Su vida fue tan intensa como fue bajo su perfil. Spencer Davis fue uno de esos primeros británicos que en la década del 60 se interesó por el blues y el rhythm and blues que se cultivaba en los Estados Unidos. A la par de los Beatles y los Rolling Stones, este músico talentoso se destacó sin estridencias en la escena beat, para luego perderse en los laberintos del rock business. Esta semana murió un personaje cuyo protagonismo quedó en las sombras, pero también en los cimientos que forjaron el rock and roll.
Spencer Davis nació en Swansea, al sur de Gales, en 1939. En esta ciudad famosa por tener el mejor clima de la península, el niño Davis aprendió a tocar acordeón y armónica a los seis años y no dejó de practicar. Su talento como multiinstrumentista lo acompañaría toda la vida y en cada uno de sus proyectos. Su pasión por los discos de rhythm and blues lo llevaron a refugiarse en la guitarra, y para cuando logró domarla, ya estaba formando su primer grupo: The Saints. Allí compartía horas de ensayo y experiencias juveniles con Bill Wyman, que más tarde se iría a tocar el bajo con los Stones. Todo fue hace tantos años que es casi imposible conseguir registros de esa unión.
Spencer se había ido de Gales a Birmingham para estudiar alemán en la universidad, y mientras, tocaba blues con otros jóvenes amantes del sonido estadounidense como él. En ese plan se cruzó con Christine McVie, que en ese momento se apellidaba Perfect y aún no se había hecho famosa como la cantante y tecladista de Fleetwood Mac. Junto con ella e Ian Campbell, Spencer conformó un trío que tocaba de vez en cuando en algunos pubs. Cuando se terminó ese proyecto, en 1963, Spencer y el baterista Pete York por fin reclutaron a Steve Winwood, de 15 años, y a su hermano Muff para su banda, a la que primero llamaron Rhythm and Blues Quartet y que finalmente se convirtió en Spencer Davis Group.
La leyenda cuenta que los demás permitieron que el grupo llevara su nombre porque Spencer Davis era el único que se quedaba a hablar con la prensa mientras el resto se iba por unos tragos al terminar la función. La anécdota denota que el ponerle su nombre a la banda no fue un acto de divismo, sino de practicidad. Cuando empezaron a tocar en el popular club Marquee de Londres, el estilo del Spencer Davis Group fue bautizado “brum beat”, etiqueta que utilizaron para otros que venían de Birmingham. Así, el público y la crítica, los diferenciaban de otras escenas en auge con grupos característicos como los Rolling Stones de Londres o los Beatles de Liverpool.
En pocos años se hicieron famosos con canciones como “Gimme Some Lovin”, “I´m A Man” y el cover de Jackie Edwards, “Keep On Running”. A caballo de esos hits, partieron a los Estados Unidos como teloneros de The Who y de los Rolling Stones. Pese a la buena repercusión en el público y a que vendían tantos discos como los Beatles, en 1967 los hermanos Winwood abandonaron el grupo. Steve se fue para formar Traffic, y Muff se bajó directamente de los escenarios para dedicarse a ser un hombre de negocios en la industria discográfica. Así, el grupo se terminó de desarmar en julio de 1969, aunque hubo un efímero acercamiento entre 1973 y 1974.
Davis tenía su nombre y su talento, así que se mudó a los Estados Unidos al año siguiente para desarrollar su carrera solista. No tuvo mucho éxito y se dio cuenta de que sus arcas estaban casi vacías. En una entrevista con la revista Music Mart de 2005 declaró: “No me di cuenta de lo que estaba pasando. Vendí millones de discos y no había visto ni un centavo de ellos”. El contrato con su antiguo sello discográfico, Island Records, había sido leonino y enseguida intentó arreglar las cuentas de algún modo. ¿Podría recuperar lo perdido?
Instalado en California, atravesó la década del 70 grabando discos que no se vendían y gastando el dinero que le quedaba. El único tema con el que había podido recaudar algo fue “Don’t Want You No More”, junto con Eddie Hardin, que terminó formando parte del álbum Beginnings (1971), de los Allman Brothers. “Esa maldita canción vendió seis millones de copias. De repente, un cheque de 5 mil libras entró por la puerta, y nunca había visto tanto dinero en toda mi vida. Vi más dinero de esa canción que con todo lo que había grabado para Island Records”, le dijo, no sin un poco de resentimiento a Music Mart.
Cuando Spencer se sintió seguro, quiso iniciar una demanda contra el propietario de Island Records. Chris Blackwell, que se había convertido en el blanco de todos sus enojos, le propuso otra salida. En vez de pagarle lo que le debía, el dueño del sello le ofreció un puesto de trabajo en el área de desarrollo de artistas. Spencer aceptó, y en esa posición terminó trabajando en la promoción de músicos como Bob Marley y de su ex compañero Steve Winwood.
En 1984 volvió con Crossfire, un disco de canciones nuevas bien de la época. En el sitio Rate Your Music lo describen así: “Con la excepción de ‘It Must Be Love’ (que habría sido una buena elección para un single), el set rara vez arrancó. También provoca una sensación de producción anticuada de mediados de la década de 1980”. Así, aunque tibio, y sin retomar jamás el éxito que supo saborear en los 60, Spencer siguió adelante. Con los años volvió a reunir al Spencer Davis Group, pero sin los hermanos Winwood dentro de la formación. Tocaron seguido hasta que terminaron con una gira en 2017 en la que recorrieron los escenarios de Europa y de los Estados Unidos.
Spencer Davis murió el 19 de octubre en un hospital de California, a los 81 años, estaba internado por una neumonía y no pudo salir adelante. Desde su web oficial, Steve Winwood lo recordó con orgullo y cariño: “Spencer fue uno de los pioneros de la escena folk británica, que, en su caso, abrazó el folk blues y, finalmente, lo que entonces se llamó ‘rhythm and blues’. Influyó en mis gustos musicales, fue dueño de la primera guitarra de 12 cuerdas que vi en mi vida y quedó cautivado por la música de Huddie Lead belly Ledbetter y Big Bill Broonzy. Ya tenía un hermano mayor que me influyó mucho, y Spencer se convirtió en otro hermano mayor para mí en ese momento. Definitivamente era un hombre con una visión y uno de los pioneros de la invasión británica en América de los años sesenta. Siento que él influyó en mi camino para convertirme en músico profesional, y le agradezco por eso. Gracias, Spencer.”
SEGUÍ LEYENDO