Es una vieja foto en color sepia. En ella se puede ver a un joven Marcelo Tinelli, micrófono en mano, corriendo a un Diego Maradona de cabello crespo. Era de la época en la que que el conductor comenzaba su carrera en los medios de comunicación como cronista de fútbol. Y el jugador ya era un número uno. Con esa postal, rescatada del cajón de los recuerdos, el actual presidente de la Liga Profesional de Fútbol de la Argentina despidió al Diez.
“Es la peor noticia que podíamos recibir todos los que amamos el fútbol. Y nunca podés prepararte para la peor noticia. Es un momento inexplicable, inabarcable. Habría que inventar palabras nuevas para expresar tanto dolor. Despedir al amigo Diego es despedir al más grande, al que hizo del fútbol un arte lleno del potrero y corazón”, comenzó diciendo Tinelli junto al posteo.
Y continuó: “Al fútbol argentino le dio todo lo que tenía, nadie nos regaló tanta alegría, no se guardó nada, fue pura entrega y magia, haciéndonos vivir los momentos más gloriosos. Siento una enorme tristeza, siento como si él fútbol hubiera muerto y la pelota estuviera de luto”.
Después, Tinelli le dedicó un párrafo para darle sus condolencias a los parientes de Maradona. “En este tiempo tan difícil, quiero mandarle un gran abrazo, de todo corazón, a su familia. Te vamos a extrañar toda la vida. Como vos bien dijiste, Diego, la pelota no se mancha, pero puede largarse a llorar. Hasta siempre, D10S”, concluyó el conductor.
Marcelo había estado junto a Diego el pasado 30 de octubre, en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, durante el homenaje que se le realizó al entonce director técnico del Lobo con motivo de su cumpleaños número 60. De hecho, dicen que aunque no tenía muchas ganas de asistir al evento, Maradona decidió ir al enterarse de la presencia de Tinelli y de Claudio Tapia, presidente de la AFA.
Sin embargo, más allá de los fuegos de artificio, las dos tortas que le regalaron y el furor de los fanáticos que se acercaron hasta las inmediaciones del estadio del bosque platense para saludar al Diez, la realidad es que la imagen del astro preocupó a todos sus seres queridos. ¿Por qué? Porque, evidentemente, no era el Diego al que todos estaban acostumbrados. Y se lo veía muy desmejorado.
Lo cierto es que, después de recibir las placas en su honor que le habían preparado y antes de que comenzara el partido que su equipo tenía que disputar contra Patronato, Maradona se retiró del lugar. Según se dijo, prefería ver el encuentro desde su casa, dónde pensaba continuar con los festejos junto a sus íntimos. Y esto era cierto. Pero también era verdad que no se sentía bien, cosa que se notaba.
Tres días después, Diego fue internado en el Sanatorio Ipensa de la ciudad de La Plata, adónde llegó acompañado de su médico personal, el doctor Leopoldo Luque. Y luego fue trasladado a la Clínica Olivos, dónde fue intervenido por un hematoma en la cabeza. Pero, a la semana, fue llevado a una casa del barrio cerrado Villanueva, en el Tigre, dónde falleció en horas del mediodía de este miércoles.
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