En los momentos más difíciles, se agudiza el ingenio. Y si no, pregúntenle a Flavia Palmiero. Cuando se dispuso la cuarentena por la pandemia del coronavirus, la actriz se refugió en su domicilio junto a su pareja, Luis Scalella. Y aunque estuvo alejada de sus hijos, ya que Giuliana se independizó hace tiempo y Giamarco se había instalado en la casa de su padre, trató de ponerle la mejor onda a la situación. Sin embargo, con el correr de los meses, no pudo evitar sentir la misma angustia que experimentaron la mayoría de los argentinos.
“El primer tiempo estuve muy bloqueada, triste y preocupada por todo lo que estaba pasando. Y necesitaba conectarme con alguna actividad porque, si no, iba ser muy difícil para mí”, explicó la actriz en diálogo exclusivo con Teleshow. ¿Qué hizo entonces? Comenzó a diseñar su propia línea de trajes de baño y, en el contexto más crítico para el país, se convirtió en una nueva emprendedora.
—¿Cómo surgió esta idea?
—Hacía rato que tenía ganas de sacar una marca personal, sobre todo, teniendo en cuenta la relación que tengo con mis seguidores. Y, en medio de ese encierro, me conecté con la playa que es un lugar de libertad, de naturaleza, de sol, de paz y de alegría. Es decir que pensé en todo lo contrario a lo que estaba viviendo. Y eso me hizo muy bien. Así que no lo analicé demasiado y me tiré a la pileta. Dibujé seis modelos de mallas y bikinis, empecé a buscar las telas, me sumé a una amiga que sabe mucho de venta online y, a pesar de haber armado todo en plena pandemia, pude lanzarlo para la primavera que era lo que yo quería. Pero la verdad es que hice esto para no volverme loca y no angustiarme.
—¿Es decir que, en el peor momento, sacaste a flote tu creatividad para no derrumbarte?
—Exacto. Yo no sabía si a la gente le iba a gustar o no. Pero preparé un lugar en mi casa, dónde tenía un escritorio que me dejó libre mi hijo, y empecé a poner ahí los dibujos, las telas y todo lo que iba recopilando para este proyecto. Y la verdad es que me hacía bien sentarme a dibujar y crear. También fue muy lindo hacer la producción de fotos, algo que muchas veces había hecho para los demás pero que esta vez hice para mí. Por ahí me digo: “¿Justo en este momento?”. Pero cuando las oportunidades se dan, uno tiene que escucharlas.
—Quizá si estabas con mucho trabajo, esta posibilidad pasaba de largo....
—Claro, En mi actividad se produjo un vacío muy grande. Y todos sabemos que va a durar bastante tiempo. Así que yo, con las redes, traté de mantenerme vigente y mostrarme fuerte. Pero hay cosas que van por dentro. Y la verdad es que con todo esto era imposible que me sintiera bien. Así que este proyecto me ayudó mucho. Y ahora soy una emprendedora argentina que le da laburo a la gente de este país haciendo algo que le gusta.
—¿Y en qué te inspiraste a la hora de armar estos modelos?
—Obviamente, primero pensé en lo que me gusta a mí y en lo que uso habitualmente. Pero lo hice con la idea de que todas las mujeres puedan acceder acá a esas líneas clásicas, en colores que no fallan, que hoy están de moda en el mundo. Y armé una colección para todas las edades con diseños que te enaltecen. Tienen que ver mucho con el minimalismo, con la simpleza, porque son modelos muy cómodos y prácticos. Pero, a la vez, son total tendencia en Europa.
—¿Cuál fue la respuesta de tus seguidoras?
—Por suerte, les encantó. Esto recién arranca, pero está funcionando muy bien. Aunque yo siempre fui más de la bikinis, están las enterizas que te hacen un lomazo. Y mis fotos están sin retoque en el cuerpo, porque yo quería que fuera así. De manera que, salvo los filtros y las luces que usó el fotógrafo, Christian Beliera, que es increíble, me pueden ver como realmente soy luciendo estas prendas.
—¿Y cómo hiciste para mantener tu figura durante estos meses de encierro, siendo que la mayoría de la gente subió de peso?
—Durante la cuarentena todos nos inflamos. Yo traté de hacer ejercicio, pero algunos días tenía ganas y otros no. De la angustia, había veces en las que se me cerraba el estómago, así que no estaba todo el tiempo comiendo. Pero igual engordé. Y, obviamente, veinte días antes de hacer la producción me puse el objetivo de entrenar con una rutina, no tomar alcohol y controlar que mis comidas fueran súper sanas, como para poder estar bien. Porque a mí me gusta que en las fotos me vean como estoy, no quiero que me cambien el cuerpo ni las facciones. Y si bien no soy una esclava de esto, la verdad es que hay que ponerse las pilas porque no es fácil cuidarse.
—¿Qué dijo Luis al verte llenando la casa de telas y qué opinaron tus hijos de este emprendimiento?
—Mis hijos me estimularon un montón. De hecho, el varón fue el que me dijo: “Mamá, hacelo. No des ni una vuelta". Giuliana también me ayudó muchísimo. Y Luis, desde que se lo comenté, me dijo que le encantaba la idea. Obviamente, este es un proyecto mío y súper independiente, pero él me alentó a ir para adelante y ahora está muy contento con los resultados.
—¡Sólo falta que vuelvan las vacaciones para que puedas estrenar tus diseños!
—¿Te digo la verdad? En la primera etapa de la cuarentena, yo me la pasé en traje de baño con una remera arriba. Así que ya no es sólo para la playa, estas piezas también se pueden usar para salir, para ir a una pileta o para estar en la casa. Pero bueno, obviamente, todas esperamos poder volver a disfrutar del mar algún día.
—¿Y no extrañás tu faceta de actriz?
—Sí, pero en octubre voy a estar haciendo un streaming con un unipersonal español sobre las mujeres y el paso del tiempo, que se llama Taitantos y del que yo adquirí los derechos hace unos años. Hicimos una adaptación de la obra para la plataforma y estoy muy entusiasmada con eso también.
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