No baila como Eleonora Cassano, no canta como Elena Roger ni actúa como Norma Aleandro. No es una de las conductoras más carismáticas como Mirtha o Susana, no es monumental como Moria ni una sex simbol como las chicas Olmedo. No gobernó una provincia ni una nación. No es una deportista de elite ni la reina de un país. Y sin embargo desde hace 15 años Wanda Nara se las ingenia para ser una de las personas más conocidas de la Argentina y de gran parte de Europa.
Se hizo famosa en 2006 cuando apareció con un calzoncillo en un móvil de Intrusos, luego de pasar una noche con Diego Maradona. El tema explotó aun más cuando al poco tiempo le dio una tapa a la revista Paparazzi contando que era virgen. Desde entonces, gracias a polémicas, escándalos, desparpajo, golpes de efecto mediático y un manejo de las redes que más de un community manager envidia, se las ingenia para estar siempre en escena.
Allá lejos y no hace tanto tiempo
Hace 15 años con esa mezcla de chimento, picardía y manejo del show que lo caracteriza, Jorge Rial aseguraba en Intrusos que había recibido información secreta de una relación entre Diego Maradona y una rubiecita desconocida. Un móvil esperaba en la puerta del hotel que había funcionado de supuesto nidito de amor o espacio de lujuria. La vedette, para demostrar que no fabulaba entregaba la prueba no del delito sino del encuentro: un bóxer. Aunque años después se supo de quién era realmente.
Declaraciones, conjeturas y show. La muchachita de entonces 18 años se metía en el juego mediático como una experta. A los días aparecía en la revista Paparazzi con una declaración explosiva: “Todavía soy virgen, Maradona ni me tocó”.
Según cuenta el portal de la revista: “Al otro salir la revista solo se hablaba de dos cosas en el país: de la buena marcha del seleccionado en el Mundial de Alemania (había derrotado 6-0 a Serbia y Montenegro y conservaba el invicto al cabo de la primera ronda) y de la virginidad de Wanda Nara”. La repercusión fue tan grande que la convocaron para realizar la primera portada de su vida pese a que semanas antes la misma publicación había rechazado sus fotos por malas.
Vestida con poca ropa el título fue “Virgencita mía” y en la nota declaraba que “Mi virginidad se la regalaría a Pablo Echarri”, sin importarle que el actor estaba casado y feliz con Nancy Dupláa.
Wanda apareció en Mañanas informales, el recordado ciclo de Jorge Guinzburg, confirmando lo que había dicho en Paparazzi, pero sentada en el living de Susana Giménez, en cambio, dijo que “Los periodistas me dijeron que si decía algo fuerte podía ser tapa, me propusieron inventar que era virgen y yo acepté”. Por qué cambió sus declaraciones nunca se supo.
Lo que sí se reveló es que el famoso bóxer del Diego, que la llevó a la fama. era de un camarógrafo que se la entregó para hacer la nota verosímil. “Nosotros lo único que hicimos fue darle el entorno, ella fue muy inteligente. Fue vivísima” confesó Rial hace poco. Esa jovencita que se había acercado a un productor pidiéndole que le invente algo porque “quería ser famosa” lograba su objetivo.
Amor, pasión y traición
En mayo de 2008, Wanda volvía a atraer la atención de todos los medios. Es que luego de un breve noviazgo se casaba con Maxi López, uno de los jugadores de River mejor pagos del país. La atípica joven cumplía todos los ritos de una unión tradicional. Primero pasó por el Registro Civil de Belgrano donde le dieron la libreta roja, con posterior conferencia de prensa en el palacio Duhau y declaraciones como “estoy muy contenta”. El 31 de mayo dijo “Si, quiero” en una ceremonia religiosa en la parroquia Santa Elena. El novio vestía un traje de seda italiana. Wanda lucía un diseño de Claudio Cosano con cinco metros de cola y engarces de piedras preciosas. Su cabello peinado por Miguel Romano llevaba una corona de brillantes.
La fiesta no fue íntima sino multitudinaria: 300 personas en el Alvear Palace Hotel. Afuera había casi tantas cámaras como curiosos. Esto provocó corte de calles y varios encontronazos entre periodistas y la gente de seguridad.
