Es suyo el mejor álbum del año, Lebón & Co. También le pertenece la mejor canción en colaboración: la bella “Mundo Agradable”, bellísima en su nueva versión con Ricardo Mollo. Además, podrá decir con orgullo que ha sido el productor más relevante. Y que se quedó con otros tres galardones más (grabación del año, ingeniería de grabación y mejor álbum de rock). Pero colocará por encima la estatuilla del Oro.
A la distancia -siguiendo por streaming una ceremonia virtual que solo tuvo a los conductores de manera presencial-, pero disfrutando de las emociones con la sensibilidad que otorgan los años, David Lebón vivió su gran noche este viernes, en una nueva entrega de los Premios Gardel. Y eso que nunca en su vida había ganado “un premio importante”.
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“Estoy atragantado. 68 años y haberme ganado este premio... Yo soy muy infantil, en mi cuerpo tengo 20. Pero esto me mató, me dejó como una gran oportunidad como para hacer algunos disquitos más”, dijo después, en la charla por Zoom una vez concluida la ceremonia, este “señor mayor”, quien sostuvo que gran parte del “triunfo” no es suyo sino de su esposa, Patricia Oviedo. Ella hizo lo que nadie había logrado: “Fue la única persona que pudo realmente con las drogas. No pudo ningún psicólogo. Hace 15 años que no tomo una gota de alcohol ni cocaína -destacó el guitarrista-. Ella apareció porque tenía que aparecer, para terminar con las drogas”.
“Es muy difícil hablar cuando estás muy feliz, es como cuando estás borracho -se sinceró David sobre sus emociones luego de los premios que el otorgó la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas, CAPIF-. Yo decidí no meterme en el disco, solo tocar y cantar. Y fue muy linda la experiencia. Me liberé de las cosas que hacen los productores".
Lebon & Co, el álbum con el que reversionó sus viejas y notables canciones, acompañado de artistas de camadas más recientes, podría tener una segunda parte. Otra posibilidad es armar uno con temas nuevos. Y entre los “disquitos” que tiene en mente se encuentra uno con Charly García, como le había adelantado a Teleshow; lo harán si su viejo compañero de andanzas en Serú Girán “puede”.
“No espero premios, por eso es más gratificante cuando sucede de esta manera. Un banco no le da un crédito para una casa a una persona de mi edad, pero a mí me dieron la oportunidad de, a esta edad, hacer discos”, dice, recordando una breve impresión personal: “La vi a Tina Turner cuando tenia 50 pico de años y me volví loco. Yo sentí lo mismo, que desde el otro disco se me abrieron las puertas”.
El último tiempo ha sido de reconocimiento y hasta reivindicación para Lebón. No obstante, el cantante advierte: “Hoy comenté (antes de la entrega de los premios) que estoy parado en un lugar, si me ganaba un Gardel estaría de la misma manera. Simplemente, hay uno que tiene otro color”. Y reveló una frase de uno de sus nietos (para ellos, ocho en total, también hubo dedicatoria): “Dice que si el abuelo se vendiera, saldría muy caro...”.
Pero, ¿imaginaba ganar el Oro? “Ni soñando... A mí lo que me gusta es tocar”, aclara Lebón, quien reconoce que la sensación puede terminar siendo agridulce por el presente, en referencia al coronavirus, y la crisis social y económica que provocó en la Argentina y el resto del planeta. “Yo estoy bien, no pretendo nada de este mundo. Lo único, que la gente sea feliz; de lo contrario yo tampoco puedo serlo”.
“Mi mal humor cambió, justamente en un momento donde tendría que haber mal humor (por la cuarentena). A mí me agarró amor -cuenta-. Siempre tuve amor por Argentina, incluso cuando me torturaron. Amo al pueblo, no soy peronista. Y cuando voy a tocar, no soy nada. Si te gusta lo que hago, me llamás”.
Lo que no dice, pero sin dudas sospecha, es que sus canciones lo han conseguido: han hecho feliz a mucha gente. Porque el mundo es agradable en la música de David Lebón.
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