Simples mortales -aunque muchas veces sus fanáticos no lo consideren así, y los coloquen en el Olimpo de los dioses-, los famosos también deben cumplir con las generales de la ley. Y en todo sentido. Cuanto menos, si hablamos de un escenario ideal. Así es como las celebridades a menudo deben ubicarse del otro lado del mostrador. Acostumbradas a ser ellas mismas el blanco de cuanto requerimiento sea posible, en ciertas ocasiones son las estrellas quienes -apagando el brillo de su propia luz- efectúan un requerimiento. Y como suele ocurrirle a cualquier anónimo, reciben una negativa a cambio. Y esto mismo le sucedió a Pampita Ardohain, quien todavía no puede salir de su desconcierto.
En una charla coloquial con sus panelistas, casi de amigas, la conductora de Pampita Online sorprendió al aire con un recuerdo no del todo feliz. “Paulo Londra una vez me dijo que no...”, reveló, provocando la exclamación al unísono de sus compañeras: “¡¡Qué tupé!!”. “¡¿Paulo Londra?!”, se escuchó de fondo en la voz del desconcierto.
Sucedió que al termino de un recital del cantante de trap cordobés, Pampita -que se reconoce muy cholula de los cantantes- interrumpió su paso para solicitarle una foto con sus hijos, quienes la había acompañado. “Es que a mis chicos les gusta mucho”, dijo, a modo de justificativo.
Sin embargo, Londra desoyó su pedido. “Bajó muy cansando del escenario...”, lamentó la modelo. “¿Cansado? Tiene 20”, argumentó la actriz Julieta Novarro, quien desde niña comprendió el oficio del músico y de cómo se debe a su público: su papá, Chico Novarro, es un gran referente de la canción, y siempre se mostró dispuesto a responder el cariño de su público.
“No sé cuánto tiene, pero estaría cansado. Qué se yo, ni idea”, buscó comprender Pampita. “Cansado, Micky Jagger”, insistió Julieta, respecto al líder de los Rolling Stone, de 77 años. “Pero no me estoy quejando -aclaró la conductora con una sonrisa-, porque lo voy a volver a intentar. Por los chicos una madre hace cualquier cosa”, dijo la mamá de Bautista (12 años), Beltrán (ocho) y Benicio (seis), encogiéndose de hombros. “Momento cholulo del día”, concluyó, entre risas.
Hace unas semanas Pampita contó cuál fue el primer autógrafo -hoy en desuso, con el furor de las selfies- que pidió en su vida. No se trató de un cantante sino de un actor. Era adolescente y participaba de una competencia con su grupo de ballet, en sus años de bailarina, y se coincidió en el mismo hotel con Mario Pasik. Ninguna de sus compañeras se animaba a acercarse a quien era una cara muy conocida de la televisión. Pero ella, sí fue. “Me preguntó cómo me llamaba y me puso: ‘Para Carolina, un beso. Sos un sol’, y me dibujó un sol. Guardé ese autógrafo durante años en mi casa porque era el único famoso que había visto en persona”, recordó. Porque esa vez, tuvo éxito con su pedido. Pasik fue más amable.
En estos días Londra, de 22 años, disfruta de ser un “papá rapper”, como se define: el nacimiento de su hija, a mediados de julio -fruto de su relación con Rocío Morena-, le hizo “cambiar la perspectiva del mundo”. En la plano profesional, y pese a la imposibilidad de presentar nuevas canciones por un conflicto contractual, recibió una propuesta de Ozuna para un proyecto en común. Además, prepara un concierto virtual, el primero que daría con esta obligada modalidad.
Para que los recitales regresen -al menos de una manera parecida a la prepandemia- todavía falta. Recién entonces se renovará el pedido de Pampita por una foto con sus hijos. Y se esperará la respuesta de Londra, sobre si revertirá su postura o presentará una nueva negación. Ahora, siendo como flamante papá, quizás el cansancio esgrimido sea más comprensible.
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