El viernes 11 se llevó a cabo la final de la octava edición de El gran premio de la cocina y el escándalo se apoderó del reality gastronómico que condujeron Carina Zampini y Juan Marconi. El jurado dio como ganador a Matías Mitolo, dejando en el segundo lugar a su competidora, Dana Martucci, quien apenas se enteró de que había perdido dio media vuelta y abandonó el estudio. Desde ese momento la incertidumbre se apoderó del programa.
Durante el fin de semana, Dana aseguró que le hicieron trampa y culpó a la producción del ciclo. También puso el foco en los encargados de impartir justicia, Christian Petersen, Felicitas Pizarro y Mauricio Asta. A raíz de de esto, la participante habló con Intrusos y contó sus sensaciones: "Me fui como un poco enojada, también un poco triste. Fue una mezcla de sentimientos. Preferí irme antes de ponerme a llorar y hacer un escándalo en medio del vivo. No tenía por qué mostrarme así delante de mi gente, de mi familia y de mis seguidores”.
Luego explicó las cuestiones que, para ella, no fueron claras: “Hubo un montón de cosas, de manejos que no estuvieron buenos. De hecho, durante todas las devoluciones se daba por entendido que la ganadora iba a ser yo y en el corte el ganador (su contrincante) se me acercó a decirme ‘bueno, no alcanzó’ y me vino a felicitar, vino a decirme que me felicitaba por mi triunfo… Y después pasó algo que no sé qué fue, y lo dieron ganador a él”.
Ante las sospechas que se generaron, Jorge Rial le preguntó qué creía que podría haber pasado para que, según lo que contó, se hubiera manipulado el resultado: “La verdad, no sé. Sí que la final consiste en cuatro días y yo durante los primeros días de la final estuve bien, de hecho durante toda la temporada estuve muy contenta con el programa y con mi paso por él. Pero en los últimos tres días, la verdad es que en mi cara se notaba... La verdad es que ya no iba contenta al programa. Pasaron un montón de cosas que no me gustaron, los jueces actuaban raro”.
“El jurado y los conductores marcaban, por ejemplo, consignas que no se podían realizar y que parte del otro equipo hacían… En ese momento empecé a ver que algo raro estaba pasando, no sé si el ganador ya estaba de antes o porque dejaron pasar las cosas que no se podían hacer y las pasaron por alto. En privado hice el descargo con la producción y mucha bola no me dieron, por eso mi cara horrible los dos últimos días de la final. Los dos últimos días del programa lo empecé a sentir así, que no me iban a dejar ganar”, se explayó con bronca sobre lo sucedido.
Por otra parte, hizo hincapié en las razones que tenía para creerse vencedora. “Por las devoluciones me daba cuenta de que yo era la ganadora. El que vio el programa, la final, todo lo que iban diciendo, las devoluciones, a mí no me marcaron ningún error y al ganador sí, o sea, se iba dando a favor mío. Por otra parte, los ayudantes que teníamos nosotros no podían hacer preparaciones desde cero y eso fue lo que pasó durante los cuatro días de la final en el equipo de enfrente”.
A continuación, volvió a hacer referencia a sus sospechas de fraude. En este punto, sostiene que no habla del último viernes 11, sino de lo que ocurrió durante el desarrollo de la final, que se llevó a cabo lo largo de la semana. “Lo que digo es que no fue ese día, la decisión, venía de días anteriores pasando cosas que no estaban bien. Un montón de cosas, que no se podían hacer, y se hicieron en el otro equipo, y nadie decía nada”.
Por último, según información que brindó Adrián Pallares, debido a que el ganador se suma a la edición que viene, desde la producción preferirían lidiar con una persona más dócil, como su rival, y no con ella, que suele ir al choque y confrontar todo el tiempo. “Si es así, es cualquiera. No digo que soy mejor o peor, yo digo que hubo cosas que no fueron justas de parte de la producción, no hablo de Matías, él también se lo merecía. La producción no me dijo nada. Pedí hablar con el productor de piso, pero solo me atendieron las productoras que van al programa, pero no me decían nada”.
SEGUÍ LEYENDO