Todo indicaba que la emisión del miércoles iba a ser de lo más distendida para los participantes de Masterchef Celebtity. Es que, según anunció Santiago del Moro al comienzo del programa, al no contar con la presencia de Leticia Siciliani por un “problema personal de salud”, Claudio el Turco García, Belu Lucius, Fede Bal y Boy Olmi deberían concursar sólo por las medallas de oro y plata, pero ninguno de ellos debería competir por no pasar a la gala de eliminación del domingo. Y esto, obviamente, los relajó.
Así, después de que el jurado compuesto por Donato de Santis, Damián Betular y Dolli Irigoyen -en reemplazo de Germán Martitegui que debió ausentarse de las grabaciones al contraer coronavirus- entrara a la cocina del reality a través de una manga similar a las que se utilizan en las canchas de fútbol para el ingreso de los equipos, el conductor del ciclo presentó al ex futbolista Daniel Rolfi Montenegro.
¿Cuál era la consigna? Preparar platos típicos de los estadios de distintas partes del mundo. Y fue ni más ni menos que invitado, quien a lo largo de su carrera jugó en Francia, España, Rusia, México y Argentina, el encargado de designar a qué país debía representar cada uno de los concursantes. Como era de esperar, Rolfi dijo no tener preferencia por ninguno de ellos en especial, pero reconoció que el Turco había sido una suerte de padrino en sus inicios y recordó el famoso gol de cabeza que hizo en Wembley frente al seleccionado de Inglaterra en 1991.
Así, después de que se distribuyeran los patos a preparar y a García le tocara hacer Coixinhas de frango con tomate, una comida que se sirve en las canchas de Brasil, Del Moro pidió un “cabeza a cabeza” entre los ex jugadores, que demostraron su talento con la pelota. Y, para sorpresa de todos, Betular también se sumó a los jueguitos luciendo su camiseta de Boca. “Parece una tortuga”, dijo entonces, risueño, el Turco.
Pero lo cierto es que, una vez terminado el recreo, llegó la hora de cocinar. Y, sabiendo que la continuidad de ninguno de ellos estaba en peligro, los cuatro participantes se tomaron el trabajo con mucha tranquilidad. Quizá, demasiada. “Hay que hacer algo para motivarlos. No están dando todo. Uno de ellos no tiene que pasar a la próxima ronda”, comentaron entonces los miembros del jurado. Y, cuando faltaban apenas diez minutos para que finalice la prueba, Betular anunció las nuevas reglas.
“Cambiamos de opinión: uno de ustedes va a la gala de eliminación directa. Una cocina nunca se relaja”, dijo el chef después de detallar lo que aún le faltaba hacer a cada uno de los cocineros. Y el Turco, que estaba confiado de poder llevarse por primera vez una medalla, se puso tan nervioso que terminó quemando los tomates que estaba preparando. “Se me bajó la persiana”, aseguró.
Entonces llegó el momento de la degustación. “Si tengo que comparar mi plato con una puteada de cancha, sería andá a la co...de tu madre”, confió García. Y trató de contrarrestar con palabras las falencias de su preparación. “Me fui un poquito de la receta porque no llegaba y, después, quise inventar algo. Así que al tomate quemado lo puse en la minipimer, lo metí en el relleno y le hice una salsa”, explicó.
Sin embargo, el jurado no se dejó marear por el Turco. Y no sólo le dejó en claro que no había podido cumplir con el objetivo del día, sino que después de asignarle la medalla de oro a Belu y la de plata a Fede, decidió salvar a Boy y mandar al ex futbolista directo a la gala de eliminación. “El domingo voy a meter todas las ganas porque no me quiero ir”, aseguró el ex futbolista antes de retirarse con su delantal negro.
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