Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras, y en este caso, el video que compartió Andrea Frigerio apenas vio a Josefina Bocchino, su hija, lo confirma. No hay frase que describa la emoción de esta madre al reencontrarse con Fini. Un rostro que denota asombro, sorpresa, incredulidad, manos temblorosas y un cuerpo que no logra enfocar lo que ven sus ojos. Se percibe que no logra decir esas palabras que se le cruzan por la cabeza. Las piensa, pero no le salen. Se queda boquiabierta, simplemente, contemplando la figura de su hija.
Pasan los segundos y logra recuperar el aire. Pero sigue aturdida. Del otro lado, la recién llegada se abraza con su padre, Lucas Bocchino, que la tiene apretada contra su pecho, no la suelta por miedo a que se trate de un sueño. Fini le pide a su mamá que se acerque, que le dé un abrazo de bienvenida. Andrea sigue atónita. Para ese entonces, se le cruzan varios sentimientos. Por un lado, el de seguir mirándola de lejos, recorriendo cada centímetro. Por otro, su cabeza le advierte que estamos transitando una pandemia y que el protocolo indica mantener el distanciamiento social. Finalmente le hace caso al corazón, tímidamente se acerca y se funden los tres en un abrazo interminable.
Cuando la tranquilidad se apoderó de su ser, cuando todo, dentro de lo posible, volvió a la normalidad, la actriz se tomó un segundo, compartió el momento y explicó de qué se trataba ese material emotivo. “Sigo a unos metros del piso sin poder creer que está acá. Fueron meses de mucha angustia por todo el tema de la COVID y ella tan lejos nuestro. ¡Tengo una alegría tan grande! No lo puede creer”, contó, y luego remarcó que se trató de una sorpresa que la joven les quiso dar: “Nunca nos dimos cuenta. No nos imaginamos que ella iba a venir, y está acá. Estoy muy feliz”.
En diciembre de 2018, con apenas 22 años, Josefina y Nacho, su novio, armaron las valijas y se fueron a Europa a probar suerte. Dejaron atrás a sus familias, a sus amigos, y se despidieron sin saber en qué momento iban a volver. Fue un sacudón muy grande para Andrea y Lucas. Si bien entendieron que se trataba de la búsqueda de su bienestar, los meses de angustia y preocupación perduraron. Primero aterrizaron en Italia, y luego se fueron a España. Desde entonces viven en Madrid, ciudad en la que hicieron base y empezaron a darle vida al sueño con el que se fueron.
En pleno crecimiento, con lo laboral afianzado –ella es actriz y estaba protagonizando una obra teatral–, el coronavirus cambió los planes. De repente, de un día para el otro, se quedaron sin trabajo. Con la incertidumbre a cuestas, los dos solos, sin familiares cerca. En plena pandemia, desde este lado del mundo, sus padres intentaron que volvieran. Existieron llamados que no lograron su cometido. Las noticias que llegaban desde el Viejo Continente, cuando comenzó todo, traían cifras que daban escalofríos y no hacían más que alarmarlos.
En aquel momento, en una entrevista que le brindó a Teleshow, Frigerio hizo referencia al tema. “Ella y su novio se quieren quedar allá y yo los respeto”, comentaba, pero sin dejar de lado su desazón. Al mismo tiempo, sentía alivio por la tranquilidad de la joven cada vez que hablaban. Ella le aseguraba que se estaban cuidando, que había comprado provisiones y que no salían para nada.
La publicación del momento emotivo por el que pasaron apenas Fini abrió la puerta y los sorprendió, recibió una enormidad de comentarios haciendo alusión a la alegría y felicidad. Solita Silveyra, Florencia Torrente, Nequi Gallotti y tantas otras colegas y amigas se hicieron presentes con comentarios cálidos.
Y mientras el mundo continuaba con su rutina, esta mamá vio cómo todo a su alrededor se detuvo durante un instante, ese en el que la vida la volvió a poner enfrente de su hija. Un momento mágico que quedará atesorado en su corazón y su mente.
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