Tras expresar su angustia en Polémica en el bar el día que Diego Maradona murió, Roció Oliva estuve este domingo en un programa de televisión y, más tranquila, se refirió a la situación que atraviesa tras el fallecimiento de quien fuera por seis años su pareja. “No lo podía creer”, dijo sobre el momento en que se enteró de la muerte del Diez.
En el inicio de la charla con Gabriel Anello en Fútbol sin manchas (Canal 26), la joven de 30 años hizo referencia a su estado emocional. “Hay que seguirla, tengo que trabajar, la vida sigue. Cuesta, pasan los días y es peor. Este es mi trabajo, vivo de esto, a esto me debo y me gusta y a él le gustaba que lo homenajeen viendo sus goles”, destacó. Y tras aclarar que iba a hacer lo posible “para no emocionarse”, soltó con lágrimas en sus ojos: “Murió solo, abandonado, triste”.
A continuación se refirió al estado de salud del astro y sobre la posibilidad de cuidarlo en su hogar. “Instalar una sala médica en la casa de Diego era imposible, si él no se dejaba”, comentó Oliva. E insistió sobre la decisión de hacerlo salir del hospital y apuntó no solo al entorno reciente de Maradona, sino también al médico Leopoldo Luque.
“El problema empezó cuando le dieron el alta en la Clínica Olivos. No lo cuidó nadie. A Diego hace un año que no lo veía, y eso hizo que yo no sea la señalada. Desde el momento en que me separé, no lo pude ver más. Yo no me negué nunca a verlo; por eso el día en que lo internaron la llamé a Claudia (Villafañe) y me puse a disposición”, reveló. Ante las versiones que indicaban sobre su negación a ir a visitar a Maradona en el día del cumpleaños 60 del astro futbolístico, Roció señaló: “Nunca me llegó una invitación. Yo hubiera ido, el llamado a Claudia fue para eso. Siempre estuve a disposición de Diego. No sé quién me cerró la puerta para verlo”.
“He saltado rejas para ver a Diego y hay cosas que me les guardo para mí y él las sabía. Yo hacía todo por Diego pero en un country no podés hacer mucho”, dijo al respecto.
En cuanto a lo que vivió el pasado jueves a la madrugada, durante el velatorio, añadió: “Me dolió no poder despedirlo. Me quedo con los años compartidos, videos, escuchar cosas de él...”, sostuvo en diálogo con Anello. Recordemos, que esa noche, Oliva ante la prensa dijo: “Me dijeron que venga a las siete de la mañana, cuando entre toda la gente. Me mandaron a hacer la fila como a todos. Nadie se está haciendo cargo, no tengo idea por qué hacen esto. No jodo a nadie. Quiero saludar, despedir a mi ex e irme a mi casa”.
“No me arrepiento de haberme separado de Diego, me separé en buenos términos... Él me decía que yo era joven, que tenía que encontrar un buen hombre y que tenía que presentárselo a él”, continuó. Y dejó en claro que próximamente “irá al cementerio para poder despedirse porque necesita hacerlo”. “No se si otro hombre me amará como él”, reconoció. “Lo voy a ir a visitar siempre aunque pasen los años”, afirmó con tristeza.
En cuanto al entorno sostuvo que “ahora supuestamente (Víctor) Stinfale no es mas amigo de (Matías) Morla. Consultada sobre los motivos de este desenlace de Pelusa, Oliva comentó: “Doña Tota se murió hace muchos años (2011) y yo no estaba con él en ese momento. Diego siempre recordaba muchos a sus padres, pero no sé si fue el detonante de todo lo que pasó”.
“Cuando estaba conmigo, Diego estaba contento porque se había reencontrado con su hijo de Italia y Jana después de muchos años. Quizás le quedó como deseo verlos a todos juntos”, dijo.
Sobre su situación judicial, aclaró: “Es inevitable la batalla que habrá entre sus familiares. En mi caso yo en su momento solicité una compensación económica, pero no sé en que quedó ese proceso porque hace mucho que no hablo con mi abogado”.
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