Gloria Sue Duncil tenía 36 años y era maestra de segundo nivel en una escuela primaria. Robert y Carol Cottongim tenían una hija de seis años y medio, Leigh Ann, que no estaba con ellos esa noche, y Carol estaba embarazada del segundo hijo de ambos. J. Brent Crane se había graduado en la Waynesville High School, tenía 19 años y fue la víctima más joven del incendio que se cobró 165 víctimas, y dejó un mar de dudas, negligencia y anécdotas macabras en la noche más oscura del Beverly Hills Supper Club de Southgate, Kentucky.
Había pasado media hora de las 8 de la noche del 28 de mayo de 1977, cuando una camarera descubrió que había fuego en el Salón Zebra del Beverly Hills Supper Club. En ese momento, ella no sabía que se trataría de uno de los incendios más graves en un club nocturno de los Estados Unidos. Después del fuego, comenzaron a estallar las botellas de bebidas del bar, los candelabros se caían, la gente se amontonaba desesperada bloqueando las entradas. No solo era el fuego, también el humo negro se iba convirtiendo en una amenaza muda que llenaba los pulmones de dióxido de carbono y los ojos de terror.
Esa noche murieron 165 personas de las 3.500 que había. El club estaba atestado: luego se supo que había, por lo menos, 300 asistentes más de la capacidad permitida. Lo peor fue que como era una noche de alegría, música y diversión, algunos llegaron a pensar que era una broma. Cuando el ayudante de camareros Walter Bailey, de apenas 18 años, subió al escenario durante la actuación del dúo cómico compuesto por Jim Teeter y Jim McDonald, nadie le dio mucha importancia. Ellos eran los teloneros de John Davidson, el cantante al que todos habían ido a ver. “El Beverly Hills Supper Club está en llamas”, interrumpió Bailey. Las carcajadas se hicieron sentir, ¿no era un espectáculo de humor? Lo cierto es que el salón, literalmente, se estaba prendiendo fuego.
El club de Kentucky había sido antes el Showplace of the Midwest, que se había inaugurado el 5 de mayo de 1937 y en donde habían actuado grandes de la década del ’40 como Jimmy Durante, Carol Channing y Lena Horne y Sid Caesar. El lugar que había sido cuna de tantas risas terminó siendo un símbolo del horror. Con el tiempo se supo que muchos murieron por volver a buscar a sus familiares o amigos que habían quedado adentro, y las llamas o el humo los terminaron consumiendo. Pero la fatalidad se pudo haber prevenido.
Una investigación posterior encontró graves fallas en distintos puntos de la organización del Supper Club. La mayoría de las personas que murieron esa noche estaban en el Salón Cabaret, donde sufrieron hacinamiento: eran demasiadas para tan poco espacio. También el mobiliario era mucho y se supo que las mesas y las sillas terminaron atascando los pasillos y las rampas que hubieran servido como escape. Lo empleados hicieron lo que pudieron, ya que no tenían ningún tipo de capacitación en procedimientos de evacuación y emergencia.
La causa del incendio del Beverly Hills Supper Club nunca se determinó claramente. Algunos creen que fue simplemente un cableado defectuoso, pero no faltaron las teorías sobre una vendetta de algunos integrantes de la mafia que hubieran querido quedarse con algunas licitaciones que terminaron perdiendo. Lo concreto es que no había alarma sonora, ni rociadores (tan comunes hoy en cualquier lugar cerrado de los Estados Unidos), ni matafuegos. Todo era de madera, los paneles decorativos, de material híper inflamable, nada era ignífugo y nadie tenía idea de nada. El Beverly Hills Supper Club en llamas se había convertido en una trampa mortal.
“Vi gente levantando sillas, golpeando a otros fuera de la fila. Había gente corriendo… Lo que los seres humanos pueden llegar a hacer es increíble”, le dijo Terry Prugh, un ex oficial de policía de Dayton que perdió a su padre, madre y hermano en el incendio, al Dayton Daily News. El mismo diario también publicó el testimonio de Regina Wren, a quien casi terminan dando por fallecida: “Empecé a gritar ‘¡No estoy muerta!’. Fue muy, muy extraño”. La mujer recuperó el conocimiento después del incendio cuando yacía de espaldas con una etiqueta en el dedo del pie. Esa era la manera que tenían de identificar a la gente en la improvisada sala de emergencias.
John Davidson era una estrella joven y aclamada en la década del 70. Esa noche, la gran mayoría de los asistentes al Beverly Hills Supper Club había ido a verlo, pero no pudo ser. Davidson se salvó por milagro, ya que cuando comenzó el fuego, pudo escapar por los camarines, atravesando una puerta trasera. Él se salvó y muchos de sus músicos también, pero su director musical perdió la vida esa noche y el artista sintió que se le venía el mundo abajo. “Mi vida cambió y la de tantos otros. Realmente pude ver lo frágiles que somos”, le dijo John al Canal 12 de Cincinnati entrevistado por el aniversario de la tragedia y por la promoción de una de sus más recientes participaciones en teatro.
Davidson, que hoy tiene 78 años, siguió adelante con su carrera y en 2017 participó de la versión en comedia musical de “Finding Neverland”, una adaptación del clásico Peter Pan. Haciendo un paralelismo entre su obra y la tragedia de la que pudo escapar, el artista expresó: “A veces durante el show yo pienso que, esa gente que perdió la vida en 1977, en el Beverly Hills, están en Neverland”.
Al dolor del desastre del que se salvó Davidson, después se sumaron el reconocimiento de los cuerpos, la ayuda a los heridos, la poca información de los desaparecidos, el trabajo sin fin de los voluntarios, tanto de bomberos, como personal médico. Muchos cadáveres se perdieron en el caos y muchas familias no pudieron acceder a los restos de sus seres queridos consumidos por las llamas. Por ese motivo, la zona se estaba intentando salvaguardar de las garras de los bienes raíces. Pero un proyecto de 65 millones de dólares que incluye 89 viviendas unifamiliares, de 100 a 200 apartamentos de lujo y otras 79 unidades residenciales amenazaba con tapar todo rastro de dolor y memoria.
Finalmente, en agosto pasado, el Concejo Municipal de Southgate aprobó por unanimidad un cambio de zona que permite darle lugar al planificado Memorial Point Development. El proyecto pertenece a una empresa compuesta por Ashley Builders Group y Vision Realty, que incluirá monumentos a las víctimas del incendio de 1977. Un vocero del Ashley Builders Group explicó: “Entendemos y aceptamos plenamente la necesidad de un monumento que garantice que las personas que se perdieron en el incendio nunca serán olvidadas. Es nuestra intención continuar trabajando con un grupo de sobrevivientes y familiares de las víctimas, así como con los funcionarios de la ciudad de Southgate en un comité de planificación conmemorativa”. Recién en 2021 se sabrá si finalmente cumplen o no con su palabra.
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