Tiene 25 años. Y desde hace dos carga con un interrogante: podría ser hija de Diego Armando Maradona. Por eso Magalí Gil tomó dos resoluciones. Primero, recurrir a la Justicia, iniciando en 2019 una demanda de filiación. Y ahora, tras la muerte del astro, dio el segundo paso: levantar el perfil y hablar públicamente -lo que no había hecho hasta aquí- para “ponerles fin a todas estas especulaciones, teorías e hipótesis” que envuelven su caso.
Así fue cómo este martes decidí abrir otra cuenta de Instagram (más allá de la personal, que la mantiene en privado para preservar a sus dos hijos) con el fin de volcar información sobre su situación. La inauguró ese mismo día con un comunicado en el que brinda precisiones sobre su expediente. “Siempre tuve conocimiento de que había sido adoptada y el nombre de mi madre biológica. Lo que nunca supe es quién era mi padre. La sorpresa de la noticia me conmovió”, confesó en el escrito.
En 2018 Magalí tuvo un encuentro con su mamá, a quien nunca antes había visto. En esa charla la mujer le juró que su padre era Diego Maradona. Si bien pone reparos a la revelación de este vínculo (”Según ella”, dice, aclarando que la versión le corresponde a su madre biológica), la joven inició su propia búsqueda.
En ese momento se acercó a Matías Morla, por entonces abogado del papá de Diego Junior, Dalma, Gianinna, Jana y Dieguito Fernando. Pero no prosperó: “Todas las promesas de que colaborarían conmigo se vieron frustradas”, lamentó. Fue entonces cuando recurrió a la Justicia. La causa estaba abierta y en pleno trámite cuando la sorprendió el peor de los finales, este miércoles 25 de noviembre: “En pleno trámite de filiación nos atravesó la noticia tristísima que conmovió al mundo”, dice Magalí sobre la muerte de quien podría ser su papá.
Este miércoles Gil realizó un nuevo posteo en su cuenta. Esta vez se trató de un video filmado en su casa. Sentada en el piso, de espaldas a una puerta blanca, habla con claridad y soltura sobre su causa. “En primer lugar (quiero) contarles que mi búsqueda siempre fue la misma, nunca tuvo una desviación: siempre fue tan simple como resolver mi identidad, saber si Diego Maradona es mi padre biológico. Esto es un derecho universal, que nos corresponde a todas las personas del mundo. Por lo tanto pido, exijo, que este tema sea tratado con el respeto que se merece, ¿sí?”, empieza diciendo.
“Por otro lado -continúa-, respecto a mi causa, (quiero) comunicar que esto sigue, que mi causa nunca se detuvo, nunca se va a detener. Yo no voy a parar resolver esto, hasta saber si Diego Maradona es o no es mi papá biológico”. Y concluye: “Pido respeto, empatía, porque del otro lado hay una persona. Y por favor, si necesitan chequear alguna información, sean tan amables de comunicarse conmigo o con mis abogados para confirmar si es o no es cierta, ¿sí? Bueno, muchas gracias”.
Magalí Gil nació a fines de 1995 y fue abandonada a los pocos días. Pero nunca estuvo en un hogar de niños: un matrimonio la adoptó de inmediato. Para ella, son “mamá y papá”, simplemente. Y siguió adelante, armó su vida (es mamá de una nena y un bebé), y nunca quiso contactar a su madre biológica. Hasta que la mujer la encontró a ella: “Diego Maradona es su papá”, le anunció.
Con los datos que le aportó, habló con Morla para obtener una respuesta. El “buen trato” recibido en un comienzo -como lo definió- la dejó tranquila: en esos días el letrado le dijo que el ídolo estaba dispuesto a realizarse una examen de ADN. Esto no ocurrió, surgieron varios escollos impensados. Y Magalí comprendió que debía presentarse en la Justicia. Así lo hizo junto a su abogado, Marcelo Izquierdo.
Además de Gil, en se cursa otra demanda filiatoria -presentada en los Tribunales de La Plata- correspondiente a Santiago Lara, un joven de 20 años cuya madre, en su agonía, anunció que su hijo era de Maradona. Este joven de 20 años exige la exhumación del cuerpo para realizar los estudios que permitan acreditar -o descartar- el parentesco.
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