“De vez en cuando lo llamaba a John. Solo hablábamos de niños y de hornear pan”, dijo Paul McCartney en una entrevista para Radio 4 Mastertapes de la BBC, hace unos años. Paul contó en aquel momento que mantuvo un contacto esporádico con Lennon hasta que murió asesinado en 1980. Si eso no hubiera pasado, el próximo viernes 9, John Lennon estaría cumpliendo 80 años y quizá podría estar respondiéndole a su socio natural, a su enemigo íntimo. De qué se trataron esas polémicas idas y vueltas que finalmente terminaron con los Beatles, solo ellos lo saben. Por suerte quedan las cartas, las canciones, y los hijos de Lennon para seguir echando luz sobre la ruptura de la amistad más fructífera de la historia de la música.
Después de lanzar Let It Be, los Beatles se separaron. Corría 1970 y a pesar de tener un discazo para presentar, la banda de Lennon, McCartney, Ringo Starr y George Harrison no quería dar más. El conflicto no era nuevo y tenía raíces en cambios que se habían producido hacía más de un año. Aunque el inconsciente colectivo de muchos fans ha señalado a Yoko Ono como la gran culpable del quiebre en la dupla compositiva de su esposo con McCartney, otro factor externo podría haber sido el detonante.
Allen Klein había sido designado como manager de los Fab Four, justo un año antes de la salida de Let It Be, y Paul no habría estado de acuerdo. Klein fue muy importante para reestructurar el negocio de Apple, el sello que se llevó sus buenas ganancias, incluidos los derechos para publicar los discos en los Estados Unidos. McCartney tampoco habría estado muy contento con la decisión de contratar al productor de moda en ese momento, Phil Spector, para volver grabar un coro, una orquestación y una batería adicional en Let It Be. La única manera de sacarse de encima a Klein, a esta altura, era la vía legal y Paul inició una suerte de demanda contra sus compañeros. Con John ya estaba todo mal e iba para peor.
“El asunto del negocio nos separó, todas esas reuniones pesadas se terminaron metiendo en mi cabeza”, le dijo McCartney a Mastertapes. En esa misma entrevista habló de un bajón anímico importante, que lo hizo dudar de su permanencia en el negocio de la música. Se fue a Escocia y se alejó de John y, por supuesto, también de los Beatles. “Tomé un trago pequeño. Fue genial al principio, luego, de repente, no lo estaba pasando bien. Estaba muy perdido”, confesó, décadas después. En Escocia también llegaría su renacimiento, de la mano de su gran compañera: “Fue Linda quien dijo, ‘tienes que arreglarlo ...’ y eso llevó a Wings. Me gustó la idea de una banda. Quería volver al punto de partida”. ¿Habrá tenido Linda más incidencia en la separación de los Beatles que la propia Yoko?.
La casa de subastas RR, una usina de tesoros que parecen invaluables y que allí encuentran su precio justo, ofreció hace unos años una carta de John dirigida a Paul y a Linda, en respuesta a otra que no lo había dejado muy conforme. El borrador fue escrito en una hoja con membrete de John and Yoko’s Bag Productions Inc., sin fecha, pero en RR estimaron que había sido confeccionada en 1971. Se supone que Lennon había recibido una carta de Linda McCartney y no de Paul, lo que desató su bronca: “Estaba leyendo tu carta y me preguntaba qué fanático de los Beatles de mediana edad la escribió. Me resistí a mirar la última página para averiguarlo. Seguí pensando quién es: ¿La madre de Stuart? ¿La esposa de Clive Epstein? ¿Alan Williams? ¡Qué diablos, es Linda!... Linda, si no te importa lo que digo, ¡cállate! Deja que Paul escriba o lo que sea”.
A la tensión acumulada en los últimos tiempos de los Beatles se sumó que, sobre la separación, algunos querían hablar y otros, no. En el libro “The John Lennon Letters” (2012), se deja ver que Linda en la carta que le había enviado a John, le habría echado en cara algo de esto. Por su lado, el cantante estaba seguro de que el bajista estaba ansioso por anunciar la disolución del grupo para promocionar su propio disco solista. En su respuesta, John inclusive trata de bajarle la espuma a su ¿ex? amigo minimizando el impacto de la banda que compartieron: “¿De verdad crees que la mayor parte del arte actual surgió gracias a los Beatles? No creo que estés tan loco, Paul, ¿crees eso? ¡Cuando dejes de creerlo, podrías despertar! ¿No dijimos siempre que éramos parte del movimiento, no todo el movimiento? Por supuesto, cambiamos el mundo, pero trata de superarlo”.
En cuanto a su versión de la historia sobre por qué no le contó a nadie acerca de dejar los Beatles, Lennon afirmó que McCartney y Allen Klein, el manager, “pasaron el día persuadiéndome de que era mejor no decir nada. . . porque ‘lastimaría a los Beatles’”. Lo cierto es que Klein terminó más cerca de Lennon y de Harrison que de McCartney. Aunque también terminó peleado con ellos más tarde. Ya venía de ponerse en contra a los Rolling Stones, con quienes trabajó hasta 1970 (el año de Let It Be) y con quienes quedó en aprietos legales, después de estafarlos con la propiedad intelectual de algunas de sus obras como Beggars banket o Let it bleed, que firmó para su propio sello ABKCO. Jagger y Richards se lo sacaron de encima a tiempo y más de medio siglo después siguen juntos. Los Beatles no pudieron.
