Un delincuente armado sorprendido por un pelotón de policías mientras se escondía en la casa de una vidente. Una mujer asesinada y sus presuntos amantes en el círculo de sospechosos. Una joven que mata por la espalda a su novio. Un allanamiento que se topa con una mujer embarazada que descansa con un fusil a su lado. Un ladrón que duerme en un Fitito debajo de un puente, pero con el botín robado podría pasar meses en la mejor habitación de un hotel cinco estrellas.
Tres prófugos acusados de ser sicarios que fugan y disparan a todo lo que se les cruza por su camino. Un odontólogo que mata a toda su familia y luego de darle de comer a una jirafa en el zoológico invita a su amante a un hotel alojamiento.
Estas imágenes tienen dos cosas en común. Podrían ser escenas de películas. Y ocurrieron en la realidad.
Después de los éxitos de El ángel, inspirada libremente en la vida criminal de Carlos Eduardo Robledo Puch, que entre 1971 y 1972 mató a once personas, y de Historia de un clan y El Clan, basadas en los secuestros de la banda del siniestro Arquímedes Puccio, ocurridos de 1982 a 1985, los casos policiales inspiran a series, películas y documentales.
Otro ejemplo es el de la película El robo del siglo, vista en cines por más de dos millones de personas. Narra la génesis y el robo ocurrido el 13 de enero de 2006 en el banco Río de Acassuso. Pero el robo más importante de la historia criminal, en el que los ladrones huyeron en gomones con unos 20 millones de dólares y dejaron una nota en la bóveda que decía “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”, no se agota.
En carpeta hay una serie y en breve comenzará, una vez cumplidos los protocolos para volver a filmar en el contexto de la pandemia, un documental con todos los protagonistas de la historia.
Uno de ellos, Luis Mario Vitette Sellanes (en la película interpretado por Guillermo Francella), analiza propuestas para llevar al cine la adaptación de su libro El ladrón del siglo, que relata la historia de amor de un ladrón y una mujer que no puede moverse.
“Tengo tantas historias por contar, lo mío no sólo fue el famoso robo”, dice Vitette a Teleshow, que ya se encontró con dos productores del documental que lo visitaron a Uruguay para hacer la preproducción. Sería para Netflix.
Su “rival” en la negociación durante el robo, el ex Halcón Miguel Sileo, escribe su historia de francotirador -llegó a estar en los círculos concéntricos de protección, en 1987, de la segunda visita a la Argentina del por entonces papa Juan Pablo II y participó en setenta tomas de rehenes.
“Estoy escribiendo el libro y recordando hechos. Lo mío, de por sí, es una rareza. Me costaba caminar y hablar y me convertí en policía de fuerzas especiales y en negociador”, dice Sileo, que en un allanamiento se encontró con un narco en la cama que mientras era apuntado con armas por los policías imploraba:
-¡No tengo piernas! No puedo levantarme.
Y era verdad. Tenía sus piernas amputadas y se manejaba con muletas, que estaban contra la pared de ese cuarto.
Una productora se interesó con contar esa historia en una serie que podría llamarse El negociador: cada capítulo, el policía resuelve un caso pero a su vez debe volver a su casa y seguir con su vida familiar.
El 27 de diciembre de 2015, un acontecimiento conmovió a la sociedad: los hermanos Martín y Cristian Lanatta y su amigo Víctor Schillaci se fugaron de la cárcel de General Alvear. Durante casi dos semanas el hecho se vivió como una película. Los prófugos, a quienes las autoridades penitenciarias le habrían facilitado la huida, les dispararon a dos policías y a un gendarme. Al final fueron capturados. Los tres ya habían sido condenados a cadena perpetua por el triple crimen de la efedrina, cuyas víctimas fueron Sebastian Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón.
Tres productoras planean una película y dos documentales, proyectos independientes. La última palabra la tendrán los Lanatta y Schillaci, detenidos en la cárcel de Ezeiza.
Ricardo Barreda, que murió este año a los 83 años, también podría ser protagonista de una serie. El antecedente es un capítulo de Sin condena, donde es interpretado por Norman Briski. Pero en esta oportunidad, la productora que planea hacer la ficción piensa en una mirada feminista, acorde a estos tiempos. Cuando ocurrieron los asesinatos, el 15 de noviembre de 1992, no se empleaba el término femicidio y en ocasiones hasta Barreda era mostrado como una víctima a las que las mujeres de la casa lo llamaban Conchita, según él mismo aseguró.
