Después de siete meses de inactividad, debido a que la cuarentena por el coronavirus frenó todos los proyectos laborales que tenía, Barbie Vélez vuelve a trabajar en plena pandemia. La actriz protagonizará Herman@s junto a Paula Morales en una obra que tiene un solo guión pero que está divida en dos: es decir, ellas realizarán una interpretación, mientras que Rodrigo Noya y Santiago Caamaño –novio de Nazarena Vélez– harán el mismo espectáculo pero contado desde la versión masculina.
“Mas allá de mis acciones a través de mis redes sociales, es lo primero que hago en cuarentena. Y me parece que llega en el momento justo porque ya estuvimos mucho tiempo sin trabajar y uno ya no sabe qué hacer. Necesitaba tener la cabeza puesta en el laburo, en lo que me gusta y disfruto”, dice Barbie en una entrevista exclusiva con Teleshow.
La actriz convive con su novio, Lucas Rodríguez –hijo de Fabián Rodríguez, quien fuera marido de Nazarena Vélez– hace tres años y medio. Sin embargo, en marzo, cuando el presidente Alberto Fernández dictó el aislamiento social preventivo y obligatorio, decidieron instalarse en la casa de la productora en Tigre. “Como no se iba a poder salir, yo no puedo estar mucho tiempo sin ver a mi mamá y a Thiago –que es hermano de los dos–, por eso decidimos venirnos para acá".
Desde entonces, pasa sus días junto a Nazarena Vélez, su hermano menor Thiago, el novio de su madre, Santiago Caamaño, y su pareja, Lucas. “Como todos, nunca supimos que iba a ser tanto tiempo. Al principio vinimos con un bolsito para quedarnos 15 días. A medida que se fue extendiendo vimos que estábamos muy bien todos juntos. La casa es mucho más grande, hay un ambiente para cada uno y era más cómodo que estar en nuestro departamento”, destaca sobre el hogar que comparte con su novio. “Él se lleva increíble con todos los miembros de la familia”.
Si bien hace siete meses que Barbie y Lucas están instalados en la casa de Nazarena, Barbie aclara que ayuda en el hogar tanto en las tareas de limpieza, como con las actividades escolares de Thiago, y también en la situación económica. “Ya soy grande y puedo aportar. Todos ayudamos con lo que podemos", indica quien también debe seguir manteniendo su departamento, en donde actualmente está realizando refacciones.
¿Cómo transita la cuarentena? “Fue una montaña rusa de emociones. Hubo días mejores, otros peores. Sobre cada vez que se alargaba, porque aparecía la incertidumbre de no saber cómo íbamos a seguir, los proyectos laborales que se iban cayendo. Fue difícil, pero siento que dentro de todo lo pude surfear bastante bien”, cuenta sobre su experiencia, y aclara: “Igual, no quedó atrás. Esto sigue”.
“Siento mucha empatía con la gente que realmente la está pasando mal. Emocionalmente y anímicamente me siento una privilegiada”, continúa quien también es la encargada de ayudar a su hermano Thiago con las tareas escolares. “Fue un win-win para todos. El tema es ver ahora hasta cuándo dura y cómo se puede seguir".
Herman@s originalmente fue escrita y pensada para hacerla en un teatro de la calle Corrientes el año pasado. Pero se pospuso porque los actores no lograron hacer coincidir sus agendas laborales. “Y viendo que este año, por lo menos en un futuro cercano, los teatros no van a abrir, decidimos hacerlo por streaming”, cuenta la actriz, que grabó su versión hace dos meses en el Teatro Premiere.
A diferencia de otros espectáculos que realizan la transmisión en vivo, este proyecto se decidió grabarlo con el objetivo de que no hubiera ningún problema con la plataforma. “La obra se va a poder ver desde un celular, computadora o cualquier otro dispositivo, es por eso que se grabó a tres cámaras, para poder mostrar los distintos planos que en teatro no se ven”, cuenta quien estrena el próximo viernes. El sábado, en tanto, se lanza la versión de Noya y Caamaño.
“La idea es poder brindar entretenimiento. Además, el precio es accesible, ya que con una entrada lo ve toda la familia", continúa sobre los tickets, que tienen el valor de $300 una sola obra y $500 por las dos.
Los primeros ensayos habían sido a través de la aplicación Zoom. “Fue rarísimo también porque hay delay, o a uno se le cortaba la señal". Hasta que pudieron encontrarse en el teatro, saludarse con el codo y comenzar a trabajar. El día de la grabación, se cumplieron todas las condiciones que indicaba el protocolo sanitario que aprobaron para que se llevara a cabo. “Hubo muchos trámites administrativos, también había una ambulancia en la puerta, por las dudas. Además, solo los actores que estaban sobre el escenario podían estar sin tapaboca”, cuenta quien tampoco tuvo contacto con su compañera de elenco. “No nos acercamos ni nos tocamos”.
“Es un desafío para nosotros aprender a trabajar así porque, sin dudas, el streaming llegó para quedarse. Estamos aprendiendo y no sabemos lo que va a pasar", concluye Barbie Vélez.
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