La luna de mil fue en Saint Tropez y Mónaco. Después el matrimonio se instaló en Moscú donde el jugador había sido contratado por el FC, luego pasó al Gremio de Brasil, siguió en el Catania y en el 2012 llegó al poderoso Milan. En cuatro años, la pareja tuvo tres hijos: Valentino, Constantino y Benedicto. Cada embarazo y nacimiento fue anunciado y comentado por Wanda en redes y también acompañado por notas en portales y revistas.
Pero el 31 de octubre de 2013 Wanda publicó en su en su cuenta de Twitter: “Basta para mí”. Había decidido separarse definitivamente de Maxi López después de cinco años de matrimonio. Wanda dejó Italia para buscar el refugio de sus afectos en la Argentina. “¿Quién te va a agarrar con tres pibes?”, dicen que le deslizó, en tono socarrón, su ex al verla tan decidida. El futbolista no podía siquiera imaginar que su esposa ya había encontrado el amor en otros brazos. Y que estos eran, ni más ni menos, que los de su amigo y colega Mauro Icardi.
Nace un amor y un nuevo término: Icardiada
Como narró Teleshow, el escándalo por el divorcio quedó eclipsado rápidamente por el de la supuesta traición, que con el tiempo se llegó a conocer con el nombre de “icardiada”. Es que la leyenda cuenta que allá por el 2005, siendo todavía un niño, Mauro se había acercado a López, por entonces jugador del Barcelona, para pedirle un autógrafo. Y que, cuando seis años después llegó a compartir club con él en el Sampdoria, se terminó convirtiendo en uno de sus mejores amigos.
Justamente, fue gracias a esta amistad que Icardi comenzó a frecuentar la casa de Wanda. Y la vio sufrir por las múltiples infidelidades que, según contó ella, le perdonó a Maxi por amor a sus hijos. Dicen que, sin entender cómo López la descuidaba, Mauro se fue enamorando de esta mujer a la que le prestaba su hombro para llorar. Y que, sin importarle los"códigos de caballeros", decidió que quería compartir su vida junto a ella.
Icardi decidió tatuarse el nombre de su amada en su antebrazo izquierdo. En enero de 2014 le propuso matrimonio obviamente con una anillo de Bvulgari. Se casaron el 27 de mayo de 2014 y otra vez hubo mega fiesta pero en el Palacio Sans Souci. Las diferencias entre ambos festejos se hicieron notar. En la primera hubo torta de cinco pisos, coronada con una parejita de Kitty y su novio, Pitty. En la segunda se ofreció una gran chocotorta de un único piso y decorada con muñecos de Mickey y Minnie. En la ceremonia religiosa con López un coro de 30 integrantes del teatro Colón entonó el “Avemaría” a capella. Con Mauro se escuchó el tema “Corazón Profundo”, de Carlos Vives. Si primero eligió un diseñador argentino, ahora buscó una tienda inglesa.
La cuota del escándalo la aportó el ex, que intentó impedir que los hijos en común asistieran al evento. Todo terminó con los novios haciendo una denuncia en la comisaría. El matrimonio volvió a Italia. El 19 de enero de 2015 llegó Francesca y el 27 de octubre de 2016 nació Isabella. Pero lejos de salir del centro de atención mediática, Wanda se las ingenió para seguir siendo tema de conversación.
La casa no está en orden ni la familia unita
Aunque Wanda mantiene una gran relación con su hermana Zaira y su mamá, Nora, con su padre y su familia política el lazo es más conflictivo.
Con Andrés, su progenitor vivió varios encontronazos. El conflicto comenzó cuando Wanda acusó a su padre de apoyar a su ex marido, Maxi López, y decidió cortar su lazo fraternal para siempre, al punto que el abuelo no conoce a sus dos nietas, Isabella y Francesca. “Está perdida en su fama y dinero” declaró el empresario lo que profundizó más el distanciamiento. A la distancia, y por medio de sus redes sociales, ella emitió una dura respuesta hacia su padre, a quien acusa -en el posteo- de no haberla acompañado y ayudado en su vida personal y profesional.