El Gordo Luis Alberto Valor es otro que aceptó que su historia sea llevada al cine, a partir de su libro Mi vida. Marcelo Tinelli estaba interesado en producir la historia del líder de la superbanda que en los años ochenta robaba camiones y blindados. A Valor lo detuvieron, después de casi 300 días prófugo mientras era el Enemigo Público Número 1, cuando se refugiaba con su esposa Nancy en la casa de una vidente.
“En una época quería que me interpretara Julio Chávez, veremos qué pasa. Me gustó mucho en la película Un oso rojo, donde hace de pistolero”, le dijo Valor a Teleshow.
Uno de sus ex compañeros, El polaco Alejandro Penczarski, generó interés de una productor a partir del relato que preparara Nicole, una de sus hijas. Es la visión de una hija ante las actividades criminales que realizaba su padre y ella fue descubriendo de a poco, como si fueran capítulos con intrigas.
Otro ex miembro de la superbanda, La Garza Sosa, tiene el borrador de su libro listo para entregar a una editorial y hay un cineasta que está interesado. Sosa fue experto en fugas y solía dormir en un Fitito después de robar millones, además de tirotearse con la Policía con una pistola en la mano y un fusil en la otra.
Hay más ejemplos. El crimen de Nora Dalmasso, aún impune y con su marido Marcelo Macarrón como único sospechoso, sedujo a un productor con buen ojo para intentar contar la historia por capítulos.
“Tiene todo lo debe tener una historia con gancho: sexo, traición, amor, una pista económica, el status derrumbado, un country, un presunto sicario, crimen, misterio, secretos, infidelidades, 20 sospechosos y un asesinato sin resolver”, dice el productor.
Rubén de la Torre, uno de los ladrones del banco Río, escribe libro sobre su carrera delincuencial y participará de una ficción. Como “actor” estuvo en Un gallo para esculapio y en El robo del siglo. Su ex lo delató por ese hecho. Se trata de Alicia di Tullio.
Hasta la leyenda de la hermana de la mujer que mandó a la cárcel a Beto De la Torre, Margarita di Tullio, alias Pepita la pistolera, seduce a un mercado audiovisual que parece empecinado en querer llevar a la pantalla grande a historias policiales reales.
Di Tullio regenteaba un cabaret pero se hizo conocida en el hampa cuando en 1979 mató a tres transas y proxenetas que querían asesinarla. La involucraron, pero resultó desvinculada, en el crimen mafioso del reportero gráfico de Noticias, José Luis Cabezas, sobre quien se planea un documental.
Nahir Galarza, la joven que hace casi tres años mató a su novio Fernando Pastorizzo de dos balazos en Gualeguaychú, atrajo el interés de dos productoras. Una quiere hacer el documental y la otra, la serie.
La moda es como un revival de lo que ocurrió en los años 70 y 80. En ese período se estrenaron El pibe cabeza, el mítico pistolero encarnado por Alfredo Alcón, la vida del bandido rural Juan Bautista Bairoletto, interpretado por Arturo Bonín, y la de Mate Cosido, film protagonizado por Víctor Laplace. También puede mencionarse la película Pasajeros de una pesadilla, inspirada en el libro escrito por Emilio Petcoff a partir de la experiencia de Pablo Schoklender, condenado con su hermano Sergio.
Motín de Sierra Chica, el hecho ocurrido en la Semana Santa de 1996, también fue una película, al igual que los asesinatos de niños de Cayetano Santos Godino, alias El Petiso orejudo.
La tragedia de Cromañón, donde murieron 194 personas que asistían al recital de Callejeros, será llevada a la ficción. Y no se descarta un documental.
Yiya Murano, la tristemente celebre envenenadora muerta hace 10 años, inspiró un capitulo de Mujeres asesinas y su hijo Martín busca que la historia llegue al cine. Ya pasó por el teatro.
Quien tiene una sorpresa entre mangas es Andrés Calamaro, apasionado del cine y del hampa: encontró la historia de un mito del hampa jamás contada. Los editores de libros y los productores están ansiosos por recibir ese material. Pero el emblemático músico prefiere el perfil bajo. Y sigue escribiendo.
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