No hubo manera de que el almanaque le marcara que en marzo ocurrirían dos grandes cambios en su vida: ambos fueron imprevistos, por completo. Uno ocurrió en el mundo de la televisión: tras la salida de Rodrigo Lussich de Confrontados, la gerencia de El Nueve decidió darle una nueva cara al programa y ella se quedó afuera. El otro tuvo lugar en el planeta entero: la pandemia de coronavirus obligó a que en la Argentina se decretara el aislamiento obligatorio. A partir de entonces, y sin previo aviso, los días cambiaron para Carla Conte.
“Cuando se cayó lo de Confrontados, que no lo esperaba porque de hecho teníamos proyectado todo un año, me angustié: no está bueno quedarte sin laburo”, le explicó a Catalina Dlugi en Agarrate Catalina, de La Once Diez. Por esos días, se sinceró: “Que venga algo rápido porque no ahorré”. “Es que no soy buena con la economía”, reconoce ahora. “Y cuando al toque arrancó la cuarentena, me pareció tan grave todo lo que pasaba que lo mío terminó siendo como: ‘Bueno, estoy en mi casa, tengo comida, no me falta nada...’”.
Carla comprendió que a la televisión no puede “pedirle nada” porque, frente a este escenario, también “está colapsada”. “Mi sensación es que (la industria) tiene que sobrevivir este año, y el año que viene será de nuevas oportunidades”. Es por eso que comenzó a buscar alternativas. “Estoy tratando de armarme por otros lugares que no sean la tele, armando contenido para las redes sociales y diseñando ropa con una amiga, para ver si hacemos algo en ese rubro también”.
Todo indica que esta búsqueda no será transitoria: puede que Conte ya se encuentre ante su propia nueva normalidad, procurando conseguir cierta “independencia”. Se explica: “No quiero que (lo mío) solo sea que alguien me llame por teléfono para ver si laburo o no laburo. Esta situación me abrió la cabeza: ‘¿Qué puedo hacer qué quiero, qué tengo ganas?’”. Este aprendizaje también la llevó a valorar el tiempo en su casa, con sus dos hijos, Mora y Facundo. “La vida anterior era un caos, siempre corriendo de un lado para el otro, y había un montón de cosas que se me pasaban por arriba”.
Hubo otra modificación en la vida personal de Carla: sin dar precisiones sobre fechas, cuenta que se separó del director de cine Federico Rozas, quien terminó siendo su primera pareja desde la ruptura con el músico Guillermo Brutto, el papá de sus hijos. “Bueno, es la vida... Estoy en un momento de introspección”, atinó a decir sobre el final del noviazgo, que comenzó a mediados de 2019.
“Estoy tranquila, con calma. Es momento de poner mucha energía a mí, y en mi familia, y para dónde voy a ir. Además, pensar en conocer a alguien en este contexto es una locura. No, no. Estoy completamente lejos de eso”, aclaró, cerrándole las puertas a un eventual nuevo amor.
Cuando me pasaron o he dicho algunas cosas, fue recontra sopapeada. Eran otros tiempos, y yo no sentí esto que pasa ahora, de mujeres apoyándose públicamente. Me sentía sola
Esa mirada introspectiva la lleva a un mea culpa: admite que a menudo “le salta la térmica”, como le ha ocurrido en varias emisiones de Confrontados. "Estoy tratando de aprender la manera de decir las cosas -cuenta-. Decir lo mismo, pero más tranquila”.
Carla Conte fue una de las primeras mujeres que se manifestó abiertamente en contra de ciertos usos y costumbres de la industria televisiva: negarse al “corte de la pollerita” en el Bailando por un sueño fue el anuncio de lo que sucedería después. Sin embargo, lo padeció. “Cuando a mí me pasaron o he dicho algunas cosas, fui recontra sopapeada. Eran otros tiempos, no había redes sociales, y yo no sentí esto que pasa ahora, de mujeres apoyándose públicamente -lamenta-. No había formas de comunicarse como existen hoy, o yo no las encontré. Me sentía sola".
A Mora, de 11 años, no le ha mostrado las grabaciones de aquellos programas. “Sí ha venido conmigo a marchas y tiene información, pero desde la crianza misma, de estar ahí, de acompañar. No, no la siento a ver lo que yo hice. Ya irá descubriendo... A ella la veo dando batallas para todos lados. En una carta puso que soy una ‘mamá luchadora’. Ella hará su camino, su recorrido, y las adultas estamos tratando de cambiar las cosas para las que vienen”.
Porque mucho ha cambiado. Y las impresiones que Conte hace sobre este presente son muy distintas a las que hacía en un pasado no tan lejano. “Me conmueve formar parte de ese colectivo de mujeres, que somos todas, que estamos en los medios y alzamos la voz. Fue reconfortante por todo el recorrido”.
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