de conocimiento, la primera vez de años que vengo trabajando que tuve quietud y silencio y me sirvió para ver qué quiero hacer desde que lugar, fue resetearse y empezar de nuevo, desde otro lugar”, dijo Vetrano en diálogo con Teleshow.
En ese marco de “reseteo” la actriz pudo prepararse para mostrar su faceta más divertida, luego de que la convocaran de Mona Multimedia, una nueva plataforma de streaming, para tener un programa propio cada sábado, aunque más que propio multitudinario, porque lo comparte con sus doce alter egos.
“Adrián Díaz, un fotógrafo que trabajaba para Cris (Morena) me dijo que quería que hiciera algo para esta nueva plataforma y junto con Edu Morales, escritor, me dio la idea de hacer esta sátira a los programas de cable de telecompras de productos y servicios. En este programa hay una conductora que es Marilú Lanzelota, que invita a sus auspiciantes a vender”, contó la actriz sobre el proyecto “hecho a pulmón”.
En medio de aquel micromundo de una docena de interpretaciones, siempre hay invitados, ya pasaron Fernanda Metilli, Rodrigo Noya y Mica Lapegüe. “Son 35 minutos de ritmo y humor”, dijo Cande y contó que si bien los personajes surgieron del guionista, le puso mucho de ella, desde lo emocional, hasta lo físico: “Mi hermana Juli estuvo en la producción y fue el primer proyecto que ella tomó, muchas cosas de utilería eran de mi abuela, de mi tío, todo tenía mucho que ver con mi vida, los vestuarios los hice yo, algunos con ropa mía, una camisa de un vecino”.
El desafío de hacer doce personajes la asustó al principio, “me parecía una locura” confesó y agregó: “Requirió coraje. Cada uno tiene un humor, no todos se ríen de lo mismo, cada uno tiene una critica especial al consumismo, a las clases sociales, y fuimos jugando e investigando y viendo qué me causaba gracia de cada uno, me gustan todos porque me divertí con todos y cada uno me hace reír con algo en particular. Siento que si me divierto, funciona. Salí de la zona de confort e investigué diferentes lugares, voces, cuerpos, algunos personajes son crueles”.
¿Qué hay de ella en esas doce mujeres? “Hay varias características que tienen que ver conmigo, para que parezca real saco mi costado que mas tiene que ver con cada uno, algunos tienen caras de las que me reía con amigos, siempre fui de hacer personajes y usé esas herramientas”, dijo y recordó que había inventado cuando era adolescente un personaje que bautizó “la caballa” y que la sacó a la luz ahora: “Era una cara que hacía, una pavada”.
Aunque no se inspiró en ningún familiar ni en ninguna famosa, con el producto terminado vio algunas características de su abuela, por ejemplo: “Fui observando y agarrando algunas cosas, hay una mezcla”.
Ver el desfile de personajes de la ex Argentina Tierra de Amor y Venganza recuerda a ciclos como Juana y sus hermanas, por ejemplo, de Juana Molina que se emitió entre 1991 y 1993, cuando Candela apenas había nacido: “Lo descubrí de grande, me lo mostró una prima y me divirtió, es espectacular. Sería pretenciosa la comparación, pero hay un formato que se repite: un actor haciendo varios personajes, eso me genera admiración”.
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