“Mis oscuridades, miedos, mi luz, mi vulnerabilidad, de todo eso hablamos en esta entrevista hace un año atrás. Aceptar lo que soy, sin juzgarme”, escribió Calu Rivero en su cuenta de Instagram para compartir con sus seguidores una charla profunda que mantuvo con la plataforma estadounidense StyleLikeU. La actriz habló de su paso por la novela Dulce amor y de las situaciones incómodas que le tocó vivir con Juan Darthés, aunque no lo nombró. También contó cómo su mamá y su psicólogo la ayudaron a salir.
“Estaba haciendo un programa de televisión donde mi papel era muy estereotipado. Una joven a la que no le importaba nada, las mujeres eran un objeto y algo sexy. La mayoría de los valores que tenía mi personaje me lo dieron mis representantes y no me gustó nada”, contó Dignity, como se hace llamar ahora, sobre su rol como Natacha en la tira de Quique Estevanez.
En ese momento ella tenía 24 años y se trataba de su primer gran proyecto: “Era la actriz principal de un gran éxito. Todos vieron esta telenovela, me sentía muy feliz. Era mi sueño pero a la vez tuve una experiencia muy mala con el otro actor principal”. Luego explicó: “Este tipo estaba abusando de su poder, estaba modificando las escenas para tocarme y besarme más, de una manera horrible. Me sorprendió porque la cámara estaba grabando y todos estaban ahí, el director, todos y nadie hizo nada”.
En la nota jamás nombró a quien fuera su compañero en la tira, pero contó que en ese momento ella estaba comenzando a trabajar mientras que él ya era muy conocido y ya había hecho “un montón de telenovelas”.
En un momento, para Rivero, todo “comenzó a ser una mierda”, fue entonces cuando intentó hablar con él: “Lo hice a través de las redes porque no tenía su teléfono y nunca quiso hablar de otra manera que actuando. Recuerdo haberle mandado un mensaje en Twitter diciendo ‘esto es todo, no puedo, necesito que cambies y entiendas’ y me dijo 'ok, podemos hablar con el productor para cambiar la historia, quizás podemos sacarte del programa’”.
Por esos días su mamá había viajado a Buenos Aires para visitarla y la ayudó a encontrar un psicólogo que le hizo una pregunta que la descolocó: “¿Por qué no dejás la novela?”. “'Soy la actriz principal y tengo que sufrir esto', contesté y me dijo ‘no’”.
“No quería hablar más del programa, solo irme y fui a Nueva York”, recordó Calu, que en ese momento además tuvo que escuchar que se hablara de ella: “El productor dijo que dejé porque estaba cansada, entonces comenzaron a mostrar una imagen horrible de mí y estuve cinco años sin actuar”.
De golpe, en una rueda de prensa le preguntaron qué opinaba de Harvey Weinstein y su respuesta cambió todo: “Yo misma sufrí algo así”, contestó sin dar nombres. “Muchos me creyeron, otros dijeron que necesitaba prensa, ¿por qué le hace esto a este tipo después de cinco años? Yo abrí mi corazón y me preguntaban por qué demoré tanto en hablar. Odio que me haya tomado tanto tiempo”.
Rivero recordó que después de que ella hizo ese comentario, otras actrices comenzaron a contar que habían pasado situaciones similares, hasta que un año después le llega un mail de otra actriz, Thelma Fardin: “Me dijo que me tenía que contar algo, que estaba de gira con una telenovela, tenía 16 y él la violó. Lo primero que sintió mi cuerpo fue necesidad de protegerla y pensé que trabajé con esa persona, qué frágiles somos, qué importante es creer y confiar en tu instinto”.
En ese momento sintió que muchos comenzaron a creerle: “Todos empezaron a decir ‘lo siento, Calu’. Pensaba que era repugnante y ahora veo la imagen completa, lo lejos que llegó y la comunidad de mujeres tratando de hacer este cambio me di cuenta de lo poderosas que somos".
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