Xuxa fue un ícono y una de las representantes estelares del público infantojuvenil a fines de los 80 y principios de los 90. En 1984 debutó en la televisión brasileña con Xou da Xuxa. Años más tarde, en mayo de 1991, llegó a la Argentina: rápidamente se convirtió en referente de multitudes. Alcanzó la cima en un abrir y cerrar de ojos. Lo que cosechó en aquellas instancias hizo que aun hoy sea recordada porque quienes ahora transitan los 30 o 40 y pico.
En aquella época, el horario de 17 a 18 en la televisión era exclusivamente para los más chicos del hogar. Todos los canales de aire se enfocaban en ese público. Telefe, con la Reina de los bajitos, no bajaba de los 20 puntos de rating. Los perseguidores más inmediatos solían ser el antiguo Canal 9 Libertad con Nuevelín y Alcanzar las estrellas, emitido por Canal 13. Pero ninguno superaba los 7 puntos.
La llegada de Xuxa al país se dio bajo una estricta supervisión de la conductora infantil. Se enfocó en que el mismo espectáculo que se llevaba a cabo en Brasil sea clonado de este lado del mapa. Camiones cargados con las estructuras para la puesta en escena desde tierras brasileñas recorrieron las rutas argentinas desde el norte hasta los estudios en Buenos Aires. No quedó nada librado al azar. Incluso hizo traer los carteles en contra del consumo de drogas, que eran parte de la escenografía como carta de presentación.
Buscando rigurosidad y trazando un paralelismo, apenas hubo unos efímeros cambios con respecto al producto original. Casi no se tocó nada, salvo las dimensiones del estudio, por ejemplo (el de acá albergaba a 5 mil personas en las tribunas, mientras que el de allá era para 500 espectadores). Sin embargo, sí hubo cambios drásticos con respecto a las personas que la acompañaban a la figura durante esa hora al aire: Las Paquitas.
El nombre con el que se identificó a las jóvenes que la acompañaban surgió luego de un viaje de la artista a Nueva York, donde conoció a un loro parlanchín que se llamaba Paquito. Le dio tanta gracia que lo adaptó por su show.
Se trataba de un selecto grupo de jóvenes de entre 10 y 15 años a las que Xuxa les daba un gran lugar para que se pudieran lucir como bailarinas, y también de manera lúdica. Muchas de ellas utilizaron esa exposición como un gran trampolín a la fama; otras, por cuenta propia, decidieron buscar el anonimato y alejarse del medio artístico.
Para el producto local se decidió bajar el número de ocho (por las letras de la palabra Paquitas) a seis integrantes, y una de las condiciones fue que dos tuvieran nacionalidad argentina. Para esto se hizo un casting y quedaron seleccionadas Julieta Cardinali y Karina Rivero como créditos locales. Al poco tiempo se realizó un concurso masivo en el que se eligió lo que se denominó la Súper Paquita. El premio fue un contrato con Xuxa Producciones y un auto 0 km. La ganadora: una tal Natalia Oreiro. Con el tiempo, la mayoría de los países latinoamericanos contaron con una representante en el staff.
Aquí, el antes y el después de las Paquitas de Xuxa
Leticia Spiller
Se incorporó al show en 1989, con 16 años (hoy tiene 47). Al igual que todas las jóvenes que fueron parte, ella también pasó por un riguroso casting para luego quedarse con el lugar. Estuvo dos meses a prueba hasta que la confirmaron. En su esencia siempre estuvo arte y ese espíritu relacionado a la actuación y las cámaras. En 1993, ya con 20 años, se alejó para darle paso a su costado actoral, profesión que aun ejerce. A la par se desempeña como poeta y productora.
