Fue la crónica de un acercamiento anunciado. Y para muchos, también de una ruptura. Porque cuando a fines de mayo Jimena Barón volvió a convivir con Daniel Osvaldo en su casa de Banfield, casi empujada por un fin práctico -que Morrison, el hijo de ambos, no anduviera entre un lugar y el otro en plena cuarentena estricta-, era cuestión de días antes de que sucediera lo esperado: el renacer del amor entre ellos. Aun cuando aseguraban que dormían en habitaciones separadas, terminaron haciéndolo juntos.
¿Cuánto duraron? Semanas. El plazo no es exacto, pero tampoco extenso. Barón terminó regresando a su departamento de Capital, y quien fuera el 9 de Boca permaneció en su vivienda del Gran Buenos Aires, en la que ahora está acompañado por su nueva pareja: una joven de 24 años llamada Constanza de Palma, de quien ya postea fotos en sus redes sociales. “Para escribir de amor, tienes que estar enamorado o con el corazón roto… No sé cuál de las dos es peor”, se había limitado a escribir en lo que parecía ser una referencia a la ex Bailando.
En tanto, la autora de “La Cobra” también inauguró un noviazgo con el Tucu López. Al parecer el vínculo crece con solidez, al punto que el actor ya participa de paseos con Momo por Palermo, a plena luz del día.
Ahora bien, ¿qué pasó entre Jimena y Daniel para que este nueva relación -la tercera que buscaron- también naufragara? Una fuerte discusión habría sido el detonante, de acuerdo a la información que maneja el periodista Rodrigo Lussich.
“Un día, ella encuentra en el celular de Osvaldo chats con otras mujeres. Y se puso muy caiducha. Se puso muy triste, en serio”, reveló el panelista de Intrusos. “No les contestaba el teléfono ni a las amigas”, aportó su compañera Paula Varela respecto a esos días de crisis sentimental.
Ese descubrimiento habría provocado el fuerte entredicho de los papás de Momo: la actriz le reclamó al ex delantero ese intercambio con otras jóvenes. “Yo no te prometí nada”, habría sido la respuesta esgrimida, que no alcanzaron para un acercamiento. Y por lo visto, tampoco fue lo buscado.
Siempre de acuerdo a la información de Lussich, Barón se habría sentido expuesta: muchas de sus seguidoras en las redes sociales, donde supo cimentar su carrera artística, le habían reclamado esta reconciliación con quien en su momento -según sus propias declaraciones- se había portado muy mal con ella. En “La Cobra” se muestra empoderada, en “La Tonta” admite su error. Es esa misma canción de la cual Osvaldo se burló en pleno idilio construido en el amparo del confinamiento. Incluso, esa broma despertó un debate en el universo 2.0.
A partir de su crisis con Osvaldo, Jimena cambió su vínculo con las redes: sus posteos se dan a cuentagotas, cuando hasta hace muy poco tiempo era una de las famosas con mayor actividad. Sus historias de Instagram se reproducían en continuado; hoy, allí no hay nada. Y la última foto publicada data del 13 de julio. En contrapartida, lo dicho: su ex no tiene reparos en mostrarle a sus seguidores que se encuentra atravesando un buen presente amoroso.
Lejos está de los días en que construía un diario de su convivencia con Daniel: verdaderos instagramers, ella le decía Roberto y él, Mabel. Solía reflejar distintas escenas de la convivencia constante, obligada por la cuarentena, como la bienvenida que le habían hecho los vecinos de Banfield. Pero todo eso es pasado. Y recién ahora empieza a entender por qué.
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