“A mis 47 años podré escuchar por primera vez los latidos de mi hijo”, escribió emocionado el actor Maxi Ghione en su cuenta de Facebook y explicó que la semana que viene se operará de uno de sus oídos, lo que le permitirá escuchar como no lo hacía desde niño.
Adelantándose a la nueva etapa, el actor cambió de look y se rapó: “Vida nueva, pelo nuevo” escribió y luego profundizó: “El 24/11 a las 8 a.m, me operan en la clínica Finochietto uno de mis oídos, y como va a ser un éxito y recuperaré un 40% de audición, queda el pasado en la parte más preciada de este aprendizaje que me regaló la vida. A mis 47 años, podré escuchar por primera vez los latidos del corazón de mi hijo”.
“Es mucha la emoción y quería compartirla con la mayoría de ustedes, que siempre están ahí, diciéndome cosas lindas y acompañando. Si esto es un éxito, en seis meses me operan el otro oído. Y si el destino decide que vamos por más, en un año podré dejar mis audifonos en el cajón más relicario de mis cajones, y tendré que aprender cosas viejas de nuevo”, contó.
Ansioso, dijo que muere por volver a escuchar el silencio que no escucho desde que era pibe. Antes de cerrar su posteo agradeció a sus amigos y al doctor Fernando Diamante, que será el encargado de la cirugía, por “soportarlo”.
De inmediato su posteo obtuvo más de diez mil “Me gusta” y mil cuatrocientos: “Que bueno, todo saldrá bien, es una de las cosas más deseadas por tí”, “Qué emoción enorme. Vas a estar bien. Celebro que a tus 47 años sigas aprendiendo y descubriendo el mundo. A eso vinimos”, “Hace 2 años ya, me operaron y es genial volver a escuchar. Mis felicitaciones por la decisión. Un abrazo” y “Que Dios Padre te protejan querido Maxi, a ti y alas benditas manos del profesional que te devolverá la audición. Yo te ofrezco y prometo oraciones para que así sea. Desde Catamarca un apretado abrazo”.
A los siete años el actor fue diagnosticado con “otoesclerosis acúfena” una enfermedad que hace que sienta permanentemente un zumbido y que genera la paulatina pérdida de audición. Alguna vez recordó en una charla sobre hipoacusia que cuando era chico lo mandaron de la escuela a la psicopedagoga: “Decían que era disperso. No era disperso: era sordo”.
También contó como se sintió la primera vez que usó audífonos: “Fue como ir solo a un estreno. Era el cambio de mi vida y fui solo, por propia decisión. Me paré y me mareé. Cuando salí me detuve porque escuchaba mis pasos, antes sólo escuchaba los bocinazos cuando tenía al otro auto al lado; ahora, cuando están a una cuadra. Los parámetros me cambiaron y, literalmente, tuve que aprender a actuar de nuevo, aprender a sentir de nuevo”.
“Tengo otoesclerosis acúfena, que es una enfermedad como la esclerosis múltiple pero que va matando a los huesitos del oído. En mi caso es sólo el estribo. El acúfeno es un zumbido, que en mi caso es muy parecido al sonido que hacían esas heladeras viejas cuando se encendían. La otoesclerosis no te hace sordo, te da ese zumbido tan fuerte que apaga el sonido; mi tímpano anda perfectamente bien. Es congénita, genética y hereditaria; 9 de cada 10 pacientes son mujeres. Sabemos que mis hermanas portan la enfermedad, al igual que mi hijo, aunque no necesariamente puede despertarse. Esto puede ocurrir cuando te desarrollás o durante un embarazo”, comentó en la misma charla.
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