¿Cuánto sabemos y cuánto desconocemos del COVID-19? ¿Los síntomas van cambiando con el correr de los días? ¿El virus mutó desde marzo hasta hoy? ¿Cuánto falta para la vacuna? En este nuevo encuentro de de PamLive -que se emite por la cuenta de Instagram @Pamedavid-, Pamela David invita al doctor Guillermo Capuya (MN 65.404) a esclarecer todas las dudas que rodean al virus que mantiene en vilo a la humanidad.
—¿Cuáles son las mayores dudas que existen sobre el COVID-19?
—Es un virus que nunca antes se había estudiado tanto, y en el mundo. Ningún gobierno en ningún país puede decir que tuvo éxito absoluto sobre esta pandemia, independientemente de que sean potencias o no. La biología nos domina. La interconexión cambió la transmisión del virus.
—¿Y cuáles son las certezas? Ahora, por ejemplo, están reabriendo los colegios.
—Son más las dudas que las certezas. Si uno cree que el riesgo es cero, se equivoca. El mundo cambió definitivamente. Hay que aceptar y adaptarse. El colegio puede ser una fuente de infección como un colectivo, un bar, un restaurante. Lo que vemos es un crecimiento de infectados enorme. Aquí, en Argentina, tenemos un millón de infectados, pero un investigador del CONICET sostiene que hay o hubieron por lo menos 5 millones, de las cuales quizás 700 mil personas ya están recuperadas, pero no de forma total. A algunos les sigue constando respirar, o les duele el cuerpo.
—Los síntomas serían fatiga corporal, cansancio, falta de aire.
—También se puede agregar el déficit cognitivo, quizás no tienen la lucidez que solían tener.
—Como si fuera una dispersión…
—Sí, como la rapidez mental. Tengo pacientes que me dicen que ya no son la misma persona. Algunos parece que se recuperan, pero recaen nuevamente en tan solo un mes. Se cansan, les duelen los músculos. Vemos el número de recuperados, pero no están recuperados al 100 por ciento. Uno de cada 10 se recupera totalmente; el resto, no.
Si uno cree que el riesgo es cero, se equivoca. El mundo cambió definitivamente. Hay que aceptar y adaptarse
—¿En cuánto tiempo pueden desaparecer las secuelas?
—Esto comenzó el 3 de marzo en Argentina: solo pasaron siete meses. Y en el mundo, tan solo diez. Todavía no se conoce qué pasa a largo plazo. Es un error pensar que uno se quiere contagiar para terminar con esto. Las secuelas en la respiración quedan. Hoy por hoy las personas de entre 20 y 40 años son las que más se infectan. Los más perjudicados son los mayores de 65 años, pero cualquiera se puede infectar. El virus no le pega igual a todas las personas. En una familia, una madre y sus hijos se contagian pero están bien; sin embargo, el padre se contagia y debe estar 30 días en terapia, gravísimo. La enfermedad tiene particularidades. No hay enfermedades sino enfermos. Puede afectar de manera diferente. La mortalidad es mayor en hombres e incrementan la cifra de fallecidos.
—¿Pueden estar más tranquilos quienes se infectaron, o pueden reinfectarse?
—Hay cinco casos en el mundo de reinfectados. Hay gente que vuelve a tener los síntomas, pero no se ha hecho el genoma viral. A veces el genoma viral es completamente diferente en el segundo análisis respecto al primero. Vale decir que vamos a generar defensas, lo que no sabemos es cuánto tiempo van a durar. Se calcula que las defensas en sangre bajan a los 3 o 4 meses, pero quedan células con memoria, y ellas podrían defendernos.
—Por eso es tan importante la vacuna: que aparezca, que sea la correcta.
—La vacuna debe ser segura, eficaz, de calidad, que nos despierte inmunidad. Hay ocho vacunas que van a llegar prontamente a la Argentina, como al mundo.
—¿A qué llamamos prontamente?
—Hace unos días, Ginés González García dijo que podría llegar en diciembre. Nosotros tenemos una lista de prioridades a quienes vacunaríamos primero. La vacuna que estamos fabricando en Argentina, que es la de Oxford, costará cuatro dólares, y está demostrando efectividad y seguridad. Aparentemente estaría para marzo. Llevar la vacuna a todo el país puede tardar meses. Pero estaría a la altura de la vacuna rusa. Yo me presenté como voluntario para recibir la vacuna o el placebo. Confío mucho.
—¿Qué pensás de la vuelta a clases con protocolos? Porque sociabilizar es importante para los chicos. Volver a tener ese contacto, ¿no ayuda a que suban las defensas?
—Los chicos están perdiendo la capacidad de interacción. Lo colateral del COVID va a ser muy grande. Hay un tema importante, sin meterme en la política, pero una de las cosas que se omitieron, al comienzo de todo esto, fue hablar de los riesgos. Sacar libertades fracasó; eso lo sabemos ahora. Debemos informar sobre esto sin generar miedo. Las personas deben saber al riesgo que se exponen. La ley Di-Ba-La, distancia, barbijo y lavado, un puente hacia la vacuna. Hay cosas que podemos y debemos hacer por el bien de nuestros padres y abuelos. La gente muere en soledad. El riesgo vascular aumenta en personas que están solas. Las que más viven son las que tienen afectos. Si perdemos la posibilidad de encontrarnos con nuestros padres que son grandes, que tienen miedo a contagiarse, van a morir en soledad. Es un panorama muy triste, lo he visto con familiares, que ven desde afuera cómo bajan a su familiar de su casa, y lo llevan en una ambulancia. Quizás sea esa la última imagen. Esto es muy duro. Después del virus nuestra cabeza va a cambiar. La gente dejó de hacerse chequeos, y el impacto que va a dejar eso será mayor que el coronavirus.