En cuanto a lo personal, fue madre en dos oportunidades; en 1996 nació Pedro, fruto de la relación con su colega, Marcelo Novaes. La pareja no prosperó, se separó, pero mantiene una excelente relación con el padre de su primer hijo. Sin ir mas lejos, en los últimos días subió a su cuenta de Intagram una foto retro con él, en la que se los ve abrazados. Esa imagen provocó que la prensa brasileña colocara su nombre en lo más algo, ante un posible regreso. Nada de eso, tan solo fue una muestra de gratitud para con el padre de uno de sus pequeños.
En el 2009 se comprometió con Lucas Loureiro, con quien tiene una hija, Stella, de 9 años. Con el fotógrafo la relación tampoco prosperó y en el 2016 decidieron dar un paso al costado y continuar como familia, pero sin un romance de por medio.
Catia Paganote
Su comiendo en el programa, como sucedió con la mayoría de las que participaron, se dio casi por casualidad. Tenía 10 años cuando se acercó al estudio como espectadora y al ver el entusiasmo y su capacidad para bailar siendo tan chiquita, le propusieron a sus padres que haga el casting.
Con el paso de los años siguió ligada al mundo artístico. Es cantante y durante varios años recorrió todo Brasil con una banda con la que hizo música de los ’80. Desde el 2013 se enfocó en el mundo de la política y se postuló como diputada estadual en Rio de janeiro por el PTB, pero en los últimos años le dio un vuelco a su vida.
Después de tantos años dedicados a lo artístico, con tres matrimonios en su haber (hoy está soltera), busca paz. Actualmente, con 44 años, decidió buscar tranquilidad. A comienzo de año, con su hija Valentina, de 9 años, se fueron de la gran ciudad y se instalaron en Victoria, Espírito Santo. “El año pasado armamos un grupo de WhatsApp con mi madre, mis primos y mis tíos, para Navidad y en ese grupo me animaron para que cambie de ciudad, así podemos estar todos juntos. También estaba un poco harta de lo que pasa en Río, está quebrada, está violenta…”, remarcó ante la prensa brasileña.
Ana Paula Almeida
Fue parte de las nenas brasileñas que todas las semanas venían a Argentina para integrarse al programa. De las que eran parte del envío que se emitía en Brasil, cuatro, que se iban rotando, viajaban con Xuxa y se suman a las argentinas para completar 6 integrantes. Ella fue de la segunda generación, de las que estuvieron entre el 87 al 95. Tenía 14 años cuando ingresos al equipo de Xuxa. De su mano logró abrirse camino para luego volar sola y seguir ligada a los medios.
Actualmente se dedica a la actuación y se volcó al mundo de los influencer. Es madre de Ully, que en agosto de este año la convirtió en abuela, y de David, con nene de 13 años. Vive un momento de esplendor y superación, luego de un 2019 algo complejo en lo personal.
El año pasado no fue su mejor periodo de vida. Según la prensa brasileña, denunció a su ex esposo, José Roberto Barbosa, con quien tuvo a su hijo menor, por agresión física. Se presentó en una comisaría e hizo su descargo. En esos momentos en los que los medios posaron sus ojos en lo que le estaba pasando, Xuxa fue una de las personas del medio que más la respaldo.
Tatiana Maranhão
Se incorporó a las filas del programa de Xuxa en 1988. Una de las más pequeñas, pero a su vez, una de las que tuvo más llegada a la Reina de los bajitos. En comparación con el resto de las integrantes, que a medida que fueron creciendo comenzaron a alejarse en busca de nuevos rumbos, ella se quedó al lado de la presentadora hasta el último programa, en el 2002. En cada oportunidad se deshizo en elogios: “Siento mucho amor por Xuxa y por mi historia de gratitud, crecimiento y por los amigos que hice en el camino”.
Actualmente Tatiana sigue viviendo en Río de Janeiro, Brasil. Formó una familia y junto a Sylvio, su esposo, desde hace 12 años, tiene dos hijos. Si bien es actriz, laboralmente continúa al lado de Xuxa, como asesora de comunicación en Xuxa producciones. Su pasión por la música aun sigue latente. Su pareja es DJ, pasa música en eventos, y ella lo sigue en esa aventura.
