Sofía Pachano, cuya popularidad creció notablemente en los últimos meses a raíz de su participación en Masterchef Celebrity, abrió su corazón durante la visita al programa PH, Podemos Hablar, y reveló una charla íntima que tuvo con su padre, Aníbal Pachano, cuando ella tenía tan solo 16 años. Además, recordó una vergonzosa situación que vivió con su madre, la actriz Ana Sans.
Todo comenzó cuando el conductor del ciclo, Andy Kusnetzoff, pidió a sus invitados que pasaran al punto de encuentro aquellos que “a veces dudan de la monogamia”. Sofía Pachano no dudó en dar un paso adelante y explicó: “Yo fui criada en Disney. Para mí, el príncipe azul te venía a buscar y te ibas a casar. Ahora, a los 32 años, yo pensaba que iba a tener tres hijos y que lo iba a amar a un hombre para toda la vida”.
Ante la sorpresa de todos los presentes y del anfitrión, quien le consultó si realmente Aníbal Pachano la había criado con esa ideología "tradicional”, Sofía respondió: “Sí, mi papá me crió así. Es como una doble cara suya. No me dejaba dormir con mi novio en casa, y así fue que decidí no vivir más con él. Una crianza recontra tradicional. Yo tengo una tía que me decía ‘engañé a todos mis maridos’ y yo no entendía y lloraba. Hoy en día me replanteo la monogamia porque siento que es una elección: no es algo impuesto”.
Kusnetzoff continuó hablando en el sentido de las “elecciones” de la vida, y le preguntó por la elección de su padre de terminar una relación de muchos años con su madre, en 1996, y animarse a contar públicamente que es homosexual. “Él nunca me habló del tema. Cuando yo tenía 16 años, era chica, me senté y le dije: ‘Papá, me gustaría que seas feliz. Porque me da la sensación de que sos gay y me gustaría que tengas una pareja, que me lo presentes y que seamos una familia’”, contó la participante de Masterchef Celebrity.
La joven actriz explicó que, por supuesto, en su momento no fue nada fácil, pero después de muchos años de terapia se animó a contarlo en televisión: “En ese momento él me dijo: ‘Nunca voy a hablar con vos de esto’. Me bajó la persiana. Y yo le dije: ‘Me parece injusto que lo hables con todo el mundo menos conmigo’. Esto lo cuento porque por ahí le pasa a muchas familias. Fue un proceso hasta que entendí que él se refería a su cama, a su sexualidad: nunca había encontrado una pareja como para blanqueármela. Yo hablaba de la felicidad, no del acto”.
En relación a la sexualidad de sus padres -según Kusnetzoff, “un tema del que nadie quiere hablar”-, Sofía contó una incómoda situación que vivió cuando tenía unos diez años: “Como hija de padres separados y sobreadaptada que soy, yo era muy organizada con mis cosas: el libro de matemática, por ejemplo, me lo tenía que llevar de un lugar a otro dos días antes de tener clase. Pero un día me olvidé algo y caí a la puerta del departamento en el que vivíamos en su momento, y me cerraron la puerta en la cara”.
“Mamá me dijo: ‘¡No podés entrar!’ Pobre, ella estaba toda despeinada. De grande me di cuenta por qué no podía entrar. Igual caí… Pobre Ana, le mandamos un beso…”
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