—¿Falta concientización? ¿La gente deja de hacer estudios por miedo a contagiarse?
—Quizás el mensaje al comienzo no fue claro. Antes les decíamos que no vengan, y ahora les pedimos que vengan porque tenemos los medios.
Vamos a generar defensas, lo que no sabemos es cuánto tiempo van a durar
—Todos estamos conociendo algo nuevo. Yo me sentía protegida con estas medidas, pero hoy quizás es importante volver al colegio para los chicos, sobre todo del último año.
—Estuve en las mesas cuando el Presidente nos convocó a todos, y las medidas iniciales para mí fueron excelentes. El sistema de salud hoy está tenso pero no colapsó. Si hubiesen crecido los casos en marzo el sistema no hubiese aguantado. Viéndolo ahora, creo que nos faltaron testeos y sigue faltando testeo. Hoy tenemos un número de infectados alto, y saber que murieron 27 mil argentinos es muy grave.
—Siempre que se toma una medida, se trata de hacer el bien. ¿Quién va a querer lo peor para el otro?
—La OMS se contradijo en muchas ocasiones porque justamente no sabemos. La principal organización nos confundió, porque el mundo está confundido. Los virus mutan todo el tiempo.
—Ahora nos estamos preparando para el verano. ¿Cómo será el uso de las piletas?
—Las piletas se van a usar, lo que no se usarán son los vestuarios. Con la recomendación de distancia y barbijo se puede compartir la pileta. En ambientes abiertos como en la playa la gente se contagia menos que en un boliche, debido al aire libre. El problema es el encierro, el transporte.
—Uno piensa en los vuelos que abrieron y no tienen distanciamiento. ¿Por qué no hay distanciamiento en los aviones, si todos respiramos el mismo aire?
—La posibilidad de infección es baja debido a los filtros que se utilizan, con control de aerosoles. Los filtros EPA permiten sanitizar el ambiente. Esto puede ser muy útil para los subtes y los colectivos.
—Si una embarazada da positivo, ¿el bebé corre riesgo?
—Básicamente, el bebe se contagia cuando la madre le da de mamar, por la cercanía. Pero hay muy pocos casos de contagio, aunque está registrado.
—¿Hay algún lugar donde reclamar si los resultados por COVID positivo tardan mucho?
—Eso me parece una vergüenza. Deberían darlo en el día. Porque si tardan siete días y no se quedó en su casa, sino que estuvo saliendo a trabajar, pudo haber contagiado a un montón de gente. Es importante detectar al momento y aislar a la persona. Lo principal es detectar, individualizar, aislar a las personas y a sus contactos estrechos.
—¿Es aconsejable hacer nuevamente el hisopado después de los 15 días?
—Eso no se hace más. Al comienzo se hacía, pero el ciclo del virus demostraba que el contagio podía darse en los 14 días. Puedo estar de alta en el día 15, pero seguir sintiéndome fatigado debido a las partículas virales, pero no contagia. Pasados los 14 días se considera que no se contagia.
—¿Hay algún estudio para saber que esa persona no contagia?
—Cuando ya pasaron 10 días y los últimos cuatro días no tuvo fiebre, se la considera libre de enfermedad.
El sistema de salud hoy está tenso pero no colapsó. Si hubiesen crecido los casos en marzo el sistema no hubiese aguantado. Pero tenemos un número de infectados alto, y saber que murieron 27 mil argentinos es muy grave
—Hablemos del cigarrillo. La persona que fuma, ¿se considera de riesgo?
—El tabaco es lo peor que hay. Tiene siete mil sustancias químicas. Es malísimo. En China morían mas hombres que mujeres porque se asumía que los hombres fumaban más. Fumar no tiene nada de gloria.
—Dejen de fumar. Esa es la respuesta.
—Volviendo al test de COVID, hay días que son mejores para hisopar que otros. El octavo día es el que se aconseja, pero así y todo puede dar negativo.
—¿Creés que las estadísticas sobre el COVID son reales?
—No creo que sean todas reales en todas partes del mundo. Yo creo que son muchos más los contagiados. Se puede estar infectado y asintomático, y pasar como no contabilizado. Hay lugares donde no se hisopa a la familia cercana, por ejemplo, pero no solo acá, sino en el mundo. Quizás más adelante se pueda saber con cálculos. Lo más real es el número de muertos.
—¿Es verdad que dependiendo el tipo de sangre hay mayor o menor riesgo?
—El grupo 0 es el que menos riesgo tiene. El B tiene menor riesgo que el A o AB, que tienen mayor probabilidad. Pero son datos estadísticos que se hicieron en Dinamarca y en Canadá.
—¿Cómo está la ocupación de camas en todo el país, ahora que comienza la temporada de verano?
—La Costa no está preparada para recibir a tanta gente. Calculo que el sistema sanitario de la Provincia generará tiendas de campaña u hospitales móviles para asistir a la gente. Hay que tener recaudos. Respecto de la ocupación, no es un tema de camas, que se pueden comprar, sino la capacitación de las personas en terapia intensiva.
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