Con su familia política la relación tampoco es buena. Con su cuñada Ivana, el vínculo está roto. La esposa de Icardi publicó en su cuenta de Twitter una tierna fotografía de su esposo Mauro Icardi, su suegra Analía Rivero y su hija Isabella. “Mauro, su madre e Isabella, una más bella que la otra”, escribió en la red social. La hermana del delantero se enojó por esta publicación y aprovechó para criticar a su cuñada en la red social: “¿Cuando dejará de ser mitómana y de intentar demostrarle al mundo que mi hermano tiene una relación con mi familia? Con razón saca tantas fotos, para después dejar evidencia de que tiene razón. Las relaciones familiares son día a día no una vez cada 1000 años”.
“¡Ah no, pará! Que esta mujer de ser buena persona y de la familia no tiene ni pu… idea! Solo sabe sacarse fotos para demostrarle a las redes sociales que es re familiera, ¡se nos ríe el cucu! ¡Por dios!”, manifestó y cerró letal: “Ni a mi peor enemigo le deseo que le toque una mina así en la familia. Es conflicto familiar asegurado”.
Pese a sus declaraciones hace unos meses, Ivana mostró que busca un acercamiento. “He estado pensando mucho y con este ego de querer siempre tener la razón me he peleado con ella y a lo mejor es el momento que el amor por mi hermano le gane a esas ganas de estar peleándome constantemente. A lo mejor es el momento de hacerle una llamada y pedirle perdón por las cosas que le haya podido hacer y le hayan molestado”.
Lujos, alardes y límites difusos
Instalada en Italia, sin posibilidad de ser abonada en los programas argentinos, Wanda se las ingenió para que no se olvidaran de ella. Sus redes sociales se convirtieron en su mejor vidriera y agente de prensa. Sin culpa ni modestia muestra y hace alarde en ellas de su lujoso modo de vida. ¿Le regalan/compran una mansión en Lombardía? A subir la foto en el InstaStories. ¿Para los 31 recibe un anillo de diamantes en un cumpleaños? Marche la imagen. ¿Para los 32 liga un Bentley negro, un auto valuado en 250 mil euros? Va foto junto al Rolls Royse 2014 y el Range Rover 2016. Y ya que estamos mostremos el caballo que le regalamos a la nena, el metegol de 16 mil dólares, las botas con aplique que cuestan 700 mil pesos argentinos, la colección de carteras y zapatos, los vuelos en jet privados, las vacaciones en un yate de cuatro pisos en Ibiza y siguen los lujos o las extravagancias...
Pero a veces, Wanda pierde el control sobre lo que se publica de ella. El año pasado fue fotografiada durante una salida familiar cerca de Lago de Como. Las imágenes la mostraban al natural sin Photoshop ni maquillajes, lejos de una imagen idílica y más cerca de la mujer real. Hubo memes y comentarios desubicados sobre su cuerpo. “Yo sé dónde tengo celulitis y dónde no. Me causó risa la panza que me hicieron. Ni en mis embarazos estuve así. Con mis posibilidades económicas nunca llegaría a estar tan mal como me mostraron en esas fotos. Existen un millón de tratamientos para solucionarlo”, contestó bien en su estilo picante.
Otra foto que causò revuelo fue cuando apareció en la revista Caras mirando su celular mientras su empleada doméstica, una mujer de color llamada Lourdes, cocinaba en la cocina. “No lo veo como algo malo. Para mí, la gente que hizo los comentarios está discriminando” dijo y agregó una frase por lo menos dudosa “Mis hijos tienen amigos de color, para ellos es normal”.
Esta semana fue denunciada por una asociación italiana de consumidores por haberse dejado fotografiar por uno de sus hijos posando sensual en bikini, durante unas vacaciones en Ibiza. La entidad lanzó un duro comunicado en el que la critican por dar un mensaje erróneo a través de su cuenta de Instagram, al considerarlo una “forma de violencia hacia los menores y una violación de las leyes sobre la privacidad de los menores”.
Las reacciones ante cada imagen y posteo de Wanda son diversas. A algunos le generan curiosidad y a otros tal vez envidia. Y mientras todos hablan de ella, la ex vedette y ahora representante evalúa las propuestas para la serie que se hará en algún momento sobre su vida. Porque como dice ella: "Hay cosas muy picantes por develar”... y ¿la verdad? le creemos...
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