Días después de haber transitado la muerte de su padre por coronavirus, Diego Ramos relató el difícil momento en que le tuvo que comunicar la noticia a su madre, que estaba internada y aislada porque también se había contagiado COVID-19.
Según contó el actor este miércoles en Intrusos, su padre tenía enfermedades cardíacas y si bien estaba aislado desde marzo -cuando comenzó a regir la cuarentena- había sido ingresado a institutos médicos en dos ocasiones y le habían colocado un marcapasos. En la última, según creen, contrajo el virus. Luego, se contagiaron Diego y su madre.
El actor -que presentó síntomas de "leve resfrío” y pérdida de olfato- fue el primero en recuperarse, el sábado pasado su madre comenzó a sentirse mal y debió ser internada en el Sanatorio de la Trinidad. “Yo no quise esperar, y la llevé al mismo lugar en donde estaba mi papá”.
Emocionado, el actor continuó: “Si lo queres ver por el lado hermoso, (mi papá) se murió un piso más abajo de donde estaba mi mamá. Acompañado, entre comillas, sin saberlo; Si lo querés ver de un lado trágico, estaban ahí y no pudieron hacer nada. Yo lo veo del lado lindo”.
“Mi mamá estaba aislada porque estaba transitando los últimos días. Estaba sola y había que darle la noticia”, continuó Diego, que fue al único que dejaron entrar protegido con la vestimenta que utilizan los médicos y enfermeros, además de tapabocas, máscara. “Una situación horrible”, describió el actor que no pudo abrazar a su madre luego de comunicarle la muerte de quien fuera su marido “de toda la vida”.
Al día siguiente, el actor pudo volver a ingresar a la habitación -"de lejos"- para acompañar a su madre en ese difícil momento: acababa de perder a su esposo, estaba sola y sin poder sentir el cariño de sus seres queridos. “Es la soledad absoluta”, lamentó Diego y agregó una obviedad: "Mamá está triste, por supuesto”.
El actor, por su parte, lamentó el hecho de no haber podido despedir a su padre como hubiera querido, en un velorio acompañado por sus seres queridos. “Con los mensajes que me llegan me doy cuenta que hay otro lugar en la muerte y los velorios, que es la celebración de la vida de quien estuvo: compartir anécdotas, grandes recuerdos. Eso es hermoso, y falta eso en este momento”, señaló durante la entrevista que realizó de manera virtual.
“Es triste la situación, pero mi viejo tenía 87 años. Tuvo una vida hermosa, con hijos, nietos. Es la lógica de la vida. Por supuesto que lo quería tener mucho más y que ahora me tengo que acostumbrar a vivir sin mi papá, pero el contexto es feo”, enfatizó a la hora de hablar de que se transita en soledad la internación por coronavirus.
“En cualquier otra enfermad podés pasar (a la habitación del hospital). Acá no quedaba otra que esperar el parte diario. Le pedís a los médicos ‘decile que estamos con él’. Los que tienen la suerte de estar en un cuarto, por lo menos tienen acceso a un teléfono, pero en terapia intensiva, donde estaba mi papá, no ves ni a una persona”, concluyó Diego Ramos.
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