Priscilla Couto
Se incorporó cuando tenía 9 años y estuvo al lado de Xuxa hasta los 17. “Estoy muy orgullosa de haber sido parte de una historia tan hermosa, ser Paquita fue un sueño, pero hoy no volvería a la pantalla chica. Son épocas de la tele muy diferentes. Fui feliz y gracias a ese trabajo pude cumplir grandes sueños en mi vida”.
Si bien tuvo posibilidades para seguir ligada al mundo artístico, con varias propuestas, prefirió dedicarle tiempo al estudio, a una carrera universitaria. Ante la incertidumbre, decidió asegurar su futuro.
Hoy tiene 42 años y está alejada de los medios. Cuando decidió dar un paso al costado fue para comenzar a estudiar abogacía, profesión que ejerce. Paralelamente, desde el 2005 hasta el año pasado, recorrió el país junto a un grupo de Paquitas de su generación, cantando las canciones que fueron todo un éxito del programa. “Fue una carrera artística de fines de semana, que es cuando tengo tiempo libre”.
Juliana Baroni
Nacida en Limeira, municipio de San Pablo, se incorporó al programa en 1990, con 12 años. Fue su primera experiencia televisiva y aun la recuerda, más allá de los trabajos posteriores, como la más trascendencia a nivel artístico. Durante su paso fue una de las más importantes. No solo grabó discos, sino que fue corista de Xuxa en los shows que brindó en distintos países. Se alejó en el 1995, cuando la mayoría fueron reemplazadas por nuevas generaciones.
Inmediatamente comenzó una exitosa carrera como actriz, referente de la telenovela brasileña, con varios protagónicos en ese rubro. A la par, siguió adelante con su pasión por el canto. Como cantautora sacó varios discos y realizó presentaciones. Dentro de sus trabajos más recientes, en el 2018 fue una de las protagonistas de Lula, el hijo de Brasil, película sobre la vida y obra del ex presidente, Lula Da Silva.
En el 2013 se casó con el economista Eduardo Moreira y fruto de esa relación, tuvieron una nena que se llama María Eduarda, de 6 años.
Bianca Rinaldi
También fue una de las que se incorporó en el concurso que se realizó en el 90. Quedó preseleccionada con otras 2500 jóvenes y fue superando instancia hasta quedar entre las 7 finalistas. En ese entonces, cuando empezó a darle vida a su sueño de triunfar en los medios, tenía 15 años. A los 19 se alejó para comenzar a estudiar actuación, mientras que a la par, con otras dos Paquitas, recorrió Brasil con shows musicales.
El gran salto y que la catapultó a lo más alto, fue el protagónico en La esclava Isaura. La novela brasileña, que acá fue trasmitida por Telefe, tuvo un alto rating. Casi todos los países de Latinoamérica la pasaron y eso hizo que su nombre volviera a estar en boca de todos.
Rinaldi se casó con el empresario Eduardo Menga y fruto de esa relación, en el 2009, fueron padres de las gemelas Beatriz y Sofía.
Vinculada a cuestiones sociales, de un tiempo a esta parte le dedica parte de su vida a la lucha contra el racismo que llevan adelante diferentes organizaciones sin fines de lucro. El racismo escolar está calando hondo y las energías están puestas en generar conciencia.
Natalia Oreiro
La uruguaya es una de las más reconocidas del grupo de jóvenes que en su momento acompañó a la animadora. Una de las de mayor trascendencia a nivel mundial gracias a su destacado trabajo. Logró romper fronteras y hacer de esa plenitud una estampa que aun hoy mantiene latente. Ese espíritu de superación y esa frescura que se le conoció en su momento hizo que vaya saltado peldaños y escalando de manera inmediata. En cuanto a lo artístico logro todo lo que se propuso y más.
