De tan absurda, la muerte parece irreal. Y de tan contradictoria –está en su esencia: atenta contra la vida–, nos hace caer en esa falsa creencia: nada más palpable, nada más concreto, que la partida de un ser amado. Por eso mismo nos rehusamos a aceptarlo. La primera reacción ante la fatalidad es la negación.
Lo que sucedió en la noche del miércoles 16 de septiembre con Elsa Serrano encuentra ambas razones. La diseñadora era tan amada por su familia y tan querida por sus amigos y colegas que la noticia sobre su muerte fue casi anulada de inmediato. Entonces, no podía ser cierta. Pero además, otra circunstancia avalaba esta emoción, invitando al desconcierto: no había información precisa sobre una situación que asomaba como descabellada. ¿Cómo que se había prendido fuego su departamento de Retiro?
Cerca de las 22 horas los mensajes en el grupo de WhatsApp de quienes formaron parte del ciclo Corte y Confección empezaron a agolparse de manera frenética, casi superponiéndose. Serrano estaba en ese grupo: había sido una de las figuras del programa de moda que Andrea Politti había comandado en las tardes de El Trece. Matilda Blanco, Benito Fernández, miembros de la producción, la propia conductora: todos querían –necesitaban, esperaban, rogaban...– confirmar que no se trataba de la adorada Elsa. Pero desde su celular no llegaba respuesta alguna.
Hasta ese instante se sabía de un incendio en el edificio de la calle Maipú 986, en el barrio de Retiro. Casi de inmediato se dio cuenta de que el fuego, iniciado alrededor de las 20, provenía del departamento que poseía la mujer que había engalanado al espectáculo y la farándula con sus creaciones de alta costura. Y se comunicó que los bomberos, una vez controlado el siniestro, habían encontrado un cuerpo calcinado adentro del inmueble. No lograron identificarlo. Serrano, de 73 años, vivía sola. Todos los indicios se dirigían en una única dirección. No había cómo creerlo.
De los familiares de la diseñadora, solo uno de sus yernos pudo ingresar al departamento, ya convertido en cenizas. Sin embargo, no vio el cuerpo. Ya en la madrugada llegaría un mensaje –tan escueto como rotundo– al grupo de Corte y Confección: “Mamá falleció”. Lo había escrito una de sus hijas, Belén, quien así se lo hizo saber al productor Gabriel Fernández, quien no hizo más que retransmitirlo para que lo supieran sus ex compañeros.
A partir de ahí los mensajes mutaron. Esta vez se agolparon de manera frenética, casi superponiéndose, pero en las redes sociales. Aun sin la confirmación oficial, con una autopsia que recién se realizaría en la mañana del jueves, las celebridades comenzaron a despedir en las redes sociales a la querida Elsa Serrano.
“Amiga", escribió Benito Fernández al pie de una foto con ella, con quien había hablado hasta los minutos previos al incendio. “¡¡Qué tristeza enorme siento con esta dolorosa tragedia!! Te recordaré siempre como una excelente profesional, luchadora incansable, hermosa persona y como mi amiga", destacó Politti. Y se sumaron Graciela Borges, Zulemita Yoma y tantas celebridades más.
Este mediodía se realizó la autopsia en la Morgue Judicial de la calle Viamonte, en una causa a cargo de la Fiscalía Penal y Contravencional número 12 del doctor Sebastián Fedullo. En primera instancia el fiscal había indicado reconocer el cuerpo –que no mostraba rasgos particulares– a través de un estudio de huellas dactilares o de marcas dentales. Pero lo desestimó pronto: el testimonio de los familiares de la diseñadora evitó este paso. Y de esa manera llegó la confirmación oficial: Elsa Serrano murió por asfixia, provocada por la inhalación de humo.
Fuentes judiciales sostuvieron esta información. Los medios se hicieron eco de inmediato, publicando la noticia. La misma que Belén sabía desde anoche. Y que no había necesitado más que dos palabras para comunicar, cuando la información no era certera pero las emociones, sí. Porque de todo puede dudarse, hasta de la muerte. Del amor, no.
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