Desde que se dictaminó el aislamiento obligatorio, hace más de 170 días, quienes sufrieron en mayor medida esta determinación fueron las personas pertenecientes al grupo de riesgo. Actualmente, si bien en parte del país ya no es tan riguroso el confinamiento que se llevó adelante en su momento, los integrantes vinculados al conjunto mencionado siguen a resguardo. La recomendación para ellos, de parte de los profesionales de la salud, es seguir manteniendo ciertas medidas para evitar complicaciones.
Dentro del mundo artístico, quien está alerta es María Valenzuela. La actriz tiene varias enfermedades, y eso la hace estar atenta a cada paso que intenta dar. En su caso, contagiarse le demandaría un gran peligro para la salud que no está dispuesta a correr. “Tengo EPOC, enfisema, soy una persona de altísimo riego… Tengo bronquitis crónica, estuve internada por neumonía. Estoy totalmente aislada. No puedo tener contacto con nadie”, le dijo a Para Ti.
A esta situación que marca se le suma otra también preocupante. Su médico le cabecera le advirtió en más de una oportunidad que debe dejar el cigarrillo de manera urgente, pero no puede. Fuma desde que es adolescente y si bien en alguna oportunidad lo abandonó, ese periodo fue corto. No hay caso. Ante cada angustia que se le presenta lo retoma. Según cuenta, siempre hay un espacio, un motivo, para prender un cigarrillo pese a que sabe que le hace mal. “Es una adicción, así como el alcohol, como la obesidad, el tabaquismo es una enfermedad”.
Por otra parte, Valenzuela sostiene que este periodo de cuarentena no la ayuda. Lejos de relajarse, por las horas que pasa sola, cuando el aburrimiento empieza a apoderarse de ella, mientras está mirando series o películas, después de comer, lo primero que hace es recurrir al tabaco. “Imaginate encerrada tantos días y tratar de dejar de fumar, sería una locura. Caminaría por las paredes y me daría la cabeza contra la pared”, se sincera.
También hizo referencia a cómo es un día en su casa, sola, sin sus seres queridos que la puedan ir a visitar. “Lo llevo mirando películas, series, estoy estudiando Eva y Victoria, juego al Súper City, que es un juego de Facebook… Me distrae mucho, me despeja. Estoy sola. Los chicos casi no aparecen. La única que viene es Malena, a distancia y con barbijo -remarcó-. Para pasar el tiempo duermo y como cuando tengo hambre. Tengo todos los horarios trastocados. La tele para mí no existe, la uso para poner YouTube o escuchar música. Al principio del coronavirus estaba todo el tiempo con las noticias. Me generaba angustia”.
Los miedos que le presentan. Las dificultades se transforman en temores por vivir sola. “No me da miedo el coronavirus. Lo que me da miedo es morirme sola, que me infecte y me muera sola, sin poder abrazar y besar a mis hijos, amigos, a mis seres amados… La muerte creo que es un paso más a otro plano. Le tengo miedo a la muerte de seres amados, pero a la mía no. Tengo la esperanza de que hay algo mejor y que me voy a encontrar con muchos seres amados que perdí”.
A raíz de estar viviendo sola, sin nadie que la asista, más allá de que una de sus hijas -como comentó- se encarga de llevarle todo lo que necesita de afuera, puerta adentro es diferente. Sin ir más lejos, en marzo sufrió un accidente doméstico que la tuvo a maltraer. Luego de caerse y darse las costillas contra la punta de la mesa, María debió soportar durante varios días un dolor muy intenso. Haciendo caso a los profesionales de la salud, de no concurrir a los centros médicos salvo por casos extremos, prefirió no ir al médico. Apenas tomó unos calmantes. Y nunca supo si fue solo el golpe o algo más.
SEGUÍ LEYENDO