Corría el año 1993 cuando decidió presentarse en el concurso, cuando apenas tenía 15 años. En plena adolescencia, venía de hacer comerciales en su país, en busca de transformarse en una modelo exitosa. Un año más tarde, con la plata de la venta del Fiat Vivace que le dieron por ser la ganadora, se instaló definitivamente en Argentina para empezar a darle vida al trabajo que es de público conocimiento. El sueño lo terminó de redondear con su incursión en la actuación y la música.
Natalia conoció a Ricardo Mollo en el 2001, un año más tarde se casó en secreto y fruto de esta relación, en el 2012, tuvieron a Merlín Atahualpa.
Hace un año atrás, la brasileña la vio a Oreiro en la portada de una revista y no dudó en hacer pública su admiración a través de sus redes sociales. “Esta fue mi Súper Paquita. Ganó un concurso en Argentina y hoy es una hermosa actriz, madre y una hermosa persona”.
Julieta Cardinali
Si de personajes que lograron encontrar en Xuxa la llave de la puerta que les permitió vislumbrar su futuro, Cardinali es otra de ellas. Ingresó en 1991 y estuvo en el programa hasta el ’93 como una de las dos argentinas de la selección de Xuxa. Tenía 13 años cuando fue oficializada como parte del staff permanente.
En su momento, contó que tuvo que convencer a su madre para que la llevara. La señora no quería saber nada, pero ella logró su cometido. “Cuando era chiquita quería ser bailarina. Estudiaba danza clásica y era, como todos los de esas edad, espectadora del programa de Xuxa. Cuando me enteré del concurso me anoté, estuve 6 meses de prueba hasta que en un programa me confirmaron. Fueron dos años en los que fui súper feliz”, recordó tiempo atrás.
Lo que siguió a nivel televisivo fue Jugate con todo, similar a Jugate conmigo, también de Cris Morena, Montaña rusa y el salto se dio en Verano del 98. Con más de 50 trabajos entre tele, cine y teatro, la actualidad la tiene como parte de Sueño bendito, la serie sobre la Vida de Diego Maradona en la que interpreta a Claudia Villafañe.
En cuando a lo personal, suele ser muy reservada. Estuvo en pareja con Andrés Calamaro. Se conocieron en el 2005 y se separaron, escándalo de por medio, en el 2011. Él conoció a la modelo Micaela Breque y decidió separarse. Con el músico fueron padres, en el 2007, de Charo.
Karina Rivero
Al igual que Cardinali, ella también fue parte del mismo casting e ingresaron el mismo día. También pasó por los 6 meses de prueba hasta que la confirmaron. En aquel entonces, tenía 12 años. Ella ya venía con una experiencia previa. Un año antes había estado en La isla de los Wittys, pero cuando se cumplió el año, sus padres no quisieron renovar el contrato por la cantidad de horas que trabajaba.
Al año siguiente se sumó a Cristina y sus amigos, por ATC. Hasta que un día, su papá vio que en el programa de Xuxa estaban buscando a futuras Paquitas, y le dijo: “Kari, están pidiendo chicas para el programa de la brasileña ¿Porqué no te anotás? Dos meses después le llegó una carta que le decía que había quedado preseleccionada.
Ya como una más del certamen, vino la emoción: “Recuerdo que después del programa, cuando llegué al barrio, todos me abrazaban. En el colegio también. Mi vida había cambiado por completo. No podía salir a la calle, todos me corrían para pedirme autógrafos. Fue muy fuerte, me ayudó la crianza de mis padres”, recordó hace unos años.
Al poco tiempo se retiró para no volver más al medio que tantas alegrías le dio en sus comienzos. Madre de dos hijos, Bianca de 20 y Luciano de 15, resaltó el motivo por el cual eligió otro camino: “Me retiré porque es un medio muy contaminado. A medida que pasa el tiempo dejan de ver tu talento y se fijan en tu cara, en tu cuerpo… yo no soy de esas”.
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