Muchos años antes de pertenecer a los llamados “galancitos”, de vivir la adrenalina de alcanzar los 50 puntos de rating o de acuñar frases como “Vos fumá”; “Es una lucha” o “¿Qué hacés? péndex”, Carlos Andrés Calvo, conocido y querido como Carlín, ya estaba seguro de que su futuro estaría en las tablas, aunque su escenario en el día a día poco tenía que ver con un set de filmación.
Uno de los primeros trabajos del actor fue en una reconocida compañía de seguros. “Él era muy serio y las chicas se morían por él cada vez que llegaba a nuestra oficina”, contó Carlos, un viejo compañero del actor a Teleshow, que luego por cuestiones de la vida fue perdiendo contacto con el artista.
Para despuntar el vicio -algunos solo por hobby y otros como Calvo conscientes de que allí estaría su futuro- en la oficina armaron un grupo de teatro, a cargo Osvaldo Calatayud: “Él era especialista en sainetes que con la ola del teatro de investigación quiso romper con su pasado y hacer algo nuevo, en el grupo estábamos Carlín, yo”.
Carlos recordó una charla que tuvo con quien luego protagonizaría Amigos son los amigos, en la que ya, desde los 18 años, se notaba que tenía muy claro su futuro. Estaban volviendo a la noche en tren, él bajaba en Floresta y Calvo continuaba hasta Padua:
Carlín: —¿Te interesa en serio el teatro?
Carlos: —No, es una actividad más (respondió el entonces estudiante de Ciencias Económicas y Periodismo Deportivo). ¿Y a vos?
Carlín: —A mí sí. ¡Quiero ser actor!
A pesar de dicha revelación, cuando el director del taller al que asistían les propuso continuar con el grupo en las salas del teatro alternativo IFT, Calvo no aceptó: “A pesar de eso, venía todos los sábados”, dijo Carlos y recordó que su compañero siempre salía con alguna chica del grupo, “era un depredador”. Luego de los talleres solían cenar todos juntos, reuniones a las que también se sumaba.
“Esto es de 1973, 1974. El grupo se disolvió y no lo vi más. En el interín fue que él hizo La lección de anatomía, dirigida por una obra dirigida por Calatayud y Un libra de carne. Sé que estudio con Marcelo Lavalle y en esa época era muy amigo de otro actor, Jorge Mayorano. Después llegó El Rafa (con Alberto de Mendoza y Alicia Bruzzo) y ¡todo estalló!”, recordó.
A diferencia de cómo se lo recuerda en entrevistas, por aquellos años Carlín era “un tipo muy serio”: “El winner apareció después cuando se hizo famoso. Era más introvertido”. Carlos además recordó que su compañero se había comprado su departamento con un préstamo que le otorgó la empresa donde ambos trabajaban, se trataría de un inmueble en la calle Virrey Ceballos, el mismo en el que, según el mito, el actor habría llevado a una mujer, olvidándose de que tenía otra amante esperando por él en su habitación.
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