La reconciliación
Este fin de semana se estrena un programa en la BBC de Londres con la conducción de Sean Lennon, el hijo menor del músico John, para conmemorar el que habría sido el cumpleaños número 80 de su padre. El menor de los Lennon entrevista para este especial a su hermano Julian Lennon, a Paul McCartney y a Elton John, padrino de Sean. La idea de este documental es arrojar nueva luz sobre la notable vida de John en la música como solista y como parte de los Beatles. El canal inglés adelantó que con Paul McCartney la charla bordeará los conflictos que lo hicieron alejarse de su socio musical y también de cómo se reconciliaron.
Paul McCartney compartió sus recuerdos al conocer a John, hablando del equipo que formaron: “Ahora miro hacia atrás como un fan, qué suerte tuve de conocer a este extraño en el autobús, que tocaba música como yo, lo hicimos y nos juntamos y, chico, ¡nos complementamos!”. Sean le preguntó si hay canciones que a él y a John no les gustaron o si le encontraron la vuelta desde el principio. McCartney respondió: “Había algunas canciones que no eran muy buenas... ya sabes, claramente compositores jóvenes que no saben cómo hacerlo. Con el tiempo, comenzamos a escribir canciones ligeramente mejores y luego disfrutamos tanto del proceso de aprender juntos que realmente despegó”.
Cuando Sean se acerca con sus preguntas al periodo Let It Be, el más oscuro y determinante, Paul le contesta que su percepción cambió al ver unas fotos que hace relativamente poco salieron a la luz sobre las sesiones de grabación. De esas rescata una tomada por Linda, de John y él escribiendo durante las sesiones, diciendo que le recordó “la fuerza de su amistad”.
Si la etapa post Let it Be fue tan tensa, ¿en qué momento volvieron a hacer las paces? Recién en 1974. John estaba separado de Yoko Ono y vivía con su novia May Pang en Los Angeles. También estaba colaborando con su amigo Harry Nilson y pasando mucho tiempo en el estudio. Un día cayeron Paul y Linda y el hielo otra vez se rompió. Zaparon juntos, se sumaron Stevie Wonder y algunos músicos más y quedó un registro deforme y divertido de un encuentro informal, pero sanador.
Ese año, entrevistado en televisión, John dijo que no veía lejana la posibilidad de volver a reunirse con los Beatles y que, sin ir más lejos, ya había estado colaborando con Ringo y con George en algunos de sus trabajos. “Con Paul no lo hice porque pasamos momentos más difíciles, ahora estamos más cerca”. La distancia entre ambos había empezado a curar las heridas. Para 1976 ya se reunían en el departamento del edificio Dakota de Lennon y Yoko, eran amigos otra vez. Dentro de esa casa, llegaron a pensar en volver a tocar juntos y en público, aunque sea por un rato.
Un sábado de 1976, en el programa que luego se convertiría en Saturday Night Live, un representante del programa los chicaneó: “Hola, soy Lorne Michaels, el productor de Saturday Night. En este momento, estamos siendo vistos por aproximadamente 22 millones de espectadores, pero permítanme, si se me permite, dirigirme cuatro personas muy especiales: John, Paul, George y Ringo: The Beatles. (…) Últimamente, ha habido muchos rumores en el sentido de que los cuatro podrían volver a estar juntos. Eso sería genial. (…) Si lo que quieren es dinero, aquí no hay problema. La National Broadcasting Company me ha autorizado a firmarles un cheque certificado por 3 mil dólares”. Lo que Michaels no sabía era que Lennon y McCartney estaban viendo NBC esa noche y consideraron realmente acercarse al estudio del Rockefeller Center para reclamar el dinero.
David Sheff, el escritor que lo había entrevistado junto a Yoko en septiembre del ’80 para la revista Playboy que finalmente salió en enero de 1981, le preguntó si de verdad había sido así lo de SN y Lennon contestó sincero: “Paul y yo estábamos juntos viendo ese programa. Nos estaban visitando en nuestro hogar en el Dakota. Lo estábamos viendo y casi bajamos al estudio, como una broma. Casi nos subimos a un taxi, pero en realidad estábamos demasiado cansados. Él y Linda entraron y estábamos sentados allí viendo el programa, y dijimos, ja, ja, ¿no sería gracioso si bajáramos? Pero no lo hicimos”. En la vereda de esa vivienda, John encontraría la muerte el 8 de diciembre de 1980, asesinado por Mark Chapman. Ese día también moría toda posibilidad de volver a verlos juntos.
Horas antes de morir, John le había dado una entrevista al periodista Dave Sholin. Grabador mediante, el músico dejó plena certeza de que se había borrado, finalmente, toda rispidez con Paul McCartney, su socio musical, su amigo de la adolescencia, su compañero en la adultez. “Paul es como un hermano. Lo amo. Familias... Ciertamente tenemos nuestros altibajos y nuestras peleas. Pero al final del día, cuando todo esté dicho y hecho, haría cualquier cosa por él, y creo que él haría cualquier cosa por